El barco Bourbon Argos de Médicos Sin Fronteras (MSF) para el rescate de refugiados en el Mediterráneo fue abordado en la mañana del 17 de agosto por hombres armados. 

"Se trataba de un ataque profesional; sabían lo que estaban haciendo", cuenta Alessandro Siclari, portavoz de MSF, quien asegura que la organización humanitaria desconoce aún quién estuvo detrás del asalto.

Por suerte, el barco no portaba refugiados y la tripulación logró ponerse a salvo antes de que los atacantes se subieran al barco. Ningún miembro del equipo de MSF resultó herido, afirma la organización.

La embarcación realizaba operaciones de búsqueda y rescate en aguas internacionales al norte de Libia cuando una lancha se aproximó sin identificarse. Ante la amenaza, la tripulación se refugió en una zona habilitada del barco para situaciones de emergencia.

Desde la lancha comenzaron a llegar disparos y luego hombres armados se subieron al barco de rescate. Pero los asaltantes se marcharon poco después sin llevarse nada y habiendo causado “daños mínimos” a la embarcación, según un comunicado de la ONG.

Preguntado acerca de por qué alguien querría atacar un barco de rescate humanitario, Siclari afirma que se están intentado esclarecer las motivaciones del abordaje pero asevera que "claramente no tenían una intención pacífica".

Desde la organización aseguran que se trata de la primera vez que un incidente de este tipo sucede, pero que gracias al protocolo establecido para este tipo de situaciones, todo salió bien. El barco se halla ahora mismo en puerto en Italia.

MSF resalta que desde abril del año pasado sus operaciones en el Mediterráneo han logrado rescatar a unas 31.000 personas. Sin embargo, reclama que la Unión Europea desarrolle con urgencia un mecanismo para ayudar a quienes cruzan el mar en vez de que las organizaciones humanitarias tengan que "sustituir un sistema proactivo de búsqueda de estas personas".

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