Bielorrusia vive días tempestuosos en medio de una polémica campaña electoral marcada por detenciones de candidatos y manifestaciones contra con el presidente, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994. "La situación es tensa e impredecible", reconoce a la agencia Efe el activista Pável Yujnevich.

El país ha registrado una inédita movilización de la sociedad en las calles ante los comicios presidenciales del 9 de agosto, impulsada por aspiraciones de cambio y un marcado cansancio con el poder tras más de un cuarto de siglo con el mismo presidente al timón de Bielorrusia, sostienen los opositores.

"Nunca antes el apoyo electoral a Alexandr Lukashenko era tan bajo y las autoridades lo entienden perfectamente", opina por teléfono desde Minsk el dirigente democristiano y excandidato a la Presidencia bielorrusa, Vitali Rimashevski.

De ahí, según Rimashevski, que las autoridades hayan puesto en marcha una campaña para silenciar las voces disidentes, entre periodistas, activistas y blogueros independientes, que ya se ha saldado con numerosas detenciones.

De acuerdo con el centro bielorruso de derechos humanos Vesná, desde el inicio de la campaña electoral en el país en distintas acciones de protesta han sido detenidas más de 1.000 personas.

A su vez, la Asociación de Periodistas de Bielorrusia aseguró a Efe que en los últimos dos meses han sido detenidos más de 50 profesionales de los medios de comunicación.

La campaña electoral bielorrusa, zarandeada por la detención de mercenarios rusos Efe

Para Yujnevich, activista de Bielorrusia Europea, la situación que se está creando en Bielorrusia de cara a los comicios del 9 de agosto, es muy "tensa e impredecible".

"En primavera pensaba que esta campaña presidencial sería muy insulsa, con un resultado predecible", recuerda. Sin embargo, los acontecimientos de los últimos meses le hicieron cambiar de opinión.

En esta ocasión el descontento con las autoridades se ha extendido por todo el país, y no solo es palpable en la capital, sostiene.

"Incluso en la provincia, donde Lukashenko tenía mucho apoyo, ahora todos están en contra", dice el activista.

La gestión del Covid-19

La mala gestión de la crisis causada por el nuevo coronavirus ha sido uno de los detonantes del malestar de los ciudadanos con Lukashenko, quien calificó la pandemia de "psicosis" y se negó a implantar el distanciamiento social, creen los opositores.

"Primero las estadísticas eran silenciadas, luego eran poco creíbles... Y eso repercutió seriamente en la popularidad del poder", opina Yujnevich.

Bielorrusia registra más de 67.000 casos de coronavirus y medio millar de fallecidos por la enfermedad.

En caso de una segunda ola de la pandemia, el descontento político se transformará en uno económico, porque "mucha gente ya ha quedado sin trabajo", sobre todo, entre representantes de la pequeña y mediana empresa, advierte el activista.

Sus palabras sobre el hartazgo de muchos bielorrusos las corrobora el éxito de las concentraciones convocadas por la candidata opositora Svetlana Tijanóvskaya, que emprendió la semana pasada una gira por las regiones del país.

Ella se presentó a las elecciones porque su esposo, el conocido bloguero opositor Serguéi Tijanovski, fue detenido en mayo y se encuentra en prisión.

El fin de semana pasado en un mitin en Gomel, ciudad natal de su marido, Tijanóvskaya reunió a más de 10.000 personas, según los cálculos de medios locales, lo que convertiría la concentración en la más multitudinaria que se ha celebrado en esa localidad bielorrusa a lo largo de décadas.

Unidad en torno a Tijanóvskaya

Lukashenko se ha deshecho, por la vía judicial o administrativa, no solo del marido de la candidata presidencial, sino también de otros dos rivales.

Rimashevski, que fue candidato presidencial en 2010 y ahora coordina la campaña 'El derecho a elegir', cree que una de las personas capaces de hacer sombra a Lukashenko en las elecciones hubiera sido el exbanquero Víctor Babariko, que se encuentra desde junio en prisión, acusado de delitos económicos.

Otro rival, el exdiplomático y exdirector de un parque tecnológico Vitali Tsepkalo, al que la Comisión Electoral Central (CEC) impidió registrarse como candidato, abandonó el pasado viernes Bielorrusia con sus dos hijos ante la amenaza de ser detenido.

Una pareja posa con un cartel de fondo que reza '9 de agosto 2020 elecciones presidenciales en Bielorrusia'. Efe

Su esposa, Veronika, que permanece en Bielorrusia, ha denunciado que las autoridades planeaban privar al matrimonio de la patria potestad de sus hijos.

Así, a los tres enemigos de Lukashenko no les ha quedado otra opción que cerrar filas en torno a Tijanóvskaya, a la que ven como la única capaz de desafiar el poder del actual presidente bielorruso.

Este ya ha atacado a su contrincante al afirmar que la Constitución bielorrusa no está hecha a medida de una mujer, que no puede en un futuro próximo llegar a tomar las riendas del país.

Pero Tijanóvskaya le ha respondido con soltura: Lo que no tuvieron en cuenta las autoridades al impedir que su marido participe en las elecciones, es que "detrás de todo hombre fuerte hay una mujer igual de fuerte", sostiene.

Ella afirma que su "misión" consiste en ganar al presidente para convocar acto seguido elecciones anticipadas en las que podrían participar todos los candidatos eliminados de la campaña actual.

"Yo no soy política pero ustedes deben tener la posibilidad de votar en unas elecciones justas y absolutamente transparentes", dijo Tijanóvskaya en un mitin a sus seguidores.

Yujnevich, activista de Bielorrusia Europea y asiduo a las manifestaciones opositoras, asegura que la sociedad bielorrusa está ahora "más politizada que nunca".

"He visto las campañas presidenciales de 2001, 2006 y 2010 y puedo decir que ahora el nivel de la politización de la sociedad es colosal", dijo.

"Espero que las autoridades no lleguen a usar la fuerza (contra participantes en las protestas)", aseveró, al tiempo que consideró que la situación en el país, sobre todo después las elecciones, es "difícil de pronosticar".

Mercenarios rusos

Añadido a este clima, el presidente Lukashenko, ha ordenado reforzar las medidas de seguridad de cara a las presidenciales tras la detención de 33 supuestos mercenarios rusos de la compañía militar privada Wagner.

Las fuerzas de seguridad los arrestaron en la madrugada de este miércoles. Tenían presuntamente la tarea de provocar el caos en el país de cara a los comicios.

Lukashenko indica que si los detenidos son ciudadanos rusos "es necesario dirigirse inmediatamente a las correspondientes entidades de Rusia, para que expliquen lo que ha sucedido".

El mandatario sostiene que si las autoridades rusas "son culpables, tienen que salir dignamente de esta situación". "Si no lo son, entonces bien, no tenemos como objetivo difamar a un país cercano a nosotros", zanja.

Este jueves, el Kremlin negó de manera terminante que Rusia intente desestabilizar Bielorrusia: "Ya han aparecido calumnias. Por supuesto, no son más que calumnias", dijo en su rueda de prensa diaria el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.