El hombre que habría sido shah se está preparando para la próxima revolución iraní, 40 años después del histórico derrocamiento de su padre, Mohammad Reza Pahlaví. Corría 1978 y se cumplían 11 años de su coronación y 37 de su gobierno.

Ese año la revolución iraní alcanzaba su éxtasis, culminando a principios del año siguiente, en 1979, cuando el shah tuvo que huir al exilio. Un año después, Reza Pahlaví murió de cáncer a los 60 años en Egipto, donde el entonces presidente Anwar el-Sadat le había acogido.

El que habría sido el heredero del -por ahora- último shah iraní, Reza Ciro Pahlaví, asegura que el desencanto del país está en los mismos niveles que meses antes de la revolución iraní a finales de los años 70.

El príncipe heredero vive en la actualidad en Maryland (EEUU) con su mujer y sus tres hijas. Pahlaví ha revelado que está ayudando a crear "una coalición" entre los grupos de la oposición, que pronto presentarán un plan para gestionar la transición si -como él cree- los mulás pierden poder.

"Evitar la anarquía" tras la revolución

El país se encuentra ahora en una situación socialmente delicada: las protestas en las calles aumentan mientras que la economía se deteriora después de la asunción de sanciones por parte de EEUU (ya paralizadas). Además, la incertidumbre aumenta acerca de si se producirá una lucha por el poder cuando finalice el reinado del actual ayatolá, Ali Khamenei (79 años), quien gobierna desde 1989.

Pahlaví se reunió con diputados estadounidenses en Capitol Hill a principios de febrero. El príncipe asegura que la publicación de un plan paso-a-paso para remplazar el régimen animaría a los iraníes a acelerar su desaparición. "Para llenar el vacío dejado por la desaparición del régimen y en orden de evitar la anarquía, el plan tiene que ser claro, una alternativa concreta", dice Pahlaví, en unas declaraciones recogidas por el diario The Times.

"Eso se manifiesta en forma de una coalición dispuesta a trabajar junta en una plataforma común, para conseguir dos cosas: un gobierno interino que estará al cargo durante la transición política, y la elección de una asamblea constituyente que tendrá que crear una Constitución y luego someterla a un referéndum".

Trasladar el modelo occidental a Irán

Pahlaví tiene ahora 58 años, así que vivió de manera consciente -tenía 19- lo ocurrido en 1979. En esa época, él se encontraba en una base aérea de EEUU entrenando para ser piloto de guerra. Vio el derrocamiento y posterior exilio de su familia por la televisión.

Ha pasado toda su vida en "democracias occidentales", y asegura que quiere trasladar dichos valores a Irán. La voluntad de Pahlaví es que el futuro del país se decida mediante un referéndum. "Creo que el ánimo de la gente ahora mismo no es muy distinto al que había en 1978, meses antes de la revolución", reflexiona. "La gente no lo aguanta más".

El iraní asegura que algunos de ese grupo de la oposición son republicanos, otros de derechas, de izquierdas, conservadores... "Para hacer eso, tengo que mantenerme totalmente neutral, porque esta agenda común es la única manera mediante la que podemos proponer una alternativa y llenar el vacío".

"Muerte a EEUU"

Pahlaví dice que todavía no ha mantenido contacto con gente de alto nivel del gobierno estadounidense, pero ha alabado la dura postura del presidente Trump hacia el régimen iraní.

Iraníes queman banderas estadounidenses durante las celebraciones del aniversario de la revolución. E.E.

Ha negado que su estrecha relación con EEUU le haga difícil parecer creíble en Irán, y se mostró en desacuerdo con la opinión de que los iraníes desconfiaban ampliamente del país. "Al contrario, si hay un país del que los iraníes están enamorados, ese es Estados Unidos".

A pesar de esta creencia por parte de Pahlaví, Donald Trump eliminó recientemente el tratado de amistad entre ambos países, con la excusa de que "los iraníes han estado ignorándolo durante mucho tiempo, deberíamos habernos retirado hace décadas".

El ayatolá Khameini dijo recientemente que "mientras continúen con su maldad, la nación iraní no abandonará el 'Muerte a Estados Unidos'". Aunque quiso matizar sus declaraciones, asegurando que la "muerte" se la desea a Trump y su gobierno, no al pueblo americano.