Un jurado halló este lunes culpable de tres delitos de asesinato y uno de intento de asesinato a la australiana Erin Patterson, acusada de acabar con la vida de familiares en una cena con setas venenosas, tras un juicio muy mediático en Australia, según informó la cadena pública ABC.
Tras comenzar a deliberar el pasado 30 de junio, un jurado formado por 12 personas alcanzó este lunes el veredicto, después de más de diez semanas de juicio en las que declararon más de 50 testigos en un tribunal de la localidad de Morwell, en el estado de Victoria.
La mujer, de 50 años, podría enfrentarse a una pena máxima de cadena perpetua, tras haber sido hallada culpable de asesinar a sus exsuegros Gail y Don Patterson, y a la hermana de Gail, Heather Wilkinson, durante una cena que ella misma preparó en su casa de la localidad de Leongatha, 135 kilómetros al sureste de Melbourne, y a la que únicamente sobrevivió el cuñado de Gail, Ian Wilkson.
Los miembros del jurado fueron aislados tras anunciar el veredicto para protegerlos de la atención mediática que acapara el caso.
El mortal banquete tuvo lugar el 29 de julio de 2023 y fue organizado por Patterson para dar a sus invitados la noticia de que padecía cáncer, enfermedad que posteriormente se demostró que no le había sido diagnosticada.
La mujer sirvió solomillos Wellington, compuestos por un trozo de carne envuelto en hojaldre y cubierto de champiñones, con puré de patatas y judías verdes, en cuya preparación, según informes de toxicología, Patterson empleó 'amanita phalloides', también conocida como oronja verde, uno de los hongos más letales.
Don y Gail Patterson, de 70 años, fallecieron, al igual que Heather Wilkinson, de 66, entre el 4 y el 5 de agosto, tras sentirse gravemente enfermos después de la cena, a la que también estaba invitado el exmarido de Erin Patterson, Simon Patterson, con quien tiene hijos en común y que finalmente no acudió.
Ian Wilkinson fue el único superviviente del mortal banquete.
Las mentiras de Patterson
Además de mentir sobre que tenía cáncer, la mujer fingió estar enferma tras la cena para evitar sospechas, antes de finalmente embarcarse en un encubrimiento cuando la policía comenzó a investigar las muertes, intentando destruir pruebas y engañar a la Policía, aseguró la fiscalía.
Patterson, quien dijo durante el juicio que había heredado grandes sumas de dinero de su madre y su abuela, contrató un equipo legal de cuatro personas, dirigido por Colin Mandy, uno de los mejores abogados penales de Melbourne.
Ella fue la única testigo en su defensa y pasó ocho días en el estrado, incluidos cinco días de contrainterrogatorio.
La mujer contó al tribunal su lucha durante toda su vida contra su peso, un trastorno alimentario y una baja autoestima, y con frecuencia se emocionaba al hablar sobre las consecuencias de la cena en la familia Patterson y sus dos hijos.
Ella había mentido sobre su cáncer, según sostuvo durante el juicio, no para atraer a los invitados a la comida para asesinarlos, sino porque buscaba su ayuda para contárselo a sus hijos y le daba vergüenza decir que en realidad planeaba hacerse una cirugía para perder peso.
Patterson tampoco enfermó tanto tras el banquete con setas como sus invitados porque previamente se dio un atracón de un pastel que le había traído su suegra y luego vomitó, confesó al tribunal.
La mujer, que mantuvo su inocencia desde que fue arrestada en noviembre de 2023, ha sido hallada culpable de tres cargos de asesinato y uno de intento de asesinato. La Fiscalía consideró que planeó los asesinatos, sin encontrarse un motivo específico para ello.
Se desconoce por el momento cuándo el juez dictará sentencia sobre este caso que ha tenido una gran atención mediática en Australia.