De forma impulsiva, chulesca y a golpe de tuit. Así ha desvelado Donald Trump sus planes para responder al último ataque químico de Asad contra Siria, un pueblo que lleva siete años sufriendo todo tipo de atrocidades en una guerra que no tiene visos de terminar. 

"Rusia promete derribar todos los misiles disparados en Siria. Prepárate, Rusia, porque serán buenos, nuevos e 'inteligentes'", advertía el presidente de EEUU nada más amanecer. Su incontinencia a la hora de anunciar una acción selectiva inminente ha obligado incluso al Pentágono a salir al paso. Un responsable del Ejército de EEUU ha subrayado que se está analizando el ataque químico al tiempo que ha recordado que no tienen por costumbre hacer comentarios sobre futuras operaciones militares.

A pesar de las cautelas, la ofensiva contra puntos estratégicos del régimen de Asad parece irremediable y cuestión de horas. Siria ya está evacuando sus principales bases ante la amenaza directa del ocupante de la Casa Blanca. Tropas y equipos militares han aprovechado el anuncio de Trump para poner tierra de por medio. 

Analistas internacionales ya han advertido que la estrategia de adelantar los bombardeos puede ser contraproducente. "El ataque de abril de 2017 destruyó una quinta parte de la fuerza aérea de Asad pero no pudo detener el arsenal químico. El presidente Trump y su equipo deberían establecer una estrategia efectiva en este sentido", apunta Jennifer Caffarella del think tank Institute for the Study of War.

La exsecretaria de Estado Madeleine Albright también cree que al margen de los bombardeos es necesario "un plan a largo plazo para Siria", según ha denunciado este miércoles en varias televisiones de EEUU. 

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En su ofensiva contra el régimen de Asad, Trump contará con el apoyo de Reino Unido y Francia. Theresa May está lista para que sus aviones actúen y no consultará la decisión con el Parlamento, según avanzaba este miércoles la BBC. Downing Street negó hacer comentarios al respecto. 

Por su parte, Emmanuel Macron también ha avanzado que se atacarán las infraestructuras del arsenal químico sirio si se confirma que Asad atacó a la población. 

El Kremlin de Putin no se ha quedado callado tras la exhibición tuitera de Trump. El presidente ruso ha abogado por recuperar "el sentido común" y ha tachado de "inadmisibles" las acusaciones de que el régimen sirio de Bachar al Asad esté detrás de un supuesto ataque químico contra la población civil en la ciudad de Duma. El Kremlin insistió también en que "no participa en la diplomacia del Twitter" y prefiere "posturas serias".