1. La búsqueda masculina de sexo disfrazada de reivindicación política

Pocos recuerdan ahora que la primera reivindicación de Mayo del 68, cuando la revuelta no había llegado todavía a las fábricas y se limitaba a unos cuantos cientos de estudiantes (de sexo masculino) de la universidad de Nanterre, fue la de poder follar más cómodamente. Es decir la de acceder sin trabas a los dormitorios de las estudiantes universitarias. Daniel Cohn-Bendit lo llamó “el problema sexual de los estudiantes” en enero de 1968, durante una visita del ministro de Juventud y Deporte a su universidad, y esa fue la semilla de los disturbios que acabaron cuajando, unas semanas después, en Mayo del 68.

2. Los aliados y las aplicaciones de ligoteo



Cincuenta años después de Mayo del 68, esa reivindicación sexual masculina disfrazada de igualitarismo y perfumada con unas gotas de discurso político de vuelo gallináceo ha evolucionado en el fenómeno de los aliados. Es decir de esos adolescentes que buscan la aprobación femenina flagelándose ostentosamente en público por su supuesto machismo. También en el de esas aplicaciones de ligoteo (Tinder, AdoptaUnTío o Happn entre muchas otras) diseñadas para facilitar las estrategias de apareamiento masculinas y romper la resistencia que suponen las femeninas.

3. Banksy



Probablemente el artista más sesentayochista del siglo XXI. Anónimas e ideológicamente minúsculas, poco más que ocurrencias afortunadas en la mayoría de los casos, las plantillas de Banksy habrían encajado sin problemas en los muros del Barrio Latino de 1968. Si son ciertos los rumores que dicen que Banksy es en realidad el músico Robert del Naja, la asociación con Mayo del 68 será perfecta. Porque no hay un mejor ejemplo de música burguesa y desprovista de verdadera ideología que Massive Attack, el grupo de Robert del Naja. Excepción hecha, claro, de Moby. El músico preferido por los publicistas de las mayores agencias de publicidad del planeta.

4. Los populismos



Jeremy Corbyn en Reino Unido, Syriza en Grecia, Bernie Sanders en los Estados Unidos o Podemos en España son descendientes directos de la lucha contra “el poder establecido” de Mayo del 68. El contenido ideológico particular de sus propuestas es en realidad lo de menos: lo relevante es su utilización del populismo como metodología política.

5. El ecologismo



Si en algún lado puede encontrarse, prácticamente intacta, la genética de Mayo del 68 es en el movimiento ecologista y sus múltiples ramificaciones. Para bien (la lucha por los derechos de los animales) y para mal (los movimientos contrarios a los transgénicos).

"Bajo los adoquines, la playa", uno de los eslóganes eternos de Mayo del 68 Pinterest

6. La mala poesía política



“Prohibido prohibir”. “Debajo de los adoquines está la playa”. “Sé realista, pide lo imposible”. El equivalente del Imagine de John Lennon en formato eslogan o la (mala) poesía aplicada al terreno del marketing político. “Machete al machote”, “#metoo” o “Los turistas son los terroristas” son herederos de la literatura política barata de Mayo del 68.

7. La celebración de las derrotas



Mayo del 68 es para la izquierda lo que 1714 para los nacionalistas catalanes: una derrota que se reivindica año tras año con la vana esperanza de que la desmemoria y el desinterés acabe consolidando una versión alternativa, es decir falsa, de los hechos. Mayo del 68 no consiguió prácticamente ninguno de sus objetivos, desde luego ninguno de los principales, y esta es la valoración más benevolente que puede hacerse de esos días.

8. Michel Houellebecq



La obra de Houellebecq, quizá el escritor francés más relevante de las últimas décadas, es impensable sin su desprecio por Mayo del 68. Esto decía el autor de Las partículas elementales en 2008, entrevistado por el diario ABC: “En Mayo del 68 no hubo gran cosa, ni grandes acontecimientos. Lo importante fue antes, como el rock, los Beatles, la píldora, en 1967, y, en 1966, la minifalda. A lo mejor deberíamos haber realizado una gran conmemoración en el aniversario de la minifalda, en 2006”.

