La división electoral de Perú se volvió a trasladar este sábado a las calles con sendas manifestaciones entre los que apoyan a la derechista Keiko Fujimori en denunciar sin pruebas un fraude en las urnas y los que reclaman ya la proclamación oficial del izquierdista Pedro Castillo como presidente electo.

Mientras unos protestaban contra el "fraude" que consideran que ha habido en la victoria electoral de Castillo, los simpatizantes del virtual ganador de los comicios protestaron contra el "golpe de Estado" que, a su juicio, pretende dar Fujimori para evitar su tercera derrota consecutiva en unas elecciones presidenciales.

Tanto Castillo como Fujimori intervinieron en sendas manifestaciones celebradas en el centro histórico de Lima por segunda semana consecutiva y pusieron aún más presión sobre el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), pendiente de resolver los recursos de Fujimori para anular miles de votos.

Pese a que aún no ha sido proclamado oficialmente, Castillo ya ha comenzado a actuar esta semana como presidente electo y, en su mitin de este sábado, anticipó las líneas maestras de su Gobierno bajo un mensaje de unidad lanzado a sus seguidores en la Plaza San Martín, tradicional lugar de protestas sociales en la capital peruana.

"Se acabaron la riñas. Llamo a la más amplia unidad del pueblo peruano. Desde este momento no hay vencedores ni vencidos. Somos una gran familia llamada a encaminar un Perú de oportunidades", dijo Castillo en su breve intervención.

"Tienen aquí un Gobierno electo", añadió el profesor y líder sindical del magisterio peruano, que prometió un mandato sin corrupción.

"Ni comunistas ni chavistas"

Castillo negó que ni él ni su equipo técnico que lo acompaña sean chavistas o comunistas como así los han tildado desde el bando de Fujimori, reiteró que no van a quitar propiedades a nadie, e incluso anunció su intención de ratificar a Julio Velarde - una referencia de la ortodoxia económica- al frente del Banco Central.

"Somos democráticos, respetamos la gobernaniblidad, la institucionalidad y seremos respetuosos de esta Constitución", apuntó el virtual presidente electo, cuya principal promesa es promover una Asamblea Constituyente para promulgar una nueva Constitución que permita nacionalizar recursos naturales.

Castillo también saludó los pronunciamientos de organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) que han descartado la existencia de un fraude en los comicios celebrados el pasado domingo 6 de junio.

En la misma línea se manifestaron esta semana la Unión Europea, el Departamento de Estado de los Estados Unidos y Canadá, así como otros organismos nacionales que supervisan el proceso como la Asociación Civil Transparencia, la Defensoría del Pueblo y la Conferencia Episcopal Peruana.

Con el 100% del escrutinio, Castillo es el virtual presidente electo al recibir el 50,12% de los votos válidos, con un estrecho margen de 44.000 votos sobre Fujimori.

Sin embargo, al día siguiente de la votación, y cuando veía que su derrota era casi irreversible, la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) denunció un supuesto fraude y solicitó anular unos 200.000 votos de zonas rurales, andinas y pobres donde Castillo tuvo un apoyo aplastante.

Auditoría de OEA

Después de que los jurados electorales hayan rechazado en primera instancia todos sus recursos por falta de pruebas o por no haber sido presentados a tiempo, Fujimori anunció este sábado en su mitin que enviará una carta al presidente interino, Francisco Sagasti, para que pida a la OEA una auditoría internacional.

"Señor Sagasti: mire y escuche las voces de los más de 8 millones de peruanos que queremos saber la verdad", afirmó Fujimori.

"Nosotros no pedimos que nos favorezcan, sino que se analicen todas esas irregularidades y trampas que se han hecho en la mesa", agregó.

Durante el mitin, Fujimori evitó coincidir en el escenario con el abogado y portavoz de Fuerza Popular Miguel Ángel Torres ni con la líder del Partido Popular Cristiano (PPC) Lourdes Flores, dos de sus principales asesores en su estrategia legal.

Esto después de que el lunes un juez le advirtiese que podía volver a prisión provisional en el caso de que se juntase otra vez con Torres, Flores o cualquier otro testigo del caso de presunto lavado de dinero donde afronta una acusación de 30 años y 10 meses de prisión por la financiación irregular de sus campañas electorales.

"Jamás me voy a rendir", respondió Fujimori, cuya postura de no reconocer los resultados de las elecciones mantiene polarizado al país, una situación que ha provocado que este sábado el jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Piero Corvetto, haya sido víctima de una agresión física en el Club Regatas Lima.

La atención seguirá puesta así en el JNE, que tiene pendiente resolver los recursos de Fujimori, aunque ya confirmó la denegatoria de los diez primeros, lo que acerca a la proclamación oficial de Castillo como presidente electo.