Polonia celebra este domingo sus elecciones parlamentarias, una cita en la que el partido gobernante Ley y Justicia (PiS) parte como favorito para repetir victoria, lo que se entendería como un aprobado para sus polémicas reformas, muy criticadas por Bruselas por considerarlas contrarias a los valores europeos.

En los comicios de 2015, PiS, una fuerza de corte nacionalista-conservador, obtuvo la mayoría absoluta, la primera lograda nunca por un partido en la historia de la democracia polaca, en unas elecciones en las que también por primera vez la izquierda quedó fuera del Parlamento.

Tras casi tres décadas de crecimiento ininterrumpido, un incremento del producto interior bruto (PIB) del 5,1% el último año y un desempleo inferior al 5%, el Ejecutivo polaco saca pecho y aprovecha el bienestar económico para ganarse a un electorado que, según los sondeos, volverá a votar mayoritariamente por Ley y Justicia este domingo.

Críticas de la UE

Uno de los objetivos principales objetivos del partido gobernante es lograr una segunda legislatura para que la comunidad europea por fin le reconozca como un socio serio y no como un efímero movimiento nacionalista llamado a extinguirse. PiS mira al conjunto de la Unión Europea (UE), pero sobre todo a Alemania, con el convencimiento de que su victoria en los comicios va a hacer que comiencen a tomarle más en serio y dejen de verle como uno de los "raros" de la política europea.

Una de las reformas más criticadas por la UE ha sido en referencia al sistema judicial. Bruselas ha acusado a Varsovia de politizar la justicia, de querer acabar con la democracia o de liquidar la separación de poderes. Miles de polacos vinculados a la oposición han protestado en las principales ciudades polacas alertando de que el Ejecutivo de PiS conduce al país a la dictadura.

Como remate a esa lluvia de críticas, en 2017 la Comisión Europea puso en marcha el artículo 7 contra Polonia, un proceso legal que podría retirar a Varsovia su derecho a voto en la UE debido a sus reformas del sistema judicial, un procedimiento que todavía sigue abierto y que depende en último término del Consejo Europeo.

¿Qué Europa quiere Polonia?

La relación de Polonia con la Unión Europea ha sido complicada esta última legislatura y Ley y Justicia, que se considera un partido "eurorrealista", defiende en su programa la idea de una Europa federal. En este sentido, PiS, que insiste en que su país continúe dentro de la UE, defiende que que los Estados son el motor de la integración europea y que la soberanía reside en los parlamentos nacionales, lo que supone que deben tener más peso en las decisiones comunitarias. 

Esta opinión es compartida por los socios polacos del Grupo de Visegrado (República Checa, Eslovaquia y Hungría), que también apuestan por una Europa de las naciones frente a la que consideran la Europa despersonalizada de los burócratas de Bruselas. La UE, por su parte, ve con escepticismo la posición polaca, que se considera un impedimento para avanzar en la integración europea.

Polonia es uno de los países más europeístas de la Unión, con un sentimiento de pertenencia al club comunitario que supera el 75%, por lo que el resultado de los comicios del domingo dará un claro mensaje a las instituciones europeas del modelo que esta parte de Europa quiere para la UE.

Continuidad del "capitalismo social"

"Durante 25 años Polonia ha seguido una política liberal, pero con PiS hemos vivido un cambio total y hemos pasado a lo que se podría llamar capitalismo social, una fórmula más inclusiva que intenta que todos sean parte del desarrollo económico", explicó a Efe el periodista del diario Rzeczpospolita, Jedrzej Bielecki.

El estandarte de ese "capitalismo social" ha sido el Programa 500+, calificado de populista por la oposición, que otorga un sueldo mensual de 500 zlotys (unos 125 euros) por cada hijo a todas las familias.

Pero hay más medidas, como el anuncio de incremento del salario mínimo, de las pensiones, las subvenciones para comprar vivienda, el adelanto de la edad de jubilación o incluso la obligación de que los comercios cierren los domingos para dar oportunidad a las familias a poder pasar más tiempo libre juntas.

Para el gurú económico de los liberales polacos, Leszek Balczerowicz, artífice de las reformas en Polonia durante la década de los años 90, estas medidas son "una bomba de relojería" que dispararán el gasto público y pueden llevar a Polonia "a un descalabro económico similar al de Grecia" al intentar subvencionarlo todo.

El director general del banco Pekao, la tercera entidad más importante de Polonia, Michal Krupinski, no es tan alarmista, y según señaló a Efe, el gasto social y las políticas sociales "no deberían suponer un problema para el presupuesto nacional", máxime después de que el Gobierno polaco se haya propuesto eliminar su déficit presupuestario a partir de 2020.

Lo cierto es que las críticas a la mayoría de medidas sociales impulsadas por Ley y Justicia son cada vez menores y, ya sea por electoralismo o por convencimiento, incluso la oposición liberal ha asegurado que si gana las elecciones mantendrá parte de las ayudas a la natalidad.

Al margen de lo que pase este domingo, la herencia que deja PiS es "ese cambio de paradigma en la forma de entender la economía polaca, que deja atrás los tiempos del liberalismo en sentido estricto", subraya Bielecki.

Decisión sobre el modelo social

A pesar de las mejoras en las cifras económicas, en algunos asuntos sociales la llegada de Ley y Justicia se ha convertido en un importante tema de debate. Polonia se ha convertido en la excepción en la consideración de que tanto el aborto como las reivindicaciones del colectivo LGTBI son derechos adquiridos. Otros países como Hungría también se plantean abiertamente poner en cuestión ese modelo de sociedad.

En esta campaña electoral, como en la anterior, los derechos LGTBI han protagonizado gran parte del debate, mientras los colectivos de minorías sexuales denuncian que la homofobia se ha disparado en Polonia precisamente a causa del discurso de los políticos.

El líder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, ha llegado a decir que los homosexuales son "enemigos de la patria polaca", ya que "suponen una amenaza para los valores patrióticos y la familia tradicional". "Europa es una unión plural, donde cada país tiene derecho a definir los valores y la axiología que su población transmite en las elecciones", dicen desde el Gobierno de Polonia.

El apoyo u oposición a todas estas ideas por parte de la sociedad polaca se conocerá en las urnas en una jornada que se prevé tranquila y con una alta participación. 

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