Maryam Rajavi lidera el principal movimiento opositor al régimen iraní desde hace más de dos décadas. La entrevistamos con motivo de los acontecimientos que han tenido lugar en los últimos meses en el país y cuyas consecuencias afectan no sólo a la estabilidad del gobierno, sino también al conjunto de la región dado que, cualquier movimiento que se produce en el complicado tablero de Oriente Medio, afecta a todos los países de la zona.

Nacida en 1953 en una familia de clase media, su hermana mayor, Narges, fue asesinada por el SAVAK (la policía secreta del Shah) en 1975, y en 1982, con el Ayatola Jomeini ya en el poder, una de sus hermanas, Massoumeh, estando embarazada fue arrestada por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), torturada brutalmente durante meses y posteriormente ahorcada.

Se acerca a la Organización Popular de Mojahedin de Irán (PMOI / MEK) en 1970 a través de su hermano mayor, Mahmoud, mientras aún asiste a la escuela secundaria y se convierte en miembro en 1977.

Tras el derrocamiento del Shah se presenta a las primeras elecciones parlamentarias y a pesar de los intentos de Jomeini para que no hubiese ninguna candidata del PMOI consigue el voto de un cuarto de millón de electores sólo en Teherán. 

En 1985 Maryam Rajavi se convierte en la colíder de los Mojahedin, cuatro años más tarde es nombrada Secretaria General de la Organización Popular de Mojahedin de Irán y en 1993 es elegida Presidenta electa del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán.

¿En qué situación cree que se encuentra actualmente el régimen iraní?

El régimen de los mulahs está en una situación de cambio de tendencia de la que no puede salir y cuyo factor principal es una insatisfacción de la sociedad, profunda y generalizada.

Desde 2018, ha habido cinco oleadas de levantamientos en todo Irán y miles de movimientos de protesta por parte de trabajadores, estudiantes, enfermeras, campesinos, gente que ha perdido sus ahorros, jubilados, habitantes de suburbios pobres, millones de jóvenes, graduados pero desempleados o con trabajos eventuales.

Las autoridades reconocen que el 96% de la sociedad iraní se opone al poder. La dictadura religiosa es inestable incluso dentro del pequeño porcentaje de su base social. La situación económica se ha hundido por completo. El crecimiento económico es actualmente de - 5%. La tasa de inflación es del 50%. La moneda oficial en los últimos dos años ha perdido 3 a 4 veces su valor. Gran parte del sistema bancario iraní está en quiebra o en insolvencia.

Esto, junto con los desastres naturales , el desempleo y la incapacidad del régimen para exportar petróleo (la principal fuente de ingresos del gobierno) debido a las sanciones internacionales, hace que la insatisfacción sea cada vez más explosiva.

Por eso el régimen se encuentra en un callejón sin salida. Cualquiera que sea el camino que tome, va en contra de su propia supervivencia. Por ejemplo, el régimen necesita urgentemente aumentar sus ingresos. En noviembre pasado, elevó el precio del combustible para llenar sus arcas. Pero esta decisión provocó un gran levantamiento que le causó perjuicios políticos y económicos irreversibles. Sólo cuenta con la represión para mantenerse.

¿La política de apaciguamiento con el régimen iraní tras el acuerdo firmado con Obama y otros líderes europeos ha producido resultados positivos? ¿Cree que ha habido una mejora en los derechos humanos en Irán después de la firma del acuerdo?

Debemos recordar que la condescendencia con el régimen siempre ha significado en la práctica el bloqueo del cambio democrático en Irán. Esto ha sido así durante treinta años.

Bajo la ilusión de encontrar una facción moderada dentro de este régimen, los gobiernos occidentales han hecho todo tipo de cesiones. Por ejemplo, desautorizando a la oposición y colocándole, a petición del régimen, la etiqueta de terroristas.

También, durante los años en que la mayoría de miembros de la resistencia estaban en Camp Ashraf, en Irak, el gobierno estadounidense, entonces en guerra, se comprometió a protegerlos. Sin embargo, dejó esta responsabilidad en manos del gobierno pro iraní de Al Maliki- quien permitió repetidos ataques contra Ashraf por parte de fuerzas iraníes y el asesinato de muchos de sus residentes.

