Un pueblo holandés llamado Beuningen acogerá a partir de otoño a unas 300 personas refugiadas en un albergue a las afueras de la localidad, cerca de una zona residencial de chalets. Pero sus vecinos ya han dejado claro que no son bienvenidos.

Los habitantes de la calle Konigstraat, contigua al planificado albergue, han pedido a su Ayuntamiento que elimine la acera frente a sus casas, porque temen que el paso de los refugiados por allí para ir a las tiendas a hacer la compra devalúe el precio de sus viviendas, ha publicado el diario regional Gelderlander.

La teoría de los vecinos es que si retiran la zona de paso para peatones, los demandantes de asilo tendrán que pasar por el otro lado de la calle, recoge Dutch News.

El Ayuntamiento ya ha declinado la petición, argumentando que la acera es parte de la infraestructura del pueblo. "Intento entenderles [a los vecinos], pero me cuesta mucho", declaró el concejal Piet de Klein al Gelderlander.

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