París

Veinticuatro horas después del peor ataque perpetrado en suelo francés desde el 13-N, comienzan a despejarse algunas de las incógnitas en torno al autor de la barbarie. Otras siguen siendo un misterio, incluso a ojos del fiscal de París, François Molins, que ha subrayado durante su primera comparecencia pública que el conductor del vehículo que causó este viernes el terror en el sur de Francia no ha sido jamás fichado por los servicios de Inteligencia por posible radicalización religiosa, aunque el Estado Islámico ha reivindicado la masacre como el acto de uno de sus "soldados".

UN CAMIÓN ALQUILADO

Este lunes 11 de julio, Mohamed Lahouaiej Bouhlel alquiló el camión con el que cuatro días después arrastraría a la muerte a 84 personas este 14 de julio en Niza (Alpes Marítimos), al término de los fuegos artificiales que miles de personas contemplaban desde el Paseo de los Ingleses.

El vehículo de 19 toneladas, neutralizado por los policías que terminaron matando al asaltante, debería haber regresado el miércoles 13 de julio a manos de la agencia Via Location, basada en Saint-Laurent-du-Var, comuna limítrofe de Niza.

En cambio, este vehículo permaneció aparcado en el barrio de Auriol hasta este viernes a las 21.34, hora en que las cámaras de seguridad muestran a Lahouaiej Bouhlel llegar en bicicleta y montar en el camión que le serviría poco después de arma de guerra.

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LA PISTA TERRORISTA

El fiscal de París ha insistido en la similitud entre el tipo de acción llevada a cabo por el conductor del vehículo y las consignas difundidas por grupos terroristas islamistas en sus revistas propagandísticas.

En efecto, Molins hace referencia a recomendaciones como las recogidas en la revista de propaganda terrorista Inspire en septiembre de 2014. El portavoz del Estado Islámico Abou Mohammed Al-Adnani incitaba en un texto a sus combatientes a expandir la muerte ayudándose de un vehículo pesado con estas palabras: "Utilizad un camión como si fuese un cortacésped. Id a los lugares más poblados y alcanzad una gran velocidad para causar un máximo de daños. Si tenéis acceso a un arma, utilizadla para terminar el trabajo”.

Al-Aldani es además conocido por disuadir a los partidarios de la yihad de unirse al Estado Islámico en sus tierras conquistadas, animándoles a actuar en el lugar en el que se encuentren. “Si no podéis hacer explotar una bomba o pegar un tiro, arreglároslas para estar a solas con un infiel francés o con un americano y rompedle el cráneo con una piedra, o matadlo a cuchilladas, atropelladlo, tiradle por un precipicio, estranguladlo, envenenadlo...”.

Si la investigación viniese a confirmar la pista islamista no se trataría del primer ataque en suelo americano a través del uso de un vehículo pesado. En mayo de 2013, dos londinenses de origen nigeriano atropellaron con su coche en la capital inglesa a un soldado, Lee Rigby. Después, filmaron una reivindicación argumentando que se trataba de una venganza en nombre “de todos los musulmanes asesinados por soldados británicos”. Pocos meses después, en octubre de 2014, en las afueras de Montréal, un canadiense estampó su coche hacia tres militares causándole a uno de ellos la muerte.

“¿TERRORISTA ÉL?”

El registro domiciliario llevado a cabo esta mañana en el apartamento de Mohamed Lahouaiej Bouhlel ha permitido saber algo más sobre la rutina del asaltante, a través de las declaraciones de una decena de vecinos y conocidos de éste a medios franceses. Muchos de ellos describen a una persona extremadamente discreta, que ni siquiera devolvía el saludo, solitario, desagradable y con claros signos de depresión nerviosa. “Trataba mal a su mujer”, lanzaba uno de los vecinos del atacante al micro de iTele.

Otros perfilan a un hombre activo, amante de la salsa y de las mujeres, “que hacía musculatura” y “al que jamás he visto en una mezquita”, explicaba otro vecino del inmueble a la cadena BFMTV. “¿Terrorista él?” se extrañaba un tercero en el mismo medio.

Sin embargo, la hermana de Bouhlel ha relatado a la agencia Reuters que su hermano tenía problemas psicológicos y que estuvo bajo tratamiento en Túnez, antes de trasladarse a Francia en 2005. "Mi hermano tenía problemas psicológicos y le hemos dado a la policía documentos en los que se muestra que había estado viendo a un psicólogo varios años", aseguró.

“SE DIVERTÍA ATROPELLANDO”

La recogida de testimonios en el lugar de los hechos ha permitido conocer algunos de los detalles del modo en que el conductor se abalanzó hacia la multitud. Nader, presente en el Paseo de los Ingleses durante la noche del 14 de julio, ha explicado al micrófono de BFMTV que creyó estar frente a un conductor que había perdido el control de su vehículo. Por ello intentó, junto a otro hombre que se encontraba en el mismo lugar, hacerle signos para que tratara de controlar la dirección del camión. "Se paró justo a mi lado después de haber atropellado a muchas personas", cuenta Nader. "Parecía nervioso. Había una chica atrapada bajo su vehículo y la aplastó", continúa. En ese momento, sacó la cabeza por la ventana del camión y comenzó a atacar a los gendarmes, que intercambiaron varias balas con Mohamed Lahouaiej Bouhlel hasta terminar con su vida.

Por su parte, Cyprien, también presente en el lugar de los hechos, ha explicado al Nouvel Obs que tuvo tiempo de ver su cara. “Parecía divertirse”, ha afirmado.

UN ACTO PREMEDITADO

El fiscal de París lo ha confirmado este viernes: Lahouaiej actuó solo. La investigación esclarecerá la posible existencia de cómplices que de un modo u otro pudieran haberle sido útil en la puesta en marcha de este atentado.

Además de su apartamento, el domicilio que compartió con la que fuera su esposa años atrás también ha sido registrado en busca de posibles pistas sobre la motivación y complicidades del atentado. Su exmujer, de la que se estaba divorciando, se encuentra todavía bajo custodia desde que ella misma se presentase frente a las autoridades alrededor de las 11 de la mañana de este viernes.

El vehículo atropelló a decenas de personas recorriendo dos kilómetros. Reuters

Entre las incógnitas en la investigación se encuentra la presencia de múltiples armas ficticias en interior de la cabina del camión. La elección de este modo operacional, así como la puesta en marcha del mismo en un día tan simbólico para el país galo, ha hecho que las autoridades se inclinen hacia la pista terrorista, aludiendo a las consignas de grupos yihadistas incluso antes de que llegara la reivindicación del atentado por parte del Estado Islámico.

Mohamed Lahouaiej Bouhlel fue abatido por los policías tras arrollar a cientos de asistentes del espectáculo de fuegos artificiales, causando la muerte de al menos 84 personas, 10 de ellos niños y adolescentes. Además, un día después de la masacre, 52 personas se encuentran todavía en situación de extrema gravedad, 25 de ellas están en coma.

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