Retrato de Mali

La República de Mali es el séptimo país de África por extensión. Tiene una población estimada de 13 millones de habitantes de los que casi el 90% vive en el sur, especialmente en Bamako, la capital, y alrededores.

La esperanza de vida de Mali es de 49,5 años y el país cuenta con una de las tasas de mortalidad infantil más alta del mundo: 105 muertes por cada 1.000 nacimientos. En el listado de Índice de Desarrollo Humano (IDH) Mali ocupa el puesto 176. Aproximadamente la mitad de los malienses (o malíes) vive bajo el umbral de la pobreza.

¿Cómo se organiza el país?

Mali está dividida en ocho regiones. Su población está compuesta por diversas etnias. La más numerosa es la de los elbambaras, subsaharianos del sur del país. Otra etnias son los peul, los tuareg y los songhai, casi todos ellos históricos nómadas del norte.

¿El Estado llega a todo el territorio?

Ni mucho menos, y éste es uno de los problemas y explicaciones del terrorismo en la región. La zona norte de Mali (la que comprende las regiones de Tombuctú, Kidal y Gao) se conoce como Azawad y desde hace décadas tiene aspiraciones independentistas. Es una zona desértica que contiene sólo el 10% de la población de Mali. La etnia mayoritaria aquí es la formada por los tuareg, quienes en 1990 se levantaron contra el Gobierno central en una revuelta que se repitió en 2012, mediante el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), un grupo político-militar laico.

Los tuareg controlan de facto y al margen del Estado gran parte del norte del país y aseguran haber sido abandonados por el Gobierno, quien tampoco muestra excesivo interés por una zona desértica (es parte del Sahel, la zona más árida del Sáhara) y sin recursos naturales (en contra de lo que se suele decir, aquí no existen minas de uranio). Las discrepancias son también étnicas y hasta raciales: los tuareg se consideran árabes nómadas, el Gobierno de Bamako representa a población subsahariana sedentaria.

La mesa de negociación entre los tuareg y el Gobierno central acordó la paz el pasado verano, aunque falta llevar a cabo el desarme de distintos grupos y hay una comisión de seguimiento para tratar de garantizar que se cumple el acuerdo.

¿Qué consecuencias tiene que el Estado no controle el norte del país?

El Sahel se ha convertido en una zona casi libre, en un santuario donde las tribus imponen sus fronteras, leyes y normas al margen de los Estados oficiales. Esto ha dado paso a numerosos grupos de narcotraficantes (es una importante ruta para los carteles latinomericanos rumbo a Europa), de traficantes de personas (Gao es el epicentro de una de las principales rutas migratorias), de asaltantes, bandidos y secuestradores.

Estos grupos, así como los grupos terroristas, están compuestos por etnias del norte de Mali, pero también por argelinos, tunecinos, libios y nigerianos. Una zona donde no existe la ley. O al menos la ley tal y como la conocemos.

¿Por qué se han asentado grupos terroristas en la zona?

La guerra civil de Libia modificó en cierta manera el perfil del MNLA (Movimiento Nacional de Liberación del Azawad), que se nutrió de tuareg libios y argelinos que regresaron al Sahel tras la caída de Gadafi. Esto hizo que ciertas facciones del grupo, así como distintas tribus, se acogieran a la causa islámica para formar grupos propios, que posteriormente se afiliaron a organizaciones más poderosas.

De este modo, y sin oposición que les frenara, se consolidó Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) en el año 2006, cuando juró lealtad a Al Qaeda. Desde entonces han relegado a un segundo plano al MNLA y tomado el control de la zona. Otro grupo también poderoso es Ansar ad Din (Defensores de la fe), de corte yihadista. En total, unos 20 grupos o facciones consideradas terroristas operan en la zona, incluido Al Murabitún, presuntos responsables del ataque al hotel de Bamako.

En general, el escenario es sumamente peligroso para el Gobierno de Mali.

¿Quiénes respaldan a estos grupos terroristas?

Al Qaeda para el Magreb Islámico pertenece al entramado Al Qaeda aunque tiene estrechos lazos con los islamistas de Boko Haram (basados en el norte de Nigeria) y con Al Shabab (Somalia), quienes han jurado lealtad al Estado Islámico. Esto acerca las posturas de ambas organizaciones -Al Qaeda y EI- en la región, cuyas facciones, según los analistas, actúan muchas veces de forma coordinada.

¿Cuál es el papel de Francia en Mali?

Ante el imparable crecimiento de los grupos terroristas en el Sahel, Francia envió tropas a Mali en 2012 (Operación Serval). Lo decidió cuando, ese año, AQMI decidió atravesar la imaginaria frontera entre Azawad y Mali. La amenaza contra el Gobierno de Bamako se convirtió en algo tangible.

Mali forma parte del grupo de países africanos bajo influencia francesa, la conocida francophonie, y Francia quiso proteger los intereses del gobierno legítimo. Sobre el terreno tiene desplegados 3.000 soldados desde entonces. Esta presencia ha convertido a Francia en objetivo de los grupos yihadistas de la zona y, en consecuencia, de los grupos terroristas principales que los amparan.

Hollande con el presidente malí, Ibrahim Boubacar Keita el pasado octubre. Adama Diarra Reuters

¿Quién y por qué han atacado un hotel en Bamako?

El ataque lo ha reivindicado el grupo Al Murabitún, uno de los grupos terroristas de la zona. Está compuesto por unos 100 tuareg y fue fundado en agosto de 2013. En mayo de este año juraron lealtad al Estado Islámico, aunque algunos de sus líderes niegan este vínculo.

El ataque podría formar parte de la insurgencia que desde 2012 mantienen los grupos del norte contra el gobierno maliense, revestida de guerra yihadista desde que AQMI tomó el control de la zona.

Algunos expertos, sin embargo, señalan que el atentado está vinculado a Francia. O bien como respuesta a la presencia en Mali o bien como táctica para distraer la atención de las tropas francesas en Siria e Irak (donde desde hace meses atacan posiciones del Estado Islámico), y hacer que suavicen su ofensiva y se vean obligados a repartir esfuerzos entre los dos frentes.

¿Está España en peligro?

España es objetivo prioritario para AQMI, grupo que, en los últimos años, ha publicado numerosas amenazas contra lo que ellos consideran Al Andalus.

España es el país de la UE más cercano al Sahel, la guerra civil libia ha hecho las fronteras más inestables y ha acercado a los grupos yihadistas hasta la misma orilla del Mediterráneo.

Además, España tiene soldados en Mali, lo que alimenta la reacción de los grupos tuareg contra nuestras posiciones. Actualmente el Ejército español tiene desplegados a 110 hombres en Mali, destinados a entrenar y formar al Ejército maliense. Nueve de ellos están en el cuartel general en Bamako y el resto en una compañía de entrenamiento cercana a la capital.

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