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El profesor de la Universidad Abdelmalek Esaadi de Tetuán, acusado por una ex estudiante de ofrecer buenas notas a cambio de sexo, sigue detenido y su solicitud de fianza ha sido rechazada. Está acusado de coacción a personas bajo su autoridad, tráfico de influencias y acoso sexual.

El Tribunal de Primera Instancia de Tetuán decidió aplazar el juicio de los acusados al 30 de mayo. La audiencia duró sólo unos pocos minutos, en los que "el tribunal solicitó aclaraciones al dueño de la casa alquilada por el profesor en Martil, vivienda que fue el escenario de sus aventuras", según el periódico marroquí Al Akhbar. El día anterior al juicio, el profesor pasó la noche sin dormir en su celda de la cárcel local de Tetuán, negándose a comer.

El docente fue detenido el jueves 4 de mayo cerca de la vivienda de sus padres tras una orden de busca y captura. Los inspectores le habían solicitado que se personara para testificar, pero él prefirió desaparecer y apagar el teléfono móvil. De las cuatro estudiantes llamadas a testificar, solo se personó una chica de 19 años.

La Brigada Nacional de la Policía Jurídica (BNPJ) lo localizó y lo acompañó a su vivienda para llevar a cabo una orden de registro ordenada por el fiscal del Tribunal de Apelación de Tetuán. Tras el análisis encontraron exámenes con respuestas erróneas y otras sin contestar, sin embargo las calificaciones eran altas.

La investigación, que ya había comenzado una semana antes con interrogatorios a tres alumnas y presuntas víctimas del chantaje sexual, reveló que el maestro se habría aprovechado de la ausencia de su colega para mantener relaciones sexuales con una de ellas en el despacho de la facultad. La policía se hizo con los mensajes de carácter sexual que el profesor y las alumnas se intercambiaron también en WhatsApp.

Según el diario marroquí Al Massae, que cita fuentes cercanas al expediente, la situación es complicada para el acusado porque una de las víctimas denunció haber perdido la virginidad en ese chantaje, y se añadió violación a los cargos.

El profesor confesó a los inspectores del primer interrogatorio haber tenido relaciones sexuales consentidas con dos estudiantes, sin recurrir al chantaje. Sin embargo, los agentes fueron capaces de demostrar que el docente habría prometido a sus alumnas buenas calificaciones a cambio de sexo.

Al ver pruebas en su contra se desmoronó y confesó que los actos sexuales habían sido con chicas de 19 años y no siempre consentidos. Además alegó que sufre una enfermedad psicológica que le hace llevar a las chicas a su cama. "En un principio era una especie de pasatiempo, antes de que se involucrará de verdad en los hechos", han detallado los investigadores a Al Massae. El docente se enfrenta a penas de hasta 20 años de prisión.

El Ministerio de Educación Superior suspendió al profesor de sus funciones académicas, tras recibir una denuncia por tentativa de acoso sexual de una estudiante, a quien apoyó su padre. El ministro Lahcen Daoudi abrió paralelamente una investigación para comprobar los hechos antes de llamar al profesor a un consejo de ética.

La última en reaccionar ha sido la dirección de la universidad que se había negado a denunciar los hechos hasta su detención. Fue entonces cuando el presidente del centro presentó una queja al fiscal para solicitar una investigación exhaustiva y averiguar la autenticidad de las fotos y las conversaciones que se filtraron.

A la protesta de estudiantes y vecinos, se han unido también cuatro maestros.

Chats subidos de tono

"Cariño, contacta conmigo ahora y tomamos un café. Acabo de empezar a hablar contigo y me pones cachonda. ¿Dónde estás?", le preguntaba una alumna al profesor en Facebook. Es una de las estudiantes de la facultad de Ciencias en la Universidad de Tetuán que habría aceptado mantener relaciones con su profesor de Álgebra a cambio de buenas notas. Sin embargo, algunas otras habrían sido obligadas o acosadas por el docente, según la Policía.

En otros chats con menos carga sexual, simplemente las jóvenes le agradecen su ayuda, y le dicen que ningún profesor les apoya como él. En los mensajes, el detenido se compromete no solo a subirle las notas de su asignatura si no a hablar con otros docentes para "conseguir algún punto de más".

El escándalo lo destapó este mes una exestudiante de la universidad de Tetuán, con unos hechos que se remontaban a 2015. La joven y presunta víctima de acoso, que estudió durante cuatro años en este centro, se decidió a desenmascarar al que fue su profesor de Álgebra en la facultad de Ciencias porque "ya no pierdo nada", confesó en el portal marroquí de información Kifache.

