Llevan bandas en la cabeza que rezan "Tipo Duro" y cantan eslóganes como "¿Quién es el mejor? Yo soy el mejor" o "¿Quiénes somos? Somos los hombres". Como recién salidos dela película La Chaqueta Metálica, están allí para aprender sobre concentración, cooperación y competición a través de clases, juegos... y fútbol americano.

Estos campamentos de 18 días de duración tienen lugar los fines de semana y están dirigidos a niños de entre 7 y 11 años. El objetivo es sacarlos de su día a día, donde suelen estar rodeados de mujeres, y así prevenirlos de ser "hipersensibles, vulnerables, llorones, mezquinos o irresponsables".

En el Boys' Club (Club de Chicos) recitan viriles declaraciones al principio de las clases, las cuales incluyen cosas como "salvaguardar su país, honor y aspiraciones". Hacen promesas con referencias a animales: ser ambiciosos y competentes como un águila, inteligentes y amables como un delfín o persistentes y con los pies en la tierra como un caballo.

Los chicos se llaman entre ellos "camarada" o tongzhi, que significa, literalmente, "compartir la misma ambición".

Cómo recuperar la masculinidad

Tang Haiyan es el fundador del Boys' Club. Haiyan era profesor de Educación Física en Beijing antes de crear este "centro de capacitación" en 2012. Desde entonces, más de 20.000 niños han participado en sus cursos. Muchos incluso viajan desde muy lejos hasta Beijing para participar en su programa, único en el país.

"Hay una crisis en la educación de los niños y me lancé a hacer algo para salvarlos y ayudarlos a encontrar su masculinidad perdida", dice Tang. Esto fue mucho antes de que los medios estatales se preocuparan por la apariencia física más suave y andrógina de las celebridades masculinas modernas y su posible impacto en la sociedad y los niños pequeños.

Cuando un programa de televisión a nivel nacional para niños pequeños provocó una protesta pública en septiembre de este año, muchos padres se dieron cuenta de que sus hijos no eran "lo suficientemente hombres". Desde entonces se han gastado mucho dinero para revertir esta tendencia.

Por unos 10,000 yenes (78€), los padres pueden inscribir a sus hijos a 18 sesiones de entrenamiento los fines de semana. También se ofrecen otras actividades de menor duración como: correr sin camiseta en invierno, escalar una montaña a temperaturas de menos de 30 grados en Heilongjiang -la provincia más al norte de China- o hacer trekking (senderismo) durante una semana por el desierto.

"Mi hijo era como una niña sensible"

Zhang Haiwei es la madre de Tong Tong, de 12 años, y viven en Shandong. Haiwei estaba convencida de enviar a su hijo, durante 14 días, a un entrenamiento militar a Beijing después de escuchar una conferencia de Tang -creador del Boys' Club- en 2013.

"El padre de Tong Tong estaba muy ocupado y no le veíamos mucho. Cuidé de mi hijo y ha estado rodeado de mujeres todo el tiempo. Era débil y lloraba cuando había alguna dificultad. Era como una niña sensible", dice Zhang. "Puede ser que estemos demasiado atentos de él y le privemos de la oportunidad de ser independiente", añadió.

“Ni siquiera podía bañarse sin mi ayuda. No iba al baño en la escuela porque me necesitaba para limpiarse después de hacerlo". Si bien Haiwei se habría conformado con que su hijo terminara este curso sin dejarlo, se llevó una sorpresa: el niño no solo completó el entrenamiento, sino que también tomó la iniciativa de lavarse los calcetines. "¡Estaba emocionada!", dice Zhang.

Desde entonces, manda a su hijo al campamento de Tang cada verano e invierno durante dos semanas, convencida de que el cerrado entorno de ese entrenamiento ha contribuido a su madurez. Zhang dice que Tong Tong tuvo que depender de sí mismo en el campamento y lo aprendió todo sobre disciplina, lo cual también mostró beneficios en sus estudios.

“Ahora es completamente independiente en su vida y en el estudio. Si quiere jugar a videojuegos durante 30 minutos cada semana, terminará cuando se acabe el tiempo. No necesito recordárselo", dice.

Un entorno muy femenino

Wang dice que la mayoría de los niños han sido criados por sus madres y abuelas, y además han estado rodeados de maestras en la escuela quienes, a su vez, establecen el mismo estándar para los niños que para las niñas, como estar callado, portarse bien y no ser travieso todo el tiempo. Esto, dice, les afecta en su masculinidad, lo cual considera una desventaja.

"Los niños se comportan de manera diferente a las niñas y se desarrollan a un ritmo diferente. Los niños son eclipsados por las niñas", dice. “Su confianza está destrozada. Debemos ayudar a los niños a recuperar su masculinidad".

Las ideas de Tang son muy populares entre padres como Zhang Xiansen, quien ha estado en el ejército y tiene un hijo de 14 años. Zhang dice que estaba molesto porque su hijo era un niño "gordito" con el estómago grande, pero no podía hacer nada al respecto porque los abuelos del niño no le hacían caso.

Sintió que su hijo estaba siendo mimado y que, en un futuro, no podría manejar una vida como la suya en el ejército, con sus largos y duros ejercicios físicos. Así que hace dos años, cuando supo que Tang venía a su ciudad, Zhang llevó a su hijo a un entrenamiento de estilo militar de dos semanas que incluía actividades como caminar sobre la arena, lanzamiento de cáber (tronco de madera), lucha libre y fútbol americano.

"Mi hijo Ming Ming volvió como una persona diferente", dice. “Sabía lo que era la disciplina y seguía estrictamente las reglas. Entendió el significado de la persistencia, el trabajo en equipo y la competición". También le afectó positivamente en sus estudios, así que le apuntó a más cursos.

Los niños no lloran

“Los hombres son duros, caballerosos, llenos de espíritu. Hablan en voz alta, clara y se mantienen firmes. No son tímidos para hablar en público y, lo que es más importante, están dispuestos a asumir las responsabilidades", dice Tang.

“La sociedad aún requiere que los hombres adultos asuman más obligaciones y proporcionen la principal fuente de ingresos". Tang afirma que hay que "preparar a los niños para que asuman más responsabilidad social en el futuro".

Liu Junsheng, profesor de la escuela de psicología y ciencia cognitiva de la Universidad Normal del Este de China, dice que un modelo de conducta vital, por lo general, sería suficiente para fomentar la "masculinidad" en los niños, en lugar de la educación forzada en la infancia.

“No está claro si tal educación forzada tendría efectos adversos, pero en general no es necesario reforzar la masculinidad. Es suficiente que los niños tengan un modelo a seguir en la vida ”, dice Liu.