El gobierno de Obama firmó el acuerdo nuclear de 2015 con el régimen iraní. Le hizo muchas concesiones pero no obtuvo ninguna seguridad. De hecho, en nuestro programa para el Irán del mañana, anunciamos que queremos un Irán no nuclear. El programa atómico del régimen solo sirve para su supervivencia. 

Maryam Rajavi

En 2002, la resistencia iraní reveló el paradero del sitio nuclear secreto más grande del régimen y más de cien informaciones sobre los detalles de este programa lo que obligó a los gobiernos occidentales a reaccionar.

Lamentablemente, después del acuerdo nuclear de 2015, además de los colosales acuerdos económicos concluidos con el régimen iraní, Occidente cerró los ojos y optó por el silencio sobre la beligerancia y la interferencia militar y terrorista del régimen en Siria y en Yemen.

Si los países occidentales se hubiesen mostrado firmes, el régimen iraní no hubiese tenido más remedio que abandonar la carrera nuclear.

¿Qué significó el asesinato  del general Qassem Soleimani para los opositores al régimen? ¿Qué papel ha jugado también en la política iraquí en los últimos años?

En la estructura de poder actual, prácticamente ocupó el rango de número dos. Era el jefe del terrorismo y la guerra en la región y directamente responsable del desarrollo de la guerra en Siria así como de la guerra en Yemen y también del plan secreto de ocupación de Irak iniciado en 2003.

También estuvo detrás de los mayores ataques contra miembros de la Resistencia iraní en Irak, en particular la masacre de Ashraf en septiembre de 2013. Qassem Soleimani no tiene reemplazo en el régimen y con su muerte, la estrategia de exportar terrorismo y guerra, que es uno de los pilares de la supervivencia del régimen, recibió un golpe irreversible.

Los mulahs intentaron crear la ficción de que era un hombre popular organizando un funeral convertido en gran espectáculo (con la participación obligatoria de soldados, prisioneros y familias de la Guardia Revolucionaria) Pero en las manifestaciones de enero de 2020 en muchas ciudades, los jóvenes destrozaron su retrato o les prendieron fuego. Khamenei tuvo que defender que aquellos que habían prendido fuego a los retratos de este criminal eran solo una parte insignificante de la población

¿Cómo han evolucionado las últimas protestas contra el régimen iraní desde su inicio en diciembre de 2017? ¿Qué papel han jugado las mujeres en las protestas? ¿Y el movimiento de oposición que lidera?

Después de los levantamientos que tuvieron lugar en diciembre de 2017 y enero de 2018, fuimos testigos de un cambio real en el movimiento de protesta iraní. Se inició con reivindicaciones concretas (laborales, económicas) pero se acabó exigiendo el fin de la dictadura en Irán.

Durante estos levantamientos, desde el punto de vista político se alcanzaron tres puntos de no retorno. El primero: la determinación inquebrantable del pueblo iraní de derrocar a Ali Khamenei y su régimen. El segundo: el rechazo a todas las facciones de la teocracia, incluido Hassan Rohani que juega la carta de "moderación" mientras participa en toda la represión política y social. El tercer punto de no retorno fue el rechazo a los vestigios de la dictadura monárquica.

Soleimani era el responsable del terrorismo y la guerra en la región. Su muerte ha supuesto un golpe irreversible para el régimen

En cuanto a las mujeres han jugado un muy papel importante en todos estos levantamientos. Numerosos testimonios, fotos y videos confirman su papel protagonista en las manifestaciones. Incluso los Guardias Revolucionarios y el Vevak (el siniestro Ministerio de Inteligencia del régimen iraní) han reconocido en repetidas ocasiones la presencia masiva y activa de mujeres en las revueltas.

Mucho antes del estallido de estos acontecimientos en 2018, nuestro movimiento había optado por la estrategia de las unidades de resistencia y de las ciudades insurgentes. El hecho es que la represión y el clima de terror no han detenido al creciente número de jóvenes que se unen a las filas de las unidades de resistencia. El derrocamiento del régimen no puede ocurrir espontáneamente y sin un movimiento organizado.

