Considerada "una provocadora" por Israel y convertida en un símbolo internacional de la resistencia palestina tras aparecer en un vídeo enfrentándose a soldados, Ahed Tamimi, de 17 años, salió este domingo de prisión tras cumplir casi ocho meses de condena por un tribunal militar.

Detenida el pasado 19 de diciembre cuando tenía 16 años, el vídeo en el que aparece junto a su madre Nariman, también liberada este domingo, y a su prima en su casa de Nabi Saleh, en Cisjordania ocupada, se hizo viral y por él fue acusada de doce cargos, entre ellos, atacar a las fuerzas de seguridad, tirar piedras, participar en manifestaciones violentas, amenazas e incitación.

La Corte israelí la mantuvo en prisión preventiva al considerarla "demasiado peligrosa" hasta la emisión de la sentencia en marzo cuando aceptó un acuerdo con la Fiscalía y fue condenada a ocho meses por agresión con agravante e incitación, entre otros cargos.

Para su abogada Gaby Lasky, Israel ha intentado con este caso, que ha despertado un alto interés internacional, "disuadir" a otros jóvenes a que sigan su ejemplo.

Pero sus actos y, también, su detención, han llevado a convertirla en una seña de identidad del activismo palestino, que a diario la compara con Juana de Arco, Ana Frank o Nelson Mandela; además de un recordatorio de los menores palestinos que hay en cárceles israelíes.

Sueña con ser futbolista

Ahed, que sueña con ser futbolista, aseguró que mataba las horas en prisión leyendo novelas, preparándose para el tawjihi -examen de acceso a la universidad-, haciendo deporte y buscando la compañía de su madre, Nariman, encarcelada también en Ha Sharón.

Su padre Basem, un activista y exprisionero de Israel, solo las ha podido visitar dos veces en estos más de siete meses porque, asegura a Efe, las autoridades israelíes le denegaban el resto de permisos.

El suceso con los soldados grabado en vídeo el 15 de diciembre es solo el último de una serie de enfrentamientos entre la joven de larga melena rubia -llamativa en esta zona- y las fuerzas de seguridad israelíes.

Tras la dura experiencia de la segunda Intifada, la localidad cisjordana de Nabi Saleh se sumó en 2009 al movimiento de la "resistencia no violenta", con manifestaciones contra la apropiación de la colonia judía de Halamish de un manantial usado por los residentes del pueblo durante generaciones.

Este contexto puso a Ahed, una niña de 9 años entonces, frente a frente a la ocupación: arrestos, soldados en las calles, cañones de agua de olor nauseabundo, granadas de estruendo, gas lacrimógeno, balas recauchutadas y hasta munición real como la que mató a su tío Rushdie, de 31 años, en 2012.

Nabi Saleh se convirtió en un icono al que activistas y curiosos de todo el mundo que pasaban por Cisjordania se acercaban para conocer a una familia que ya forma parte de la historia reciente de Palestina.

Los Tamimi fueron retratados en 2013 en un artículo del New York Times que planteaba si no sería en esa pequeña localidad de 600 habitantes, rodeada de asentamientos, donde estallaría la Tercera Intifada.

La llamativa melena, los ojos claros y el rostro congestionado por la ira de Ahed fueron difundidos en los medios durante años, al igual que el resto de niños del pueblo, que por decisión del clan fueron incluidos en actividades de protesta "para ayudarles a procesar su realidad".

Así, allí los menores impiden o presencian los arrestos de familiares o se enfrentan a soldados pertrechados.

Ante ellos, Ahed muestra una entereza y seriedad impropias de una adolescente que en sus ratos libres juega al fútbol u organiza coreografías de Rihanna con su prima Jana, otra 'niña-fenómeno' de la localidad que, a sus once años, es conocida como "la periodista más joven del mundo".

Su actitud le ha valido menciones de honor del presidente palestino, Mahmud Abás o el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, y ha inspirado al artista irlandés Jim Fitzpatrick, autor del icónico retrato en blanco y negro del Che Guevara, para convertirla en una heroína de póster bajo la leyenda: "Hay una Wonder Woman real".

El caso ha movilizado a escritores, artistas y académicos de EEUU, entre ellos Rosario Dawson o Angela Davis, es seguido en las redes sociales bajo el hastag #FreeAhed y ha dado visibilidad a la situación de 291 menores palestinos encerrados en cárceles israelíes.

"Siempre dice lo mismo cuando le preguntan qué quiere ser", dice su padre, que cree que esta joven "tímida, callada, valiente y fuerte" se ha hecho famosa, entre muchas razones, porque con sus ojos azules y su pelo rubio "golpea la mentalidad occidental".