Bogotá

El anuncio ha despertado una ola de optimismo en redes sociales, reflejo del anhelo de millones de colombianos que, en su gran mayoría, no conocen cómo es vivir en un país en paz. La razón, los más de 62 años que ha durado la guerra entre el Estado colombiano y la guerrilla de las Farc, siendo éste el conflicto armado más largo en territorio americano y uno de los más longevos del mundo.

El rumor, conocido por periodistas desde hace semanas, comenzó a tomar forma en los últimos días y fue ratificado el miércoles por miembros de la mesa negociadora en La Habana: este jueves se anunciará el fin de la guerra en Colombia.

A pesar de que esto no implica la firma final de la paz, lo que sucederá al medio día en Cuba, no deja de ser un hecho histórico, no sólo para el país sudamericano, sino también para la región y el mundo.

La relevancia se explica también por quiénes encabezarán y acompañarán el anuncio: el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Timoleón Jiménez, quienes contarán con la presencia especial del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y los presidentes de Cuba, Chile, Venezuela, República Dominicana y El Salvador. Se anunciarán los detalles del último acuerdo en relación al cese al fuego bilateral y abandono de armas por parte de las Farc. Asimismo, asistirán enviados especiales para el proceso de paz de los Estados Unidos y de la Unión Europea.

El consenso en el último punto de los acuerdos traza el camino para el futuro cese al fuego bilateral, el cronograma y condiciones para la puesta en marcha de las zonas de concentración de los guerrilleros, la fórmula de dejación de armas y las garantías de seguridad para los guerrilleros desarmados.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya está preparado para supervisar y verificar el cese bilateral del fuego, incluyendo la entrega de las armas, a través de una misión política aprobada por el organismo el pasado enero. Por ello su presencia en La Habana. Las tareas durarán un año, con la posibilidad de extenderlas si lo piden el Gobierno y las Farc, y empezarán a contar tras la firma del acuerdo final de paz entre ambas partes.

Por el sí o por el no

El comunicado de prensa conjunto dado a conocer por el Gobierno ha generado un sinnúmero de comentarios en redes sociales, bajo la etiqueta #ElUltimoDiaDeLaGuerra. La etiqueta se ha convertido en tendencia en Twitter. Desde políticos, artistas, columnistas y líderes de opinión, periodistas, estudiantes, e incluso guerrilleros, los comentarios positivos sobre la posibilidad de una Colombia en paz acaparan la conversación en estos espacios virtuales.

Aunque faltan por conocer algunos detalles de los más recientes acuerdos, la esperanza sembrada en la población en general es evidente. Según pudo conocer EL ESPAÑOL, altas fuentes del Gobierno estarían contemplando que la firma definitiva de la paz se realice en un término de dos meses, entre el 20 de julio y el 7 de agosto.

El mismo presidente de la República afirmó el pasado lunes que para el próximo 20 ya deberían tener finiquitados los acuerdos.

Por otro lado, al cierre de esta edición, eran pocos los mensajes de los opositores al proceso de paz, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe. Caracterizado por ser bastante prolífico en Twitter, sobre este tema el ex mandatario y hoy Senador se ha mantenido hasta ahora silencio. En días pasados promovía la recolección de firmas en contra del proceso.

Analistas como Ricardo Galán, han hecho un llamado a la prudencia a través de sus redes sociales, pues si bien este es un paso importante en la consecución de la paz, no es la firma definitiva del proceso.

Numerosos ciudadanos concuerdan en afirmar que es ahora que empieza realmente el proceso más difícil: ser capaces de construir un país donde la paz sea posible.

Lo que falta

Aún falta concretar acuerdos en varios puntos centrales y que quedaron relegados para el final. Algo que no es menor, no sólo por la importancia de lo que falta, sino también por la premisa de esta negociación de que 'nada está acordado hasta que todo esté acordado'.

Por ejemplo, todavía no se ha definido cómo las Farc tendrán participación directa en política, uno de los puntos que se había aplazado en la agenda cuando se discutió en la mesa de conversaciones este punto. Asimismo, faltaría acordar la implementación, verificación y refrendación de lo pactado.

El modelo de refrendación es también un punto que está sobre la mesa y aún no se define. Mientras que el Gobierno pretende hacer un plebiscito, las Farc no han cesado en sus intenciones de pedir una convención constituyente.

El Gobierno ha avanzado frente a este tema y el plebiscito, aprobado ya en Congreso de la República, cursa ahora en la Corte Constitucional, instancia que debería pronunciarse en los próximos días.