9. El punk



Nacido en Gran Bretaña a mediados de los años setenta, el punk aunó anarquía, protesta y situacionismo, y añadió a la mezcla toneladas de nihilismo. En el terreno musical su influencia fue inmensa, aunque no tanto por su calidad como por su filosofía: su defensa del amateurismo y la incompetencia permitió a decenas de miles de sordos musicales sin aptitudes para el ritmo o la melodía dedicarse al negocio de la música y renovar el anquilosado panorama dibujado, entre otros, por el rock sinfónico. La vida del punk fue tan breve y tan intensa como la de Mayo del 68, y por eso es probablemente uno de los hijos más perfectos de la revuelta parisina.

10. La frustración a corto plazo



Cuenta Christophe Schimmel, que durante Mayo del 68 militaba en el maoísmo parisino, que al menos la mitad de los militantes que logró captar su grupúsculo durante las semanas de las revueltas acabó suicidándose o cayendo en las drogas y en la marginalidad. Resulta difícil saber si fue la frustración provocada por el fracaso de las revueltas el que provocó el sórdido final de esos estudiantes o si Mayo del 68 atrajo a desequilibrados que hubieran acabado de cualquier manera en el arroyo. La relación entre ambos hechos, en cualquier caso, no deja de ser llamativa.

11. La frustración a largo plazo



¿Es posible una revolución liderada por privilegiados en una sociedad democrática, liberal y burguesa como la francesa? Antes de Mayo del 68 nadie tenía prueba alguna de que eso no fuera posible. Después de Mayo del 68, la fantasía cayó por su propio peso. No, no es posible.

50 años de Mayo del 68

12. El compromiso político como complemento de moda



Prácticamente todas las victorias de Mayo del 68 fueron estéticas y culturales. Ninguna de ellas prevista o siquiera deseada por sus líderes. Y entre las más indeseadas, la conversión del compromiso y el activismo político en un complemento de moda más. Las youtubers e influencers de visita turística por la miseria africana y las actrices antisemitas nombradas “embajadoras” de la ONU son, se quiera o no, consecuencia directa de Mayo del 68 y su fantasía de que el sistema, sea lo que sea eso, puede ser reformado o demolido de forma súbita, a base de selfies y sin doblar excesivamente el lomo.

13. La falsa intelectualidad



Lacan, Kristeva, Deleuze, Guattari, Baudrillard y otros impostores intelectuales son fruto de Mayo del 68 y su glorificación de la cháchara filosófica hueca. Sokal y Bricmont desenmascararon al postmodernismo en su famoso libro Imposturas intelectuales, pero algunos de los farsantes todavía disfrutan de cierto prestigio en algunas facultades de letras de algunas universidades públicas españolas y francesas.

14. El victimismo



“Todos somos indeseables” decía uno de los eslóganes de Mayo del 68. La mística del perdedor, el victimismo compungido y la mortificación de raíz cristiana tenían varios siglos de vida, pero fue Mayo del 68 el que lo convirtió en elemento esencial del discurso político.

15. La división entre el mundo real y la universidad



En 1938 había en Francia 60.000 universitarios. En 1961, 240.000. En 1968, 600.000. Cualquier inteligencia mediana habría interpretado esos datos como una señal evidente de progreso social, cultural y educativo. Pero los estudiantes de Mayo del 68 se consideraron oficialmente oprimidos y como cualquier salvapatrias con sable al cinto se dispusieron a redimir a Francia y los franceses, pero sobre todo a los obreros, de su supuesto sometimiento al poder. Sin embargo, Mayo del 68 se desinfló como un suflé en el preciso instante en que esos obreros llegaron a un acuerdo con los negociadores del Gobierno. Sin el débil gancho que les unía al planeta Tierra, los estudiantes parisinos se vieron obligados a reconocer la derrota y aceptar que las luchas de los trabajadores y la clase media no tienen el más mínimo punto de contacto con la de los universitarios privilegiados de una sociedad próspera como la francesa.

16. Todo por el obrero pero sin el obrero



La izquierda jamás se recuperó del golpe. El Muro de Berlín tardó veinte años más en caer, pero el socialismo estaba herido de muerte y Mayo del 68 sirvió para certificar su desconexión de la realidad. Todavía a día de hoy la izquierda europea se sorprende una y otra vez cuando las encuestas, pero sobre todo las elecciones, revelan que las clases populares y medias votan preferentemente a la derecha e incluso a la ultraderecha.

