La caza al disidente en la Fuerza Armada Nacional, el ejército de Venezuela, es una realidad. Tanto que desde hace meses la Dirección General de Contrainteligencia Militar investiga en secreto la filiación de los soldados, su tendencia política y su simpatía por cualquier candidato político que no sea Nicolás Maduro, en una purga propia de regímenes fascistas.

Así sucedió según la documentación militar a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, con las detenciones de una treintena de comandantes y soldados de distinto rango sucedidas desde marzo del año pasado en la mayor caza de brujas contra disidentes políticos dentro del ejército bolivariano, acusados de planear un golpe de Estado que nunca existió. Este diario ha accedido tanto a parte de la investigación militar -considerada secreta- como a la declaración del principal investigado, el teniente coronel Igbert José Marín Chaparro, que fue juzgado a puerta cerrada en agosto del pasado año y sigue custodiado por Inteligencia Militar en algún lugar de en una prisión militar ordinaria.

Los documentos revelan una investigación por cuestiones políticas que nada tienen que ver con un levantamiento armado. De hecho, el proceso se inicia porque cuatro mandos del acuartelamiento de Fuerte Tiuna graban un vídeo reivindicativo con contenido político y luego lo desechan. A pesar de ello, un compañero de promoción acudió a la Dirección General de Contrainteligencia Militar y los delató. Y a partir de ahí, arrancan las detenciones. 

El teniente coronel Igbert José Marín Chaparro, tercero por la izquierda, junto a varios mandos del ejército.

A la caza del exministro de Justicia

Así, Igbert José Marín Chaparro fue detenido el 2 de marzo de 2018, horas después de que su compañero le delatara. En los primeros compases del interrogatorio y tras denunciar "tratos inhumanos y vejatorios" en su detención, el coronel mantuvo que "en septiembre del año 2017" recibió "una llamada del Mayor General Rodríguez Torres [...] donde me decía que la situación del país estaba mal y que había varios generales creando un movimiento político", llamado "Movimiento de Transición a la Dignidad del Pueblo".  

En ese momento, el arrestado hace referencia a Miguel Rodríguez Torres, mano derecha de Hugo Chávez durante años y el hombre que controló los servicios de inteligencia del régimen bolivariano, tanto civiles como militares, hasta ser en 2013 ministro de Relaciones Interiores y Justicia. Rodríguez Torres fue acusado de conjurar para dar un golpe de estado diez días después de estas palabras.

El reproche de su interrogador poco después habla por sí solo: "Al momento de recibir la llamada el Mayor General Rodríguez Torres es persona comprobada pública y notoriamente contraria al partido del Gobierno y del presidente Nicolás Maduro". La respuesta del coronel es esclarecedora: "No pasé la novedad [no avisé a mis superiores]. El mayor general fue el protector del presidente Chávez. No sé si es enemigo del presidente Maduro y no pensé que eso fuese un delito". En ningún momento de su interrogatorio, los miembros de Contrainteligencia Militar le preguntan por su voluntad de coger un arma, por supuestos planes para tomar el país con violencia o por un levantamiento armado de cualquier tipo. Nada.

"Rodríguez Torres me llamó porque trabajé con él en la Academia Militar. Él era subdirector y yo era jefe departamento de currículo. Me dio varios ejemplos de por qué Nicolás [Maduro] y Diosdado [Cabello] utilizan la imagen de Chávez pero hacen lo contrario a lo que él decía", relató el coronel para que quedara por escrito. 

Primera página de la declaración del coronel Marín Chaparro.

Desde la llegada de Maduro al poder, Rodríguez Torres se convirtió en uno de los principales opositores de su gestión dentro del propio régimen chavista, el frente de disidencia que más preocupa al actual Gobierno, que acusa a Maduro de pervertir en su beneficio el movimiento bolivariano.

Por eso el general Rodríguez Torres creó su propio partido político, llamado Movimiento Amplio Desafío de Todos. Aun así o a causa de eso, el 15 de marzo de 2018, el exministro de Chávez fue detenido por efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia, el grupo de espías que él mismo controló, mientras el Gobierno le acusaba públicamente de tener planes "agresivos y violentos" para tomar el poder en Venezuela y de mantener contactos con la inteligencia estadounidense.

Declaración pública al pueblo de Venezuela

En su declaración ante Contrainteligencia Militar, el coronel Marín Chaparro explicó además que Rodríguez Torres le había hablado de que tenía "un grupo de generales y almirantes que estaban organizándose para desenmascarar a Nicolás Maduro" y que un general en concreto estaba buscando "apoyo internacional" para su movimiento. De nuevo, nada de armas ni planes para utilizarlas.

Según la misma fuente, el mando de referencia es Jesús Alberto Milano Mendoza, un general que saltó a la luz pública el pasado mes de enero, casi un año después de estas pesquisas. Tras la juramentación de Juan Guaidó como legítimo presidente del país, Milano protagonizó un llamamiento público al pueblo venezolano para que le apoyara frente al "dictador" Maduro, y a las Fuerzas Armadas para que "depusieran las armas". Para evitar ser detenido tras estas palabras y según informan a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del suceso, Milano se encuentra ahora fuera de Venezuela.

Preguntas de corte ideológico

Así, el interrogatorio del coronel Marín Chaparro se centró cada vez más en cuestiones políticas que nada tienen que ver con un levantamiento armado. "¿Cada cuánto se reunía con sus compañeros de unidad? ¿Tiene usted familiares viviendo en el exterior? ¿Está usted en algún grupo de Whastapp? ¿Quién es el administrador? ¿Quiénes de sus compañeros están de acuerdo con el movimiento?", son algunas de las preguntas a las que se enfrentó el coronel arrestado. "No le he propuesto a más nadie, pero creo que estarían de acuerdo con que Venezuela mejoraría", contestó Marín Chaparro a esta última pregunta. 

En la misma declaración, Marín Chaparro explicó que tanto él como sus compañeros de promoción trataban en sus reuniones de "los fraudes políticos que se cometieron en el país y que mataron la democracia, el nombramiento de un Tribunal Supremo con magistrados que no cumplen con los requisitos para ocupar dicho cargo [...] la forma como se convocó una Asamblea Constituyente sin realizar referéndum consultivo es otro fraude político, la destitución de la fiscal general, la designación de otro fiscal general que no fuese hecha por la Asamblea Nacional [...] observando desde mi posición el enriquecimiento ilícito de funcionarios del Gobierno y de la oposición que han hecho un juego político, una desgracia para el ciudadano, el problema de la comida en la población civil y de nuestros soldados, la deserción de la tropa y el sueldo de los soldados y profesionales [...] la situación social con una guerra económica pero cada día se construyen mansiones lujosas para políticos dentro de Fuerte Tiuna".