"Aldabonazo" o "terremoto en la conciencia de las autoridades europeas" fueron algunos de los titulares que el Gobierno de Pedro Sánchez utilizó para vender su gesto de solidaridad al acoger al Aquarius en el puerto de Valencia. Días después, la Unión Europea no parece haberse contagiado de la iniciativa de Sánchez y la postura del Ejecutivo socialista es algo distinta con el Lifeline.

El barco de la ONG alemana se encuentra en una situación similar: navega sin rumbo fijo con 230 migrantes rescatados del Mediterráneo y con Italia, Malta y Francia -los países más cercanos a su posición- mirando para otro lado y culpándose mutuamente de la situación.

"La solución es sacarles del mar. Necesitan un puerto ya. Hay médicos y víveres a bordo pero la previsión del tiempo no es buena y la situación se puede volver una emergencia", relata Vanessa Angustia, senadora de IU-En Marea que conoce de primera mano la situación en el barco de bandera holandesa. 

Italia vuelve a negar sus puertos a un barco con más de 220 migrantes

Mientras Matteo Salvini sigue enrocado en su cruzada contra la inmigración, Malta tampoco abre la mano y Francia -que se había alineado con Sánchez cuando España acogió el Aquarius- dice ahora que le toca a Italia abrir sus puertos. "Técnica y prácticamente le corresponde", ha subrayado la ministra francesa para Asuntos Europeos. 

Segundas partes... Tomás Serrano

España, a la que muchos países miran tras el antecedente del Aquarius, tiene sobre la mesa una propuesta de la ONG alemana. En un correo electrónico remitido a Exteriores al que ha tenido acceso Efe, el Lifeline pide al Gobierno español, como "único con el que se puede contar en este momento", que otorgue visados humanitarios a los náufragos de este barco "debido a la urgencia de la situación".

La tripulación ve inviable llegar a España por las características del barco y otros factores por lo que "el Gobierno español podría negociar a nivel bilateral con Malta el desembarco de las personas para su posterior transporte a España en avión", dice la misiva. 

Ni el Ministerio de Exteriores ni la Vicepresidencia del Gobierno desvelan todavía qué hará exactamente España ante este nuevo episodio de la crisis migratoria en el Mediterráneo. Tampoco aclaran si aceptan esta solución propuesta por la ONG alemana. Fuentes del departamento que dirige Carmen Calvo se limitan a recordar que el ministro Borrell está en contacto permanente con las autoridades de Malta, Francia e Italia para buscar una respuesta. 

"Fuimos solos a resolver la situación humanitaria que tenía el Aquarius pero España no es la única que puede hacerlo", advertía Carmen Calvo el domingo en La Sexta sobre la situación del Lifeline. Las 230 personas que están a bordo siguen esperando a que la Unión Europea tome una decisión que no termina de llegar.