Estados Unidos arrastra dos años trágicos en cuanto a las muertes por armas de fuego. En 2017, según datos del CDC (Centro de Control de y Prevención de Enfermedades), las muertes por esta causa aumentaron a niveles de 1996. Además, 2018 fue el peor año de la historia reciente del país en cuanto a tiroteos en institutos: hubo un total de 94.

La cifra que ha hecho que las muertes por esta causa alcancen niveles que no se veían hace más de 20 años tiene que ver con los suicidios, pues estos suponen un 60% de las muertes por armas de fuego en el país.

Un total de 39,773 personas perdieron la vida en EEUU por armas de fuego. De este total, fueron 14.542 las personas que murieron en homicidios. El resto, 23.854 personas, se suicidaron en 2017.

Además, fue en 2017 cuando el país vivió su peor tiroteo en su historia reciente. Fue el 1 de octubre en Las Vegas Strip, donde murieron 58 personas. A pesar de matanzas como esta, la mayoría de las muertes suceden en acontecimientos aislados alrededor de todo el país.

La más reciente se producía el pasado noviembre en un bar de música country en Thousand Oaks (California), donde murieron 12 personas. El responsable fue Ian David Long, exmarine de 28 años con problemas mentales. 

Pero esto no quiere decir que ocurran más tiroteos aislados que masivos, pues según Business Insider, hasta noviembre de 2018 ocurrieron 307 tiroteos masivos en Estados Unidos.

Y es que Estados Unidos supera a todos los países con más ratio de muertes por armas de fuego. Está por encima de países como Brasil, México, Colombia o Venezuela.

Casi 100 matanzas en institutos en 2018

Este año ha sido negro en la historia de Estados Unidos, y es que han ocurrido 94 tiroteos en institutos durante 2018. En este ámbito también se ha batido un récord, pues se ha superado el nivel más alto, que es de 2006, en el que ocurrieron 59 tiroteos en centros escolares.

Las dos mayores matanzas en institutos este año han ocurrido en Parkland (Florida) y en Santa Fe (Texas). Estos tiroteos acabaron con la vida de 17 y 10 personas, respectivamente, entre alumnos y trabajadores.

"Esto supera lo inaceptable", se queja Nicole Hockley, cofundadora y directora de la ONG "Sandy Hook Promise para la regulación de las armas. "Todo el mundo tiene el poder de parar la violencia (de armas) antes de que comience", asegura Hockley. Esta ONG pretende concienciar a los ciudadanos de los peligros de las armas.

"Por eso, queremos inculcar a la mayor cantidad de gente posible sobre cómo mantener sus colegios y comunidades seguras", añade Nicole. Y es que la regulación de las armas en EEUU es muy laxa, ya que la Segunda Enmienda de la Constitución del país recoge el derecho de "poseer y portar armas".

La política de armas de Trump

El pasado julio, el gobierno de Trump anunció la nueva política de Venta de Armas Convencionales, con el objetivo de "dar prioridad a la competencia estratégica y crear un clima propicio para cerrar las operaciones de venta de armas".

También pretende "reorganizar el modelo de negocio para aumentar su éxito". Y es que el presidente de Estados Unidos quiere "reforzar la industria de defensa del país" con su laxa regulación en materia de adquisición de armas de fuego.

El pasado marzo tuvo lugar una importante manifestación de los Demócratas en Chicago. Se llamó la "Marcha por nuestras vidas". Esta manifestación pretendía pedir una regulación mayor en cuanto a poder adquirir armas de fuego en Estados Unidos.

Esta misma semana, 46 personas del Partido Demócrata escribieron una carta a Nancy Pelosi, líder de este partido en el Congreso, pidiendo que una reforma de la ley de armas sea una de las prioridades en la cámara del país.