Rabat (Marruecos)

Mohamed VI aguantó únicamente un mes en Marruecos. Tan sólo una semana después de Ramadán, ya circula por las redes sociales una fotografía suya tomada el lunes 18 de junio en la Biblioteca de París en compañía de un ciudadano marroquí. Quienes quieran saber dónde está y qué hace su rey pueden acudir a su cuenta de Facebook, que tiene 3,6 millones de seguidores.

Los viajes al castillo que construyó su padre Hassan II en la localidad francesa de Betz, las visitas a su madre en su residencia de Neuilly (Hauts-de-Seine), su periplo por África, además de sus problemas de salud, mantienen al rey Mohamed VI frecuentemente fuera de su reinado. El monarca alauita solo pasó 20 días en Marruecos en los primeros cinco meses del año.

Comenzó el 2018 en París para someterse a una intervención quirúrgica por una arritmia cardíaca. Aunque es habitual que viaje al extranjero para operaciones médicas sin importancia, a pesar de las críticas de los ciudadanos marroquíes que disponen de un sistema de sanidad precario y masificado. En 2017 se operó también en Francia de un problema banal de la vista.

En esos viajes disfruta de muchos momentos de ocio, dejándose fotografiar en tiendas y restaurantes de lujo. Las redes sociales dan constancia de esos buenos ratos con selfies del monarca vestido informal y moderno; incluso en muchas ocasiones aparece estrafalario, junto a marroquíes residentes en el extranjero. En la última instantánea de esta misma semana luce una camiseta en tonos azules degradados y vaqueros. Lo que llama más la atención es la pérdida de peso del monarca, con 20 kilos de menos. 

Muhamed VI junto a RedOne Facebook RedOne



Actividad frenética en ramadán

Tras ausencias prolongadas, cuando regresa a Marruecos su actividad es frenética para recuperar el tiempo perdido y poner todo en orden. El último mes se le ha visto en la clausura del ciclo de charlas religiosas organizadas en Ramadán en el palacio real de Casablanca. Inauguró varios proyectos sociales en Kenitra, Salé y Rabat; y dos puertos en Tánger, uno pesquero y otro turístico, con una inversión de alrededor de 550 millones de euros.

Sin su firma no salen los proyectos adelante, por eso el país está paralizado en muchos sectores y vive una gran crisis interna. El avance es lento sin su presencia, pero además cuando aterriza tira por tierra lo realizado hasta el momento. Es el caso del centro comercial que se iba a abrir en el Bouregreg y que está siendo demolido. La ubicación no le convenció porque oculta la vista de la marina, “pero conocía los planos”, explica una trabajadora implicada en el proyecto que prefiere mantener el anonimato. La misma fuente añade que “según pasaba por el puente pidió que lo derrumbasen con millones de dírhams invertidos y más de mil de trabajadores afectados”.

A pocos metros del río, uno de los monumentos más importantes de Rabat, la Torre de Hassan, sigue cerrado a los turistas esperando que su Majestad inauguré los trabajos de rehabilitación terminados hace dos años.

Las órdenes del monarca se acatan para derribar y para construir. En esta ocasión, encargó diversas presas de diferentes capacidades para anticiparse a la escasez de agua y evitar protestas populares como las del desierto de Zagora en 2017. Actualmente se están realizando 35 embalses.

Desde Marruecos sigue poniendo la mirada en el exterior. Así envió un mensaje a Pedro Sánchez para felicitarle por su nombramiento como nuevo presidente del Gobierno español; y recibió al presidente de la República de Nigeria, Muhammadu Buhari, en una visita oficial a Marruecos. Pasaron juntos dos días para renovar y reforzar acuerdos bilaterales, entre ellos la construcción del gaseoducto de 6.500 kilómetros que conectará los recursos gasíferos de Nigeria con el mercado europeo a través de Marruecos y el África Occidental; y la adhesión de Marruecos a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), pendiente desde el mes de febrero por la resistencia de grupos empresariales nigerianos, senegaleses y marfileños, entre otros.



Pasa la mitad del año fuera del país

Desde su subida al trono en 1999 se ha ausentado del Reino frecuentemente con salidas continúas a Francia, pero en los últimos dos años ha llegado a pasar la mitad del tiempo fuera del país. Los rumores de enfermedad han justificado los viajes, pero lo cierto es que las vacaciones reales siempre han sido largas, llegando a anular viajes oficiales a China, o no recibiendo a mandatarios como Erdogan o al mismísimo Felipe VI. El monarca pospuso el encuentro con el rey español en enero para viajar a Francia. De hecho, en la prensa marroquí más independiente y crítica se lleva años hablando del absentismo real.

