El ministro de Defensa chino, Li Shangfu, afirmó este domingo que Pekín busca hablar con Estados Unidos. Lo hizo durante el Diálogo Shangri-La, el foro de seguridad anual más importante de Asia que ha tenido lugar en Singapur, y después de los últimos meses de confrontaciones entre ambos países. Sobre todo, en torno a Taiwán y su autonomía, pero también a las disputas territoriales en el Mar de China Meridional y las restricciones del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, a las exportaciones de chips. Cualquier conflicto entre ambos actores, alegó, conllevaría un "desastre insoportable para el mundo".
Tanto Li con estas declaraciones como Lloyd Austin, su homólogo estadounidense, se acusaron mutuamente de las tensiones entre las dos superpotencias en la misma cumbre. Además, se enzarzaron sin diálogo directo y mientras buques de los dos países casi colisionan en el estrecho de Taiwán. Pekín, de hecho, había denegado el pasado lunes la petición de Washington de que ambos se reunieran en Singapur. Se excusó culpando de la decisión a EEUU, que sancionó a Li en 2018 tras acusarle de comprar armamento a la empresa estatal rusa Rosoboronexport.
De esta forma, Li y Austin no intercambiaron más que un breve saludo y un apretón de manos en público en la cena de inauguración del viernes, cuando compartieron mesa, además de escuchar las recriminaciones que ambos se dedicaron al subir al estrado para pronunciar sendos discursos, el estadounidense el sábado y el chino este domingo. Su país, insistió, está "abierto" a la comunicación con la parte estadounidense, pero enfatizó que "si no hay respeto mutuo, el diálogo no es productivo".
Un día antes que Li, Austin había precisado a su par chino a dialogar para "poder evitar errores de cálculo que lleven al conflicto". El secretario de Defensa de EEUU aseguró que estaba "profundamente comprometido" con la preservación del statu quo en el autogobierno de Taiwán que Pekín reclama como su propio territorio. También reprendió al país asiático por negarse a mantener conversaciones militares.
"Me preocupa profundamente que la RPC [República Popular China] no haya estado dispuesta a participar más seriamente en mejores mecanismos para el manejo de crisis entre nuestros dos ejércitos", señaló Austin. "Cuanto más hablemos, más podremos evitar los malentendidos y los errores de cálculo que podrían conducir a una crisis o conflicto", concretó, añadiendo que Washington "no se inmutaría ante la intimidación o la coerción" del gigante asiático.
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Por su parte, Li aclaró que "China y Estados Unidos tienen sistemas diferentes y son diferentes en muchos otros aspectos". Sin embargo, alegó, "esto no debe impedir que las dos partes busquen un terreno común e intereses comunes para hacer crecer los lazos bilaterales y profundizar la cooperación". "Es innegable que un conflicto o enfrentamiento severo entre China y EEUU será un desastre insoportable para el mundo", zanjó.
Estos comentarios, como ya se ha mencionado, coincidían con un nuevo episodio de tensión en el estrecho de Taiwán. Allí, un buque militar chino maniobró el sábado a escasos 137 metros del destructor estadounidense USS Chung-Hoon. Estaba realizando maniobras conjuntas con la Marina canadiense y evitó, in extremis, una colisión.
Los dos países norteamericanos señalaron que se encontraban en aguas internacionales, mientras Pekín insiste en que se trataba de sus aguas territoriales y, en un comunicado, el portavoz del Comando Este del Ejército chino, Shi Yi, defendió que las fuerzas chinas actuaron dentro de la ley. En este sentido, Li denunció que "no se trata de travesías inocentes, sino de provocaciones"
El ministro de Defensa chino reiteró la posición de China sobre Taiwán, isla autogobernada que Pekín considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil. Así, con tono firme, Li incidió en que su país busca una reunificación "pacífica" y en que "no promete renunciar a la fuerza" para tomarlo si hay provocaciones: "Depende de China decidir cómo resolver el asunto", zanjó.
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Austin Lloyd también se refirió a Taiwán y dijo que EEUU suministra armamento a la isla y que, en principio, la defendería en caso de ataque. "Estados Unidos continuará oponiéndose categóricamente a un cambio del statu quo (de Taiwán) por cualquiera de las partes", expresó. "No buscamos el conflicto o la confrontación, pero no titubearemos frente a la coerción o el abuso", agregó.
El consultor independiente Andrew Leung explicaba a la agencia de noticias Al Jazzera que "incluso antes de las recientes confrontaciones directas, las rutas marítimas de comunicación de China, que no solo son el Estrecho de Taiwán sino también el Mar de China Meridional, están rodeadas por activos militares estadounidenses" y que todos esos puntos controlan "el flujo de comercio chino, de la importación de energía". "Entonces, si estuvieras en China y estuvieras rodeado, naturalmente, pondrías muchas defensas", argumentaba.
Otras reuniones paralelas
En contraste con la ausencia de diálogo entre ambos, Austin y Li aprovecharon para mantener un buen número de bilaterales y multilaterales con otros líderes en el foro; el estadounidense, por ejemplo, afianzó lazos con sus aliados de Filipinas, Japón y Australia en la que supone su primera reunión de Defensa conjunta.
Li, por su parte, sí se prestó a reuniones incómodas con sus pares de Japón y Corea del Sur, Yasukazu Hamada y Lee Jong-sup, en respectivos encuentros en los márgenes de la conferencia, así como con el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, quien también participó en el Diálogo.
Organizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres, ésta es la vigésima edición del Diálogo Shangri-La, que se celebra en el hotel homónimo de Singapur, la 'Suiza asiática' por su neutralidad, y se ha convertido en una de las conferencias internacionales de seguridad más importantes.
En esta edición también participaron el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, quien inauguró el viernes el foro, instando entonces al diálogo como "medida de contención" frente a un potencial conflicto entre China y EEUU.
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Un llamamiento repetido por muchos de los participantes que quedó desatendido, si bien los contactos de alto nivel entre China y EEUU continúan por otro lado, conociéndose el viernes que el director de la CIA, Bill Burns, hizo un viaje secreto a China en mayo, su primera visita al país asiático desde que ocupa el puesto.
"No es el final del mundo que Li y Austin no se reúnan. Podrían acordar mantener contacto en el futuro, pero, tras las recientes conversaciones entre EEUU y China en asuntos comerciales y políticos, que no haya de Defensa es aceptable", afirmaba a Efe el analista de asuntos exteriores singapurense Ja-Ian Chong.