Les falla el firme a los socialdemócratas, los socios de la canciller Angela Merkel en el Gobierno de Alemania. Las recientes elecciones europeas y los comicios celebrados en la ciudad-estado de Bremen – saldados ambos con profundas decepciones para el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) – habían resquebrajado la ya frágil superficie que mantenía a los socialdemócratas como segunda fuerza política germana. Una de las grietas se ha terminado tragando a Andrea Nahles, la presidenta del SPD, quien comunicaba el domingo su deseo de dejar el liderazgo de la formación de centro-izquierda. 

“El próximo lunes [hoy, ndlr.] dimitiré de la presidencia del SPD y el martes dimitiré de la presidencia del grupo parlamentario del SPD”, se lee en un texto dirigido a la militancia firmado por Nahles y hecho público el domingo. Nahles, la 'Merkel' de la izquierda, le ha durado a la Merkel auténtica, la de centro-derecha, apenas un año como líder de sus socios gubernamentales. 

Ahora dice Nahles esperar que su partido le encuentre un sucesor “ordenadamente”. Sea como fuere, el SPD anda sumido en una crisis existencial que Nahles no ha podido resolver. Después de una década en el poder junto a la canciller de la conservadora Unión Cristiano Demócrata (CDU), el proyecto político socialdemócrata alemán sigue tendido en el diván. Sus responsables continúan preguntándose qué significan hoy sus siglas y quién debe liderarlas. 

Se teme que el SPD acabe como otras grandes formaciones de centro-izquierda, ya sea el Partido Socialista francés, el Partido Democrático en Italia o el PASOK griego, reducidos a una expresión mínima por culpa, entre otras cosas, de errores propios, aciertos ajenos y la mucha competencia que se vive en la política del siglo XXI. 

Nahles ha sido incapaz de dotar de sentido al SPD. Tampoco ha traído con ella el personal para convertir al partido en un serio aspirante a alcanzar el poder por méritos propios. Antes de que Nahles fracasara en su idea de renovar al SPD ya había hecho lo propio su predecesor, Martin Schulz

Después del decepcionante resultado encajado el pasado domingo en las elecciones europeas, en las que el SPD firmó su peor resultado en 132 años (15,8%), y tras perder en la ciudad-estado de Bremen, un feudo histórico socialdemócrata, no han faltado cuadros, responsables y referentes del SPD que han pedido la cabeza de su presidenta. 

Por ejemplo, Sigmar Gabriel, ex presidente del SPD que también ha sido vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores, pedía en la misma noche electoral de hace dos domingos que se asumieran responsabilidades en la sede del partido, la Casa de Willy Brand de Berlín. “En Berlín, los que están capacitados para ocuparse de la actual situación del personal y de la política en el SPD deben ahora asumir sus responsabilidades”, decía Gabriel. 

Perdiendo apoyos

Que Nahles presentara su dimisión el domingo responde a las presiones que se vienen ejerciendo sobre las altas instancias del partido, a las que no faltan nuevos aspirantes a presidente. Entre ellos figuran, Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Hacienda, Manuela Schwesig, presidenta del Land de Mecklemburgo-Pomerania Occidental (noreste), y Malu Dreyer, presidenta en el Land de Renania-Palatinado (suroeste).

Poner a Nahles a cargar el muerto no es del todo justo. Los males del SPD son los de todos los socialdemócratas europeos. “En toda Europa han surgido de un tiempo a esta parte nuevos competidores políticos para la socialdemocracia. En toda Europa se han visto surgir partidos nacionalistas que se aprovechan de los temores de aquellos votantes tradicionales socialdemócratas que se sienten amenazados socio-económicamente”, explica a EL ESPAÑOL Kai-Olaf Lang, experto en cuestiones europeas del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP). 

Alude este experto, entre otros, al partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). “Parte de la clase trabajadora, en Francia por ejemplo, está votando ahora a la Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen. También el partido en el poder en Polonia, Ley y Justicia, está lanzando medidas sociales que están fortaleciendo el apoyo a este partido de las clases populares”, sostiene Lang. “Otros partidos, digamos más 'socialistas', como Syriza en Grecia o el Movimiento Cinco Estrellas en Italia, han superado a los socialdemócratas. Otros, como Podemos en España, se están quedando con parte del pastel electoral que antes pertenecía a los socialdemócratas”, abunda el experto del SWP.

Los Verdes adelantan por la izquierda al SPD

A los socialdemócratas alemanes les duele especialmente la fuga de sus votantes a Los Verdes. Los ecologistas parecen ya haberles superando. Los Verdes son una formación que tiene por qué celebrar haberse convertido en el referente político del progresismo germano. Las últimas elecciones europeas confirmaban este extremo, pues Los Verdes conseguían en esa cita un 20,5% de los votos. 

Un reciente sondeo de intención de voto del instituto Forsa presentaba incluso hace un par de días a Los Verdes como primera fuerza política del país. Se le atribuía a los ecologistas un 27% del apoyo del electorado, un punto más que a la CDU de Merkel. “Los Verdes están atrayendo a un creciente público moderno, urbano, social-liberal y a las clases medias”, apunta Lang. En el estudio de Forsa, el SPD figuraba lejos de conservadores y ecologistas, con un 12% de la intención de voto. 

La caída libre de los socialdemócratas en sondeos y elecciones debería ser motivo de preocupación para Angela Merkel. Ésta decía hace un par de días que quería permanecer en la Cancillería Federal hasta el final de su mandato, que tiene en 2021 su fecha de caducidad. El domingo, Merkel lamentaba la última decisión de Nahles, quien, entre los socialdemócratas, figuraba como uno de los principales defensores de la 'gran coalición'. 

Esa alianza política de CDU y SPD ha permitido tres sólidos gobiernos liderados por Merkel desde 2005. Pero si hoy hubiera elecciones en Alemania, CDU y SPD no podrían gobernar en coalición. La suma del voto que les atribuyen los sondeos no es suficiente para dominar el Bundestag. La 'gran coalición' está, hoy por hoy, en los estertores. Si la 'gran coalición' aún resiste es más por miedo de conservadores y socialdemócratas a perder su actual cuota de poder en unas nuevas elecciones que por cualquier otra cosa.

“Ahora mismo, unas nuevas elecciones suponen un riesgo grande para ambos partidos, CDU y SPD. En la CDU, su líder, Annegret Kramp-Karrenbauer, todavía tiene que formarse un perfil de candidata a canciller, mientras que el SPD podría ser víctima de la negativa dinámica que lleva”, afirma Lang. Entre tanto, a Andrea Nahles sigue presentándose en su página web como “socialdemócrata, católica y madre”. Hay que añadir “ex-presidenta del SPD”.