17. La ley y el orden



A pesar de la revuelta, el general de Gaulle fue reelegido en junio de 1968 en lo que fue interpretado en aquel momento como una petición masiva de retorno a la normalidad por parte de la sociedad francesa. Los líderes de Mayo del 68, en definitiva, calcularon mal el nivel de caos que es capaz de tolerar una sociedad democrática y liberal antes de darle la espalda a la revolución y volver a la monotonía de su perfectamente burguesa vida cotidiana.

18. Anonymous



Prácticamente nadie sabe quiénes fueron los autores de los carteles y eslóganes más conocidos de Mayo del 68. El rechazo del individualismo y la deificación de la colectividad cuajaron con el tiempo en la filosofía copyleft o en el movimiento Anonymous. Que el terreno de actuación de ambos sea internet no es casualidad: la filosofía sesentayochista sólo puede operar con éxito en el ámbito de lo virtual porque se disuelve en contacto con la realidad.

19. La revolución sexual



El aborto, los anticonceptivos y la educación sexual. Todas las reivindicaciones sexuales de Mayo del 68 se lograron durante los años siguientes y se dan por supuestas en la mayoría de las naciones del Primer Mundo. Es una obviedad que esos logros cuajaron gracias a la evolución y la liberalización de las costumbres y no a la acción de los sesentayochistas, pero es de ley reconocer que los líderes de la revuelta parisina los reivindicaron con entusiasmo captando a la perfección el signo de los tiempos. Y quizá fuera esa su principal virtud: la de oler los cambios antes de que estos se produjeran.

Manifestantes en el París de 1968 E.E.

20. El adanismo



Los estudiantes de Mayo del 68 creyeron descubrir el sexo, la filosofía, la revolución, la solidaridad, la política, el compromiso político, el comunitarismo, el arte y el diseño. Ese adanismo cayó por su propio peso en cuanto los obreros les dieron la espalda. Pero sobrevivió en determinados ámbitos de la izquierda y cuajó, decenas de años después, en líderes políticos como José Luis Rodríguez Zapatero, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias. También en los milennials, cuyo alto nivel de vida les convierte en candidatos claros a protagonistas del próximo Mayo del 68.

21. El descrédito de la autoridad y la meritocracia



Probablemente sea esta la consecuencia más dañina de Mayo del 68. Agazapado en las tendencias y escuelas pedagógicas que defienden la obsolescencia de conceptos educativos tradicionales como racionalidad o memoria en beneficio de conceptos como participación, reciprocidad e igualitarismo late el viejo desprecio sesentayochista por la autoridad y el mérito.

22. El sistema lo fagocita todo



Daniel Cohn-Bendit renegó del anarquismo y apoyó a Macron durante las pasadas elecciones presidenciales francesas. Alain Geismar acabó como consejero del socialista Lionel Jospin. Jacques Sauvageot, asqueado de la política, se convirtió en profesor de historia del arte y murió en octubre del año pasado tras un accidente de moto. Si la revolución de Mayo del 68 sobrevivió en algún lado, desde luego no fue en la cabeza de sus líderes.

23. El terrorismo de los años setenta



El debate en la izquierda sobre el uso de la violencia como legítima herramienta política empezó en Mayo del 68 y cuajó en el terrorismo de los años setenta. La Fracción del Ejército Rojo (RAF), las Brigadas Rojas o incluso ETA son difíciles de explicar sin la argamasa teórica producida por Mayo del 68.

24. La glorificación de los criminales

“Ho, Ho, Ho-Chi-Minh” cantaban los estudiantes de Mayo del 68. La idealización de dictadores y asesinos (siempre de izquierdas) ha sido una constante desde entonces. Siempre, por supuesto, en boca de aquellos que no han debido sufrir a esos dictadores y asesinos.

25. Los libros, ensayos, tesis y artículos sobre Mayo del 68



Jamás un acontecimiento tan escaso en resultados (aunque tan prolífico en mística) produjo tanta literatura como Mayo del 68. Valga este artículo como prueba de ello.

Universidad de Lyon en 1968