“Así que soy un musulmán judío”, se maravilló Waj al obtener los resultados del test de ADN que habían hecho con una simple muestra de su saliva. 67 personas de todo el mundo participaron en un peculiar experimento que está dando la vuelta al mundo con un vídeo que desde su lanzamiento el pasado 1 de junio que ya ha obtenido más de 5,6 millones de reproducciones en Facebook y cerca de 4,4 millones de visualizaciones en YouTube.

¿De dónde eres? Esta fue la sencilla pregunta de la que partió una encuesta realizada a 7.200 personas de 18 países, incluidos 400 españoles. México es el otro país hispanohablante que participó en la encuesta. Aunque la respuesta parece sencilla, tiene truco. 6 de cada 10 encuestados españoles creyeron que su ascendencia podía provenir, como mucho, de dos países. Se equivocaban.

momondo – The DNA Journey

Lo que esperaban que pasara…

“Estoy orgulloso de ser inglés, mi familia ha servido y defendido a este país (…). Creo que somos el mejor país del mundo, siéndote honesto”, respondió Jay a las preguntas de los entrevistadores del experimento de los 67, a quienes también reconoció que no es “fan” de los alemanes. “Podrías pensar que son un poco (y añadió un gesto que sugería “cuadriculados”)”, añadió una chica francesa llamada Aurélie.

Una joven que mostró su álbum familiar, con las fotos de la “boda kurda” de sus padres y su madre vestida con el típico traje kurdo. “Hay una parte de mí que odia a los turcos. ¡No la gente! Sino al Gobierno”, reconoció al ser preguntada también por alguna nacionalidad que no le gustara.

“Soy de Bangladés y muy patriótico”, explicó otro participante. A él no le caían especialmente bien la India y Pakistán “por el conflicto” histórico con esos países.

“Soy 100% islandés, sí, sin duda (…). Soy más importante que tú”, llegó a decir otro joven a la entrevistadora. Con una tímida risa prosiguió: “No te conozco, pero en mi opinión so fuerte y más importante que muchas otras personas”.

A los 67 participantes en el experimento les propusieron realizar un viaje basado en su ADN. Un poquito de saliva en un tubito de muestras y dos semanas más tarde obtendrían los resultados. Todos se mostraron convencidos de que su escupitajo no revelaría grandes misterios.

Aurélie creía saber que sus orígenes eran puramente franceses. Jay pensó que era exclusivamente inglés. Y así todos sus compañeros, provenientes de países tan dispares como Irak o Cuba.

Jay, el británico que se encuentra entre los protagonistas del experimento, da su muestra de ADN. Momondo

… y lo que realmente pasó

“¿Sabes cómo funciona el ADN? La mitad proviene de tu madre y la otra mitad, de tu padre (…). Y cada uno de ellos tiene un 50% de sus padres y así sucesivamente”, explica Brad Argent, el experto en ADN contratado para el experimento, en el vídeo. “Tu historia está en ese tubo”.

Los que un par de semanas antes se habían mostrado muy seguros de sí mismo ahora reconocían su nerviosismo y alguno incluso tembló. “¡Oh, guau!”, dijó Aurélie al abrir el sobre llevándose la mano a la boca y reprimiendo las lágrimas. “No me esperaba esto”.

“Guau”, reaccionó el chico cubano. Su mapa mundi del ADN mostraba relaciones con toda América, varios lugares europeos, Oriente Medio y el África subsahariana. Se tuvo que secar las lágrimas de la emoción, mientras negaba incrédulo lo que la prueba aseguraba.

A la chica le entró la risa al enterarse de que entre sus antepasados había turcos mientras que el finlandés que se creía abiertamente mejor que los demás enumeró no sin cierta emoción: “Europa del Este, España, Portugal, Italia, Grecia”.

La francesa que puestos a elegir otra nacionalidad a la que pertenecer había citado la británica, resultó serlo en un 32%. El británico que había confesado sus reticencias con los alemanes descubrió que su ADN era un 5% alemán.

Una oda a la convivencia

“No habría extremismo si la gente conociera su herencia histórica”, opinó la francesa Aurélie, que pidió que el test al que se había sometido fuera obligatorio para todo el mundo. Si pudiera tener también otra nacionalidad, le haría ilusión ser italiana porque son personas “súper apasionadas, locas y ruidosas” o británica porque siente “un gran amor y respeto por esa cultura”.

“De algún modo todos podríamos ser primos, en el sentido extenso de la palabra”, concluye Argent, el genetista. “Pero en un sentido más concreto, tú tienes un primo en esta sala”, le reveló a la joven kurda, cuyo nombre no aparece en el vídeo y los responsables de su distribución no pueden facilitarlo actualmente sin pedir un permiso particular.

Kasia Bryc, genetista de 23andme, una empresa dedicada a mapear la ascendencia basada en el ADN, comenta que nuestro ADN muestra cómo de complejo en realidad es nuestro mapa genealógico. “En muchos casos se sorprenden cuando descubren que tienen unos ancestros más diversos de lo esperado. Estimamos que nuestros clientes tienen raíces genéticas en, al menos, cinco regiones en el mundo. Usando el ADN para conocer sus antecesores, las personas tienen una mejor idea de dónde vienen”, ha declarado en el comunicado de la campaña.

“Soy Jay de todas partes según esto”, admitió el británico con los ojos empañados. “Soy un verdadero ciudadano del mundo”, declaró el joven cubano.

Y resulta que es el anuncio de una empresa

“Un mundo abierto empieza por una mente abierta”, concluye el experimento. Pero este mensaje por la tolerancia y la convivencia no pertenece a ninguna ONG ni de la empresa especializada en ADN, sino que se trata de una campaña de marketing de un buscador y comparador de viajes online a nivel mundial llamado Momondo.

Su impulsor es un desarrollador informático danés con un enfoque particular: no quería crear una empresa que se limitara a generar beneficios, tenía el deseo de unir “humanidad y tecnología”. Así fundó la compañía en 2006 junto a otros desarrolladores daneses. Su idea era ofrecer “un universo de viajes colorido para unir a los usuarios, inspirándoles para encontrarse con el mundo cara a cara”, explican desde la compañía.

La portavoz en España de Momondo, Laura Anthes, ha asegurado a EL ESPAÑOL que los protagonistas son auténticos, los test de ADN son reales y sólo la entrevistadora que les plantea las preguntas junto al genetista es actriz. “Lo que era importante para nosotros en la película de la campaña era captar la reacción auténtica de los participantes”, explica por correo electrónico.

Emplearon a dos empresas de casting para seleccionar a los participantes, eso sí. ¿Por qué han lanzado ahora la campaña “Abramos nuestra mente”? “Ahora es el momento apropiado para concienciar sobre la importancia de derribar fronteras entre las personas y hacer que se den cuenta de que hay más cosas que nos unen que las que nos separan”, argumenta Anthes desde la compañía del buscador de viajes.

“Vivencias que te abran la mente”, “lo importante son las personas”, “datos que tengan vida”… Con premisas como éstas hoy el buscador forma parte de otra empresa británica del sector y está presente en 31 países. También colabora con CISV, una organización de voluntarios que busca promover la paz a través de actividades como campamentos multiculturales.

Si te ha picado la curiosidad y también quieres que evalúen tu saliva para ver de dónde vienes, la empresa sortea un viaje basado en tu ADN en un concurso que puedes encontrar aquí.