¿Qué precio han pagado los iraníes que se opusieron al régimen en los últimos 40 años?

Desde los primeros días de la teocracia nos opusimos al velo obligatorio para las mujeres, así como al principio del guía supremo introducido en la Constitución para otorgar poder absoluto a Jomeini.

De 1978 a 1980, nuestro movimiento intentó librar una lucha política pacífica contra el nuevo despotismo que se estaba consolidando. Pero el terror siguió una curva creciente hasta que Khomeini, el fundador de la teocracia, ordenó el asesinato en masa de oponentes, comenzando por fusilar a niñas de 15 a 16 años que se habían negado a revelar sus nombres a los verdugos.

Durante el verano de 1981, decenas de miles de miembros y simpatizantes de nuestra resistencia fueron arrestados. Fue el comienzo del “terror negro”, las ejecuciones en masa y las torturas medievales. Cientos, doscientos, hasta cuatrocientos combatientes de la resistencia fueron fusilados cada 24 horas. Los detenidos liberados más tarde revelaron que contaban la cantidad de disparos cada noche para averiguar tratar de averiguar cuántas habían sido las personas ejecutadas.

Lo más impactante fue la masacre de 30.000 prisioneros políticos ordenada por Khomeini, que comenzó en el verano de 1988. La mayoría de las víctimas de este genocidio, que se llevó a cabo durante varios meses en secreto, eran miembros o simpatizantes de los muyahidines que cumplían sus penas de prisión. Muchos de los que habían sido liberados fueron capturados y ejecutados de inmediato.

Khomeini acababa de firmar un alto el fuego con Irak. Al exterminar prisioneros políticos que eran una fuente de motivación y oposición para la sociedad, quería evitar el derrocamiento de su régimen después de su derrota en la guerra.

Las víctimas fueron enterradas en fosas comunes. Desde 1988, el régimen no ha proporcionado ningún detalle sobre la ubicación de los cuerpos, su número e identidad.

En un clima de terror absoluto, nuestro movimiento de resistencia ha ido logrando recopilar los nombres de miles de personas que perdieron la vida. El año pasado, en una conferencia en el Parlamento Europeo, presenté por primera vez un informe que contenía los nombres de cinco mil Mojahedines del Pueblo masacrados en 1988.

Lamentablemente, los gobiernos occidentales han permanecido en silencio ante esta masacre. Incluso la ONU no dio respuesta a la denuncia de esta masacre masiva de prisioneros políticos en Irán, a pesar de que algo así no ha tenido precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, seguimos insistiendo en que el Consejo de Seguridad de la ONU envíe el caso de a una Corte Internacional de Justicia para sentar en el banquillo a los responsables, incluido Khamenei, el líder del régimen en la actualidad.

El actual jefe del poder judicial, Ebrahim Raïssi, y la actual ministra de justicia, Alireza Avaei, fueron miembros de las comisiones de la muerte de 1988 y se encuentran entre los responsable de esta masacre. La "justicia" del fascismo religioso, por lo tanto, ha sido confiada a los peores verdugos del país.

De hecho, más de 120.000 opositores políticos han sido ejecutados durante estas cuatro décadas por el régimen teocrático.

Como líder del principal movimiento de oposición, ¿cuál es su alternativa al régimen teocrático de Khamenei y Rohani? ¿Qué diferencia a su movimiento de otros movimientos de oposición en Libia, Irak o Siria que han tenido como resultado guerras o estados fallidos?

Déjeme responder la segunda parte de tu pregunta primero. Nuestro movimiento tiene raíces profundas en la sociedad iraní. Durante 55 años, ha librado una lucha implacable contra dos dictaduras. Durante todos estos años se construyó sobre una amplia base social. Las mujeres juegan un papel clave en nuestro movimiento de resistencia, que ya es una garantía para el Irán del mañana.

El Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI) tiene una infraestructura sólida, una gran experiencia y planes concretos para el futuro y tanto en Irán como en el extranjero, colaboran con nosotros una élite profesional consolidada. Esta fuerza que reúne una gran diversidad de la sociedad iraní es el mejor garante de la soberanía popular después de la caída del régimen.

