Eddie Jamoldroy Justice tenía 30 años. Las autoridades de Estados Unidos han confirmado que fue una de las 50 víctimas mortales del brutal tiroteo en el club gay Pulse de Orlando (Florida) el pasado sábado.

Mientras el autor del ataque identificado como Omar Sedique Mateen abría fuego en el local, Eddie se escondió en el baño junto a otras personas y desde allí envió mensajes por móvil a su madre, Mina Justice, que lo contó a la prensa.

Por entonces Mina aún no sabía si su hijo efectivamente había fallecido. Se golpeaba el pecho, angustiada, describe la cadena latina estadounidense, Univisión. Un vídeo de Associated Press muestra cómo con entereza contó a los medios la conversación por mensajes que mantuvieron antes de perder el contacto.:

Domingo, 12 de junio a las 02:06 de la madrugada hora local:

"Mami, te quiero", decía un primer mensaje de Eddie. "Están disparando en el club", añadió.

Su madre le llamó, pero no hubo respuesta. "¿Estás bien?", le preguntó por mensaje.

"Atrapado en el baño", explicó. Le dijo que estaba en el local Pulse y pidió: "Llama a la policía".

Dos minutos después del primer mensaje, Eddie escribió: "Voy a morir".

Mina le estaba llamando: "Contesta a tu maldito teléfono".

"Llámalos", urgió el joven. "Llámame", pedía ella. El 911 (el teléfono para emergencias de Estados Unidos) quería que Mina se quedara al teléfono.

Pasaron 31 minutos. "Llámalos, mami. Ya", insistió con más urgencia Eddie. "Ya viene. Me voy a morir".

La madre le envió varios mensajes para saber si estaba con la policía y para asegurarse de que se había salvado. Pero "no", los agentes no habían llegado al escondite. 02:46 de la madrugada. "Todavía en el baño. Nos atrapó. Nos tienen que venir a rescatar".

El atacante ya había llegado al refugio que habían encontrado Eddie y otras personas hasta entonces. "Deprisa, está en el baño con nosotros", urgió de nuevo.

"Es terrorífico...", preguntó la madre en el último intercambio de mensajes. "Sí", respondió su hijo en la última señal de vida que recibió de él.

15 horas después del ataque Mina Justice compartió los mensajes que había intercambiado con su hijo a los medios de comunicación. Se encontraba en el hotel donde habían concentrado a varios familiares a la espera de recibir noticias sobre sus seres queridos.

24 horas más tarde, en la madrugada del lunes, obtuvo la confirmación que tanto temía. Su hijo es una de las víctimas del terror sembrado por un fanático que aseguró cometer la masacre en nombre del Estado Islámico (también conocido como Daesh por su acrónimo en árabe). El grupo terrorista reivindicó el ataque más tarde, aunque los indicios indican que se trataba de un lobo solitario simpatizante del EI.

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