El hermano pequeño, Moulay Rachid, le sustituye en algunos actos; y desde la desaparición de su mujer, Lalla Salma, en el mes de octubre, también le echan una mano sus hermanas. La mayor, Lalla Meryem, presidió en Marrakech la ceremonia de celebración del Día de la Mujer Trabajadora, justo un día después de que la revista española ¡Hola! publicara la noticia de un posible divorcio real. Una semana más tarde, la princesa Lalla Hasna representó a Mohamed VI en la inauguración oficial de la Biblioteca Nacional de Qatar. Mientras tanto prepara a su hijo Moulay Hassan para sucederle en el trono, a pesar de que tiene 15 años. El primogénito pronunció su primer discurso en 2017, y durante su operación de arritmia sustituyó a su padre en la inauguración del Salón de la Agricultura de Marruecos (SIAM) en Meknes y en el Salón Internacional del Libro de Casablanca (SIEL).

Mientras tanto la prensa afín a la monarquía se encarga de mantener su buena reputación y publica reportajes de cómo el rey escribe sus propios discursos, “tarea que hace con esmero y que le lleva numerosas horas”, aseguran. Su presencia se multiplica cuando está en Marruecos porque algunos de los actos que preside o a los que acude son retransmitidos por la televisión. Y también se magnifica por las alabanzas. “El mejor rey del mundo”, publicaban en Instagram los hermanos Azaitar, campeones del mundo de MMA (Artes Marciales Mixtas), con los que el rey rompió el ayuno.

Su popularidad se debe a las clases altas cercanas a Palacio, como es el caso del empresario y ministro de Agricultura y Pesca, Aziz Akhannouch; pero también por los más desfavorecidos que se tiran al cortejo a su paso para pedirle privilegios. Por eso en 2016, el ministerio de Interior publicó un comunicado para aclarar que las personas serían sancionadas por obstaculizar la marcha del rey en las calles. El último detenido es un ciudadano de 33 años que abordó al monarca en Salé este mes de junio para solicitarle una licencia de taxi porque trabaja con un vehículo de otra persona.

Rebelión ciudadana

Lo cierto es que ahora parece que necesitan a Mohamed VI en Rabat más que nunca con el boicot ciudadano desde hace dos meses a tres marcas de productos básicos en manos de empresarios afines a Mohamed VI. La gente no compra o consume agua Sidi Ali, leche Centrale Danone y gasolina de la cadena Afriquia aunque ya han rebajado sus precios. Los trabajadores de estas compañías con miedo a perder el trabajo salen a la calle para protestar por las pérdidas de estas empresas, y el ministro de Asuntos Públicos, Lahcen Daoudi, que les apoyó en contra del boicot tuvo que dimitir.

“Es la última esperanza para salir de las situaciones más desfavorables”, opinan sus defensores, nombrando Jerada o el Rif. En la localidad de Jerada, a 60 kilómetros de Oujda, frontera con Argelia, la población lleva desde diciembre protestando en las calles ante la muerte de 8 personas en las minas clandestinas. La última tragedia sucedió el 4 de junio con la muerte de dos ciudadanos, uno menor de edad, por el derrumbe de una galería. Human Right Watch ha condenado la “campaña de represión” contra los manifestantes, con “uso excesivo de las fuerzas de seguridad” que han detenido a 69 manifestantes desde el mes de marzo. Para calmar la situación las autoridades han concedido el 12 de junio seis licencias de explotación de carbón.

El rey de Marruecos, Mohamed VI. Reuters



¿Pasaré el verano en Marruecos? Su séquito prepara desde hace días la playa privada de Alhucemas en la que suele pasar un periodo de las vacaciones estivales. El año pasado faltó a la cita por las manifestaciones del Movimiento Popular ‘Hirak’ que solicita mejoras sociales y económicas desde finales de 2016. La medida antipopular de arrestar a cientos de jóvenes enfadó aún más a la población y durante todas las noches de Ramadán salieron a las calles, también las mujeres, a pedir la liberación de los rifeños presos en la cárceles del reino.

Sin embargo, “se siente cansado” y le gustaría “delegar más, viajar y pasar tiempo con su familia”, publica la revista ‘Jeune Afrique’ en su edición del 19 de junio. La publicación cercana al régimen da una buena pista de las intenciones de Mohamed VI.