Diez cascos azules chadianos murieron este domingo y al menos 25 resultaron heridos en un ataque terrorista en el norte de Mali, según las últimas cifras de la ONU.

En su primer balance provisional, la Misión de la ONU en Mali (Minusma) había informado de ocho muertos y de varios heridos.

A través de su portavoz, el jefe de Naciones Unidas, António Guterres, condenó contundentemente el ataque llevado a cabo contra una base de la Minusma y trasladó sus condolencias al Gobierno de Chad y a las familias y seres queridos de los fallecidos.

Los miembros del Consejo de Seguridad emitieron un comunicado de rechazo enérgico al atentado y conminaron al Gobierno de Mali a abrir una investigación para llevar a los responsables antes la justicia, pues consideró que los ataques contra el personal de mantenimiento de la paz pueden constituir crímenes de guerra en virtud del derecho internacional.

Además, Guterres llamó a las autoridades malienses y a los grupos armados que firmaron la paz con el Gobierno a trabajar para identificar a los responsables para que puedan ser llevados ante la Justicia cuanto antes.

Crímenes de guerra

El secretario general de la ONU recordó que los ataques contra cascos azules de la organización pueden constituir crímenes de guerra bajo la legislación internacional y dejó claro que este tipo de acciones no harán a Naciones Unidas reducir sus esfuerzos para estabilizar Mali.

Según la Minusma, el atentado contra su base en Aguelhok fue un "ataque complejo" llevado a cabo por numerosos terroristas llegados por sorpresa a bordo de varios vehículos armados.

Guterres explicó que los cascos azules respondieron con firmeza y mataron a varios de los atacantes.

De todas las misiones de paz de la ONU en el mundo, la Minusma es la más mortífera desde su creación en 2012: en 2017 el número de muertos fue de 21 'cascos azules'.