Pero con respecto a la primera parte de su pregunta, la libertad, la independencia y la República fueron el motivo principal de la Revolución de 1979. Los manifestantes exigieron una República Islámica, pero no el Islam de los mulahs.

Incluso la Guardia Revolucionaria y el siniestro Ministerio de Inteligencia del régimen reconocen la presencia activa y masiva de mujeres en las revueltas

La larga y dolorosa represión de la dictadura del sha había diezmado a la oposición. Los líderes “Mojahedines del pueblo” permanecieron en prisión hasta los últimos días antes de la caída del sha. Khomeini aprovechó este vacío para usurpar el liderazgo de la Revolución y establecer un poder religioso que no tiene nada que ver con las demandas del pueblo iraní.

Esta dictadura sigue una triple estrategia para mantenerse en el poder: la represión despiadada de la sociedad, la exportación del terrorismo y el fundamentalismo a los países de la región y la carrera por la bomba atómica. Nuestro movimiento de resistencia ha logrado construir una alternativa política que hace frente al régimen en estos tres frentes y que ofrece una perspectiva basada en la libertad, la democracia y la igualdad.

En 1981 fundamos el NCRI, que es una coalición de partidos, grupos y personalidades de diferentes convicciones políticas unidas sobre la base del derrocamiento del régimen y un plan progresista para el Irán del mañana. Exigimos una República basada en la separación de la religión y el Estado, el pluralismo político, la igualdad de género, los derechos humanos, la abolición de la pena de muerte, la autonomía de los grupos étnicos oprimidos en el marco de la integridad territorial de Irán, la igualdad de oportunidades en el campo económico, la protección del medio ambiente, un Irán no nuclear y los lazos de solidaridad y coexistencia pacífica con los países vecinos.

Es la presencia de una alternativa tan democrática lo que garantiza que Irán no se hunda en el mismo destino que los países que ha mencionado.

El régimen iraní intentó atentar contra quienes asistían a la reunión anual de la oposición iraní en Villepinte en junio de 2018, pero no fue la primera vez que intentaron atacarte a usted y a su movimiento en suelo europeo, ¿qué puede comentar sobre este tema?

Cada vez que hay un levantamiento en Irán, la única respuesta de los mulahs es atacar al movimiento de resistencia. Nos consideran, acertadamente, el único movimiento capaz de liderar los levantamientos hacia su derrocamiento y nuestra presencia es la que hace que consideren estos levantamientos como una amenaza real.

Después de la revuelta de enero de 2018, los más altos funcionarios del régimen lanzaron amenazas explícitamente, como Ali Chamkhani, al frente del Consejo Supremo de Seguridad Nacional o el jefe de los servicios de inteligencia de la Guardia Revolucionaria.

Desde entonces, el Ministerio de Inteligencia, respaldado por la Fuerza Terrorista de la Guardia Revolucionaria Quds, el Ministerio de Relaciones Exteriores y sus embajadas, estuvo ideando un complot de gran alcance.

El primer gran ataque debería haber tenido lugar durante las celebraciones de Norouz (Año Nuevo iraní) celebradas por la Resistencia iraní en Tirana, Albania. El complot fue frustrado por los servicios de seguridad albaneses. Un segundo ataque importante debería haber tenido lugar durante la concentración anual de la Resistencia iraní en Villepinte, en los suburbios parisinos. Cientos de personalidades de más de 50 países, europeos, estadounidenses y de Medio Oriente, asistían a la reunión.

El régimen activó una de sus células durmientes en Europa para esta operación. El dispositivo explosivo fue entregado a esta célula por un diplomático del régimen destinado en Viena. Sin embargo, la policía belga detectó a los terroristas y los arrestó a tiempo. La policía alemana arrestó al diplomático a su regreso de su misión para entregar los explosivos a los terroristas. Él –el diplomático- todavía está en prisión en Bélgica. La resistencia iraní reveló detalles de la operación, así como la identidad de los principales líderes del régimen que la encargaron.

