Estamos tan centrados en buscar alimentos complejos que prometen grandes beneficios para tu salud y tu físico que, en ocasiones, pasamos por alto que la dieta mediterránea en general, y la gastronomía española en particular, aguarda uno de los mayores tesoros nutricionales que puedes imaginar: las sardinas envasadas.
Una simple lata de sardinas puede convertirse en tu mejor aliada para cuidar el corazón. Lejos de ser una moda o una exageración, la farmacéutica, nutricionista y una de las divulgadoras más seguidas del país, Boticaria García, lo explica con claridad: “Una sola lata de sardinas contiene la quinta parte del omega-3 que necesitamos a la semana”.
Actualmente, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de muerte. Tan solo en España, el pasado 2024, 27.734 personas fallecieron a causa de enfermedades isquémicas del corazón, según publicaba el Instituto Nacional de Estadística (INE) al finalizar el año.
Por tanto, incorporar este pequeño, pero poderoso pescado azul a tu dieta puede marcar la diferencia. Económico, accesible y delicioso, el consumo regular de sardinas en lata está respaldado por estudios científicos que avalan sus múltiples beneficios para la salud de nuestro corazón.
Incorporar una o dos latas de sardinas a la semana puede parecer un cambio mínimo, pero su impacto en tu salud puede ser enorme. Como bien explica Boticaria García, no hace falta complicarse con menús imposibles o suplementos caros. A veces, la clave está en lo sencillo y tradicional.
El omega-3: el guardián de tu corazón
Los ácidos grasos omega-3 son una grasa esencial que el cuerpo no produce por sí solo, pero que necesita urgentemente para funcionar bien. Según MedLine Plus, estos lípidos ayudan a fortalecer las neuronas, mejorar la salud del corazón, prevenir accidentes cerebrovasculares y actuar contra la inflamación.
Las sardinas en lata son una de las fuentes más potentes y accesibles de omega-3. Tal y como explica Boticaria García en su participación en el pódcast Cuerpos Serranos, una sola lata de sardinas aporta unos 700 mg de omega-3. Cinco latas a la semana, por tanto, cubrirían completamente los 3,5 gramos semanales que recomienda la comunidad científica.