Cada mes, millones de mujeres se encuentran con una sensación incómoda: la hinchazón premenstrual. Lo empiezan a notar unos días antes de que aparezca el sangrado de la regla y suele ser bastante molesto, porque el abdomen está más abultado y hay un aumento de peso que puede llegar a sobrepasar los dos kilos.
Se sienten pesadas, no les abrocha el pantalón... ¡Así, de repente, en un bucle que se repite muchas veces al año! Pero ¿es normal?, ¿se puede evitar?, ¿es permanente esa subida de la báscula? Son muchas las preguntas que se nos vienen a la cabeza acerca del SPM (síndrome premenstrual) que sufren un 90% de la población femenina en edad fértil.
La doctora Marta Lamarca, del Servicio de Ginecología en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, responde a todas esas cuestiones y ofrece algunos consejos para lidiar con los efectos de esta etapa. Lo mejor para conocer algo es entender sus causas.
La doctora Marta Lamarca, del Servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud Zaragoza.
¿Por qué se produce?
No es una sorpresa que las hormonas estén detrás de todo esto. "En la segunda fase del ciclo menstrual (fase lútea, previa a la menstruación), existe un aumento de la progesterona. Esto favorece la vasodilatación y facilita la acumulación de líquidos en los tejidos", explica la experta.
Por otro lado, los estrógenos también promueven la retención de sodio que, a su vez, incrementa esa acumulación. "Sube la aldosterona, que no es una hormona sexual femenina, pero fluctúa en esta fase.
Lo que hace es aumentar la reabsorción de sodio y agua en los riñones. Además, hay un desequilibrio en la hormona antidiurética (vasopresina) que afecta a la regulación renal de líquidos", añade.
Síntomas y factores agravantes
Los más frecuentes son, como hemos explicado anteriormente, el aumento de peso transitorio, la sensación de pesadez y un mayor volumen. Las zonas más acusadas son el abdomen, piernas y tobillos con sensación de hinchazón y las mamas, con turgencia e incluso dolor.
No hay que asustarse si nos subimos a la báscula y vemos que marca un número mayor del habitual. "El incremento suele oscilar entre 0,5 y 2,5 kg", confirma Marta Lamarca. Pero no se quedarán con nosotras para siempre, ya que suele perderse en los primeros días de la menstruación.
Aun así, existen factores que pueden agravar esa retención de líquidos haciendo los efectos del SPM más acusados.
Por un lado, están "ciertas enfermedades subyacentes que pueden padecer las mujeres que implican mayor retención hídrica, como la insuficiencia renal y cardíaca, el hipotiroidismo…".
Sobre ellas no podemos actuar, solo mantenerlas bajo control. Sin embargo, hay otros que sí son modificables y que podemos cambiar para no empeorar este estado. Esto es lo que debes evitar:
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Dietas ricas en sal, ya que aumenta la retención de agua.
- Los alimentos procesados.
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El sedentarismo, que disminuye el retorno venoso y linfático en las extremidades inferiores y también empeora los síntomas.
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El estrés y la falta de sueño alteran el equilibrio hormonal.
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El consumo de sustancias como el alcohol o la cafeína producen deshidratación y empeoran la hinchazón.
Si deseas paliar la hinchazón, introduce estas pautas en tu dieta y rutina:
- Aumenta la ingesta de potasio (plátanos, espinacas…).
- Consigue una hidratación adecuada mediante la ingesta de agua, ya que ayuda a eliminar sodio.
- Toma diuréticos naturales como infusiones de diente de león, ortosifón, etc.
- Realizar ejercicio aeróbico para mejorar la circulación y el drenaje linfático y ayudar a eliminar el exceso de líquidos.
- El yoga y las técnicas de relajación reducen el estrés y mantienen el equilibrio hormonal.
No confundir con otras patologías
Según explica la doctora Marta Lamarca, la retención de líquidos premenstrual puede asociarse erróneamente a "patologías renales o cardíacas que cursan también con edemas o hinchazón de predominio en extremidades inferiores". El hipotiroidismo también puede producir hinchazón de forma más generalizada.
La insuficiencia venosa (varices) también lo hace en los miembros inferiores del cuerpo, aunque no presenta un patrón cíclico. "Hay que descartar este tipo de afecciones si los síntomas no mejoran tras la aparición de la menstruación", advierte.
Suplementos que funcionan
Los que recomienda la especialista del Servicio de Ginecología en el Hospital Quirónsalud Zaragoza es en primer lugar el magnesio, "que reduce la retención y los calambres".
También la vitamina B6, equilibra los líquidos y mejora el ánimo. El calcio disminuye la irritabilidad y la hinchazón.
Los extractos herbales como el diente de león y el ortosifón (té de Java) actúan como diuréticos naturales y tienen cierto carácter antiinflamatorio.
Por último, el vitex agnus castus (sauzgatillo) ayuda a mantener el equilibrio hormonal y tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.