El subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente del país, Dmitri Medvédev, ha anunciado este domingo que el Kremlin subirá las tarifas del gas hasta los 5.000 euros por cada mil metros cúbicos para finales de este año, lo que supone un incremento del 42,8% en la factura. Un aumento que los países occidentales vinculan con la campaña militar rusa en Ucrania.

"Debido al aumento de los precios del gas hasta los 3.500 euros por cada mil metros cúbicos, me veo obligado a revisar al alza el coste previsto hasta los 5.000 euros para finales de 2022", ha escrito en su canal de Telegram el que fuera también primer ministro ruso.

Actualmente, y con la subida de los precios de la energía a nivel global, Moscú está vendiendo el gas a un precio de 3.500 euros por cada mil metros cúbicos. Subir las tarifas hasta los 5.000 euros por cada mil metros cúbicos supone un incremento de un 42,8%. Un aumento considerable que el Kremlin anuncia a pocos meses de la llegada del invierno, sabedor de que los países de la Unión Europea (UE) y especialmente Alemania y Países Bajos son los más dependientes del gas ruso.

El mensaje, que ha sido adelantado en España por Efe, está claramente dirigido a los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE y añade una pulla final: "Con los mejores deseos". La advertencia incluye un dibujo de un malencarado hombre barbudo con un gran parecido a Rasputin, con una vela en la mano y al fondo dos torres petrolíferas.

Debido al alza de los precios, incluso con la reducción actual del suministro a la UE, el Kremlin puede ingresar 20.000 millones de dólares en un trimestre por la exportación de gas, según los cálculos de los expertos.

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Los Gobiernos de varios países de la UE han anunciado programas de ahorro energético ante el incremento dramáticos de los precios del gas, que superó esta semana los 3.500 dólares.

A su vez, Medvédev en una entrevista con la televisión francesa aseguró que Moscú no quiere cerrar la llave del gas, pero que "ahora Europa se ha convertido en un canal de la política estadounidense". "Hemos suministrado gas a Europa durante décadas. Europa estaba satisfecha y nosotros también. Eso significa que la relación era pragmática", aseguró al canal LCI.

Subrayó que, pese a pasar a cobrar el gas en rublos tras las sanciones occidentales, Moscú siempre ha estado dispuesto a bombear gas en los volúmenes contratados.

"Si nos doblan los brazos, si nos prohíben los pagos o si se renuncia al suministro de las turbinas reparadas o al lanzamiento del (gasoducto) Nord Stream 2, entonces esa clase de suministros no alcanzarán los volúmenes que esperan los países occidentales", advirtió.

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Además, consideró "irreal" la posibilidad de que el gas licuado de EEUU reemplace al gas natural ruso, ya que "el gas de tubería es mucho más barato y el licuado es tremendamente caro".

"Ha llegado hasta el punto de que el canciller (alemán Oleg) Scholz viajó a Canadá para lograr un acuerdo sobre los suministros de gas licuado motivado por el deseo de que es mejor comprar gas a un país cercano y democrático que a Rusia. Pues que lo compre", dijo.

¿Se lo puede permitir?

La carrera de Medvédev, natural de San Petersburgo (como Vladimir Putin), ha estado siempre íntimamente relacionada con la del presidente ruso, con el que ha trabajado estrechamente desde 1999, primero como jefe de campaña, jefe de Administración presidencial, primer ministro y ahora subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia.

Medvédev sustituyó a Putin como presidente entre 2008 y 2012), cuando éste tuvo que abandonar el Kremlin al ejercer dos mandatos presidenciales consecutivos, un enroque que fue muy criticado en su momento por opositores y gobiernos occidentales.

Según la prensa internacional, Rusia se puede permitir suspender el suministro de gas a Europa durante un año sin apenas sufrir pérdidas, si se mantienen los actuales niveles de precios y exportación de petróleo

En un artículo en la prensa, el primer ministro británico, Boris Johnson, responsabilizó el domingo al presidente ruso, Vladímir Putin, y a su "invasión bárbara" de Ucrania por el repunte global en el coste de la energía.