Estos dos casos no fueron las únicas iniciativas terroristas contra la resistencia iraní. Dos oficiales del régimen fueron arrestados concretamente en los Estados Unidos.

En octubre de 2019, la policía albanesa reveló una nueva tentativa terrorista por parte del régimen, liderado en este país por un núcleo dependiente de la Fuerza Quds. Albania expulsó recientemente a otros dos diplomáticos de Teherán de su territorio.

Los servicios alemanes y holandeses han publicado informes sobre las conspiraciones llevadas a cabo por las embajadas del régimen contra la Resistencia iraní.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Inteligencia, el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Guardia Revolucionaria y una docena de otros servicios y órganos terroristas y políticos del régimen están involucrados en una gran campaña de demonización y propaganda falsa contra la Resistencia iraní.

A través de esta guerra sucia, los mulahs quieren frenar la solidaridad internacional con la lucha del pueblo iraní por el derrocamiento del régimen.

Esta dictadura sigue una triple estrategia para mantenerse: la represión despiadada, la exportación del terrorismo y la carrera por la bomba atómica

Después de décadas de silencio, ¿cree que la opinión pública finalmente es consciente de la situación de las violaciones de los derechos humanos en Irán? ¿Cree que ahora hay más apoyo para la disidencia iraní por parte de la opinión pública? Y por parte de los gobiernos occidentales, ¿cuáles deberían ser las medidas tomadas por las organizaciones internacionales con respecto al régimen iraní?

La magnitud de los crímenes, las masacres, la opresión de las mujeres y el liberticidio en Irán y su duración durante muchos años es tal que no puede permanecer oculta a los ojos del mundo por más tiempo.

Por ejemplo, la Asamblea General de las Naciones Unidas y otros órganos de la ONU hasta el momento han denunciado 65 violaciones de derechos humanos cometidas en Irán. Gracias a los esfuerzos de la resistencia iraní, varios parlamentos de todo el mundo han condenado la represión que ejerce el régimen.

La resistencia iraní trabaja para llamar la atención sobre estos crímenes. Por ejemplo, dio a conocer las listas de las víctimas de las ejecuciones, documentó docenas de tipos de tortura en las cárceles del régimen, de fosas comunes secretas en las que se enterraron a las víctimas de esas ejecuciones, e hizo público el vídeo de una lapidación por CGRI y los mullahs.

El problema es que a pesar de todo esto, los gobiernos, y al frente, el Consejo de Seguridad de la ONU, han ignorado la grave situación de los derechos humanos en Irán en aras de intereses económicos y diplomáticos.

Apelamos a los gobiernos de Europa y América para que condicionen sus relaciones con el régimen de los mulahs a que finalicen las detenciones de los manifestantes y a que se liberen los miles de detenidos durante y después del levantamiento de noviembre.

¿Cree que sería posible pacificar la región si cambia el régimen iraní?

La exportación de terrorismo y fundamentalismo islamista forma una parte importante de la estrategia del régimen para mantenerse en el poder. Khamenei y los comandantes de la Guardia Revolucionaria han señalado repetidamente que si no van a la guerra en Siria, Irak o Yemen, deberían luchar en Teherán y otras ciudades en Irán para mantener su régimen.

Para seguir esta política, el gobierno dedica una parte significativa de los ingresos del país a las acciones armadas.

La presencia del Pasdaran –Guardia Revolucionaria Islámica- en distintos escenarios bélicos desde 2011 está ejerciendo una presión muy fuerte sobre la economía iraní.

Mientras el país sufre bancarrota y una profunda recesión económica, el gobierno continúa gastando sumas astronómicas en esta política. La interferencia criminal en los países de la región ha sido rechazada por la sociedad iraní.

En cuanto a la necesidad del régimen de preservar su poder, el régimen continuará con su beligerancia, terrorismo y violaciones de la soberanía de los países de la región hasta su derrocamiento. Por eso es necesario que los gobiernos de Occidente y Oriente Medio se opongan de manera firme a esta interferencia y que expulsen al régimen de los países de la región.

En verdad, desde Beirut hasta Bagdad y Teherán, el suelo tiembla bajo los pies de los mulahs.