El 25 de abril es una fecha clave en el calendario luso e italiano. El primero, celebra el fin de la dictadura salazarista en 1974 y el segundo la caída del fascismo. Se trata de fiestas nacionales muy importantes que este año se han visto afectadas por el COVID-19. Tanto los portugueses como los italianos deberán celebrar la libertad que trajeron esas históricas fechas confinados en sus casas, sin los tradicionales desfiles y conmemoraciones que cada año inundan sus ciudades e instituciones.

El coronavirus ha invadido todos los aspectos de la vida y con las fiestas nacionales no es menos, sin embargo, ello no impide que la población celebre este día, aunque sea de otra manera.

En el caso de Italia, que este año conmemoraba el 75 aniversario de la liberación del fascismo en 1945, habitualmente celebra su fiesta nacional con conciertos, eventos y exposiciones para recordar cómo el país consiguió hacerse con el control de las ciudades del norte y expulsar a las tropas nazis en su retirada hacia Alemania.

El presidente, Sergio Mattarella, ha querido rendir un homenaje en solitario en el Altar de la Patria de la Plaza Venecia de Roma. A primera hora de la mañana, se ha acercado al monumento a Víctor Manuel II y ha subido la larga escalinata hasta la tumba al soldado desconocido, solo y llevando una mascarilla.

Allí le esperaban dos coraceros, también con mascarillas, que han llevado una corona de flores, mientras sonaba la música de un trompetista carabinero. Además, este sábado está previsto que los italianos salgan a sus balcones y entonen a las 3 de la tarde el tradicional himno partisano Bella Ciao, un gesto con el que mostrarán unidad en un momento de crisis que ha dejado cerca de 26.000 muertos en el país.

En este sentido, Mattarella ha pedido a todos los italianos que muestren unidad y solidaridad en un momento de especial dificultad, y ha agradecido su labor a los sanitarios y a los empleados que favorecen el funcionamiento de las cadenas de producción y los servicios esenciales. También ha recordado que aquel 25 de abril de 1945 nació una nueva Italia, "unida en torno a valores morales y civiles universales, que ha sabido construir su propio futuro".

Polémica por la sesión en el Parlamento portugués

Por su parte en Portugal, con más de 820 muertos por coronavirus y de 22.000 infectados, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, animó a la población a quedarse en casa a pesar de que la celebración afirmando que si los mantienen este esfuerzo hasta final de abril, podrá conseguirse la "libertad" en mayo, resumiendo así las esperanzas de las autoridades, que planean una reapertura económica gradual el mes que viene.

El país luso prescindirá del gran desfile de Lisboa pero el Parlamento tomará todo el protagonismo con su tradicional sesión solemne, aunque esta vez se hará con el aforo reducido a un tercio del total de diputados (hasta 77 de los 230 legisladores).

Asimismo, acudirán menos invitados de los habituales, entre los que suele haber capitanes que iniciaron el levantamiento pacífico y expresidentes. El número de invitaciones ha suscitado polémica ya que, a pesar de las medidas de seguridad,  algunos consideran la celebración "excesiva", teniendo en cuenta las circunstancias actuales. 

El expresidente António Ramalho Eanes, primer jefe de Estado democráticamente elegido tras la Revolución y que ahora tiene 85 años, se ha unido a las voces discrepantes por el formato elegido y ha dicho que asistirá al Parlamento "solo por responsabilidad institucional".

Claveles en las ventanas y cantos a la libertad

La ciudadanía no se ha querido quedar al margen de la fiesta y están preparando iniciativas para poder celebrarla desde sus casas. Una de ellas es salir a la ventana para cantar la emblemática Grândola Vila Morena, que dice que "el pueblo es quien más manda", a las 15.00 horas.

Al tratarse de una conmemoración a la Revolución de los Claveles, otra de las propuestas consiste en poner un clavel rojo en la ventana. En caso de que no sea posible uno auténtico, se invita a que al menos se coloque un dibujo.

"Pedí a una amiga que es artista gráfica pensar en un clavel estilizado que sea simple, para que las personas puedan reproducirlo en papel, o en cualquier cosa", explica a Efe la autora de la iniciativa, Marie-line Darcy. "El hecho de estar confinados hace que haya aún más voluntad de manifestar libertad", sostiene.

Noticias relacionadas