Se estrecha el cerco judicial contra Donald Trump. Una jueza ha ordenado este viernes prisión preventiva para el exjefe de campaña del presidente de, Paul Manafort, después de las acusaciones del fiscal especial de la causa Robert Mueller de obstrucción a la Justicia por dos casos relacionados con la investigación de la trama rusa.

Manafort, que se ha declarado inocente de todos los cargos ante la jueza de distrito de los Estados Unidos Amy Jackson, tendrá que esperar en la cárcel a ser juzgado por contactar con dos testigos de su causa, enmarcada en las pesquisas sobre la supuesta implicación de Rusia en la campaña electoral de 2016 en Estados Unidos.

El fiscal también atribuyó estos delitos a Konstantin Kilimnik, el hombre de confianza de Manafort en Ucrania y vinculado directamente con el Kremlin, que se vio afectado por primera vez en la instrucción del caso.



Ambos trataron supuestamente de persuadir "de manera corrupta" a dos testigos entre febrero y abril para influir en los testimonios oficiales en relación al caso ante el tribunal federal del Circuito del Distrito de Columbia.

Manafort ha sido acusado formalmente por Mueller tanto en Washington como en Virginia por una serie de cargos, incluida una conspiración contra Estados Unidos. Su juicio en el caso de Washington está programado para septiembre, mientras que el de Virginia está previsto para el próximo 25 de julio.

Jackson había rechazado previamente las reiteradas solicitudes de Manafort para que pusiera fin a su confinamiento domiciliario a cambio de comprometerse con 10 millones de dólares en bienes inmuebles.

Mueller, cuya investigación ha eclipsado la presidencia de Trump, está investigando si la Administración estadounidense ha intentado ilegítimamente obstruir la investigación de Rusia. El presidente ha llamado a dicha investigación una cacería de brujas y ha negado haber actuado mal.