La obsesión por la salud física parece ser la principal prioridad para muchas personas en la sociedad actual. Dietas estrictas, rutinas de ejercicio rigurosas, y un enfoque inquebrantable hacia la perfección se han convertido en el centro de muchas personas que buscan la excelencia.
Sin embargo, el experto en nutrición y fitness Marcos Vázquez nos lanza una importante advertencia: "Disfrutar de una copa de vino, una pizza con tus amigos, una noche de celebración puede tener un efecto más positivo en tu salud que comerte en casa solo, el pollo con brócoli, con arroz y con agua."
En una sociedad que promueve la idea de alcanzar la perfección a toda costa, a menudo se nos olvida que lo bueno llevado al extremo puede ser perjudicial. Es fácil caer en la trampa de pensar que, para ser saludables, debemos seguir rutinas estrictas que incluyen levantarse de madrugada a hacer ejercicio, practicar ayuno intermitente, ducharse con agua fría, y seguir una dieta "perfecta".
Si bien llevar un estilo de vida saludable es fundamental, no podemos olvidar que nuestras relaciones sociales y el disfrute de momentos con los demás también son claves para nuestro bienestar.
"Nuestro cuerpo es bastante resiliente. Claro que hay que intentar hacer las cosas bien, pero sin generar ansiedad". La obsesión por hacer todo a la perfección puede terminar siendo más perjudicial que beneficiosa, como hace hincapié el experto.
La salud no es solo física, también social
El experto explica que el problema radica en llevar los hábitos saludables al extremo. Si nos concentramos solo en la parte física y no dedicamos tiempo para disfrutar de la vida, como compartir una comida con amigos, estamos sacrificando un componente vital de la salud: las conexiones sociales.
Aunque mantener una dieta equilibrada y realizar ejercicio regularmente son elementos cruciales para mantenernos saludables, Vázquez destaca que "las relaciones humanas son tan importantes como la alimentación".
De hecho, investigaciones como el World Happiness Report han demostrado que las conexiones sociales son un factor clave para la felicidad y el bienestar general. Las personas que mantienen relaciones sociales cercanas y que disfrutan de momentos de ocio con amigos tienden a ser más felices y a tener menos niveles de estrés.
Según el informe, "quienes comparten más comidas con otras personas reportan niveles significativamente más altos de satisfacción vital y afecto positivo, y niveles más bajos de afecto negativo". El simple hecho de compartir una comida con amigos o familiares no solo satisface nuestras necesidades nutricionales, sino que también mejora nuestra salud emocional y psicológica. La conexión social, lejos de ser un lujo, es una necesidad para una vida plena y equilibrada.