Dedicó una página en Facebook a narrar las "desventuras" en el centro, apoyadas con grabaciones y con testimonios que dejan al descubierto "el chantaje" del docente. Tras el éxito de la página, los estudiantes se declararon dispuestos a testificar en el tribunal, los medios de comunicación dieron una mayor difusión al asunto al dar consistencia a los testimonios, y la policía abrió una investigación; mientras la universidad se negó a reaccionar al escándalo.

Cuando se desvelaron las conversaciones, el profesor abandonó la universidad y su casa en Tánger, y permaneció unos días desaparecido, con el teléfono desconectado. Incluso cerró algunas de sus páginas en las redes sociales, donde aparece como una amante del cine y de los viajes.

Retuvo a su hija española en Tánger

Pero no es el primer problema judicial que tiene. A. A. con más de 50 años, está divorciado, con dos hijos en España y vive solo en un apartamento de Martil, en la costa tetuaní; aunque es de Tánger, donde también tiene un piso.

De hecho, en estas viviendas, además de en su despacho en la universidad, mantenía los encuentros con sus estudiantes.

El profesor ya salió en la prensa cuando en 2003 retuvo durante 16 meses a su hija de ocho años sin el consentimiento de su exmujer y madre de la niña. Se separó de su esposa, marroquí pero nacionalizada española, cuando esperaban su segundo hijo, en 1996. En esa época estudiaba su Doctorado en Matemáticas en Granada y regresó a Marruecos sin dar explicaciones, según denunció entonces su esposa en la prensa española.

Varios años después de estar separados, durante uno de los veranos en los que la mujer pasaba sus vacaciones con los niños en Tánger, no dejó irse a la hija. A pesar de que la policía lo convocó y tenía la obligación de llevar a la pequeña, desobedeció la orden y apareció solo, alegando que la niña, de solo 8 años, no quería ir. La madre volvió a Granada sola e inició los procedimientos legales en España para recuperarla.

No resultó fácil, y en noviembre denunció que recibía "amenazas de muerte" de su marido por teléfono al hacer pública la situación en los medios de comunicación españoles. Según declaró a EFE "no para de llamarme, cada dos por tres, de amenazarme y de decirme que prefiere matarme antes que devolverme a la niña". También denunció que la familia paterna prohibía a la niña hablar con su hermano, con quien solo se lleva un año.

El caso fue muy sonado porque el colegio donde la pequeña cursaba sus estudios desde hacía cuatro años se solidarizó, y allí se realizaron manifestaciones con pancartas, e incluso se recogió dinero para hacer frente a los gastos jurídicos.

El detenido ofreció una entrevista al diario El País alegando "yo no soy un secuestrador" porque si no se hubiera quedado también con su hijo. Según la mujer, que denunció los hechos ante la Policía y los juzgados de España y Marruecos, él quería que su hija aprendiera las costumbres bereberes, realizará las labores domésticas y cuidase de sus abuelos. Sin embargo, se defendió aludiendo que la niña no quería volver con la madre "porque la trata fatal. La deja sola en casa y la obliga a cuidar a su hermano". La acusada lo negó todo y le achacó "no haber cuidado de sus hijos jamás".

Más casos de acoso en otras universidades

"Es una práctica habitual. Varios profesores prometen buenas calificaciones a sus estudiantes a cambio de relaciones sexuales", asegura una alumna de la Universidad Ibn Zohr de Agadir que, prefiere guardar el anonimato. No solo les ofrecen "buenas notas", sino también "validar el semestre y obtener los proyectos de fin de carrera".

A raíz de salir a la luz el acoso y de que la policía detuviese al profesor, alumnas de otras universidades de Marruecos, se han puesto en contacto con EL ESPAÑOL para denunciar casos similares, incluso en la Universidad Mohamed V de Rabat, un doctorando habla de "intercambio de dinero y calificaciones".

Mientras otra doctoranda de la Universidad de Tánger se queja de que sufre acoso de su director de tesis desde hace dos años con "mensajes continuos y llamadas a horas intempestivas", además de que retrasa sus plazos de entrega.

Marruecos planea endurecer las sanciones que pueden ser impuestas a los violadores y acosadores en la reforma del nuevo Código Penal. La ley del 6 de agosto de 2012 introduce el acoso sexual como delito en el Código Penal. Además el Partido del Progreso y el Socialismo (PPS) presentó un proyecto de ley en el Parlamento de Rabat en 2013 para penalizar todas las formas de violencia basadas en el género, como el acoso sexual en los lugares públicos.