Nagorno-Karabaj, una franja de más de 4.400 kilómetros cuadrados situada entre Azerbaiyán y Armenia, ha vuelto a cobrar actualidad por los enfrentamientos que, primero en julio y ahora este domingo, se han reanudado entre tropas de ambos países por el control de la autoproclamada república, reavivando así un conflicto enconado desde más de 30 años.

Los combates en el enclave separatista continuaron durante la noche y las primeras horas de esta mañana. "Durante la noche los combates continuaron con diversa intensidad. Por la mañana el enemigo reanudó su ofensiva con el empleo de artillería, blindados y lanzacohetes TOS", escribió hoy la portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia, Sushán Stepanián, en Facebook. La fuente agregó que las fuerzas armenias toman las medidas necesarias para repeler los ataques.

La parte azerbaiyana, a su vez, acusó a las fuerzas armenias de bombardear la ciudad de Terter, limítrofe con la zona de Nagorno Karabaj y situada a 332 kilómetros al oeste de Bakú. Según un comunicado del Ministerio de Exteriores del país, Armenia ataca "de forma premeditada" a la población civil y la infraestructura civil de esa localidad.

Al mismo tiempo, la nota se refiere a los combates en Nagorno Karabaj, donde, según Exteriores azerbaiyano, las tropas no luchan contra la población civil sino que "llevan a cabo contraataques en el marco del derecho humanitario internacional". Las fuerzas de Nagorno Karabaj confirmaron hasta ahora la muerte de al menos 31 militares en los ataques de las fuerzas azerbaiyanas y publicaron los nombres de los soldados fallecidos.

Armenia también negó la información azerbaiyana sobre centenares de sus soldados fallecidos en los choques con las fuerzas de Azerbaiyán. Bakú, a su vez, por el momento no ha ofrecido información oficial sobre el número de las bajas militares en la región durante la escalada que comenzó este domingo.

Tanto en Armenia como en Azerbaiyán ayer fue decretada la ley marcial debido a la escalada de la situación en Nagorno Karabaj, donde el último gran enfrentamiento se registró en 2016 y recibió el nombre de la "guerra de los cuatro días".

¿Cuándo surge la disputa?

El origen del conflicto en Nagorno-Karabaj se remonta a la época del imperio ruso. Habitada por una mayoría étnica de armenios cristianos, siempre hubo tensiones con la minoría turca de fe islámica, pero tanto los zares como la Unión Soviética supieron mantenerlas a raya.

Con el colapso de la URSS comenzó también el del frágil equilibrio étnico y religioso en el territorio. En 1988 la asamblea regional aprobó una resolución para que Nagorno-Karabaj se incorporara a Armenia, a pesar de que desde 1921 formaba parte de Azerbaiyán por decisión del Gobierno soviético.

El Parlamento de la todavía República Socialista de Armenia acogió de buen grado la iniciativa de Nagorno-Karabaj aprobando su adhesión desde la vecina Azerbaiyán, aunque nunca llegó a materializarse porque Moscú lo frenó.

En 1991, ya con la URSS desmembrada, Nagorno-Karabaj declaró su independencia propiciando una guerra entre las dos antiguas repúblicas soviéticas que se saldó con 30.000 víctimas y cientos de miles de refugiados.

Finalmente, Armenia se hizo con el control efectivo de Nagorno-Karabaj en 1993 y ocupó el 20% del territorio azerí que rodea a la región, siete distritos que considera una "franja de seguridad".

Alto el fuego

Rusia logró mediar un alto el fuego entre las partes que está vigente desde 1994 y se ha incumplido varias veces en estos años debido a las continuas tensiones en la Línea de Control, que sirve de frontera entre ambos países.

Al mismo tiempo que se firmó la tregua, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) creó el Grupo de Minsk, copresidido por Rusia, Francia y Estados Unidos e integrado por otros países, incluidas las partes en conflicto, para buscar una solución definitiva.

En las últimas décadas, el Grupo de Minsk ha propiciado varias rondas de contactos pero con escaso éxito. Armenia reivindica su dominio territorial y pide que los habitantes de NagornoKarabaj sean escuchados, mientras que Azerbaiyán reclama el fin de la ocupación, en línea con numerosas resoluciones de Naciones Unidas.

En 1992, en plena guerra, Nagorno-Karabaj celebró un referéndum por el cual se proclamó una república independiente, tanto de Armenia como de Azerbaiyán, si bien ningún país de la comunidad internacional la ha reconocido como tal.

Combates esporádicos

El último gran episodio de violencia en Nagorno-Karabaj tuvo lugar en 2016. Bakú y Ereván se enfrentaron en una guerra de cuatro días que comenzó el 2 de abril con la muerte de un soldado armenio como detonante. Más de 300 personas murieron.

Las partes accedieron a silenciar las armas tras una serie de negociaciones en Moscú, pero los enfrentamientos han seguido de forma esporádica. El pasado mes de julio, hubo combates en la zona que separa la región azerí de Tovuz de la provincia armenia de Tavush, cerca de Georgia, a varios cientos de kilómetros de Nagorno-Karabaj.

El último incidente ha tenido lugar a primera hora de la mañana de este 27 de septiembre por una ofensiva de la que ambas partes se han acusado y que ha causado varias bajas civiles y militares.

Amenaza

Turquía, claramente posicionada con Azerbaiyán en este conflicto, ha aprovechado los recientes acontecimientos para señalar a "las provocadoras agresiones de Armenia" como "el mayo obstáculo para la paz y la estabilidad en el Cáucaso.

"Debido a que Azerbaiyán y las fuerzas militares de etnia armenia están posicionadas la una junto a la otra y apenas tienen comunicación, hay un alto riesgo de que una acción militar involuntaria derive en un conflicto", coincide el Council of Foreign Relations (CFR) en un reciente informe.

En este sentido, el 'think tank' explica que "las dos partes tienen intereses políticos domésticos que podrían llevar a sus respectivos líderes a lanzar un ataque", a lo que se suma que "Rusia ha prometido defender a Armenia, Turquía ha dado apoyo a Azerbaiyán e Irán, que tiene una gran minoría azerí, podría implicarse".

Por ello, "sin unos esfuerzos de mediación exitosos, las violaciones del alto el fuego y las renovadas tensiones amenazan con reactivar el conflicto militar entre los dos países y desestabilizar la región del Cáucaso sur", avisa el CFR.