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Según un estudio ENRICAel 50,5% de la población adulta española tiene hipercolesterolemia, es decir, niveles de colesterol por encima de 200 mg/dl. Dentro de estas cifras, tanto los hombres como las mujeres tienen un alto riesgo de enfermedad cardíaca debido unos niveles altos; sin embargo, es el segundo grupo el que, generalmente, puede sufrir un aumento con mayor facilidad.

Unos buenos hábitos y un estilo de vida saludable son fundamentales para combatir el colesterol elevado. No obstante, en las mujeres no siempre es suficiente y, según las investigaciones de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), los niveles de esta sustancia en el género femenino varían dependiendo de la fase del ciclo menstrual, debido a los cambios en los niveles de estrógeno.

"Cuando las mujeres llegan a la edad alrededor de la menopausia, sus colesteroles pueden presentar alteraciones muy significativas, incluso cuando comen bien y tienen muy buenos hábitos", explica el doctor Carlos Andrés Zapata, experto en medicina interna y nutriólogo.

El colesterol en mujeres con menopausia

Cuando las mujeres llegan a la menopausia, sus cuerpos atraviesan una serie de cambios hormonales profundos que afectan no solo su sistema reproductivo, sino también otros aspectos relevantes de su salud. Uno de los cambios más notables y preocupantes es la alteración en los niveles de colesterol.

Esta variación no siempre está relacionada con la dieta o el ejercicio, y suele presentarse incluso en mujeres con hábitos saludables. Esto ha sido objeto de estudio en la ciencia médica, revelando una conexión estrecha entre la disminución de los estrógenos y el aumento del colesterol, explica el doctor Zapata.

Durante la edad reproductiva, los estrógenos desempeñan un papel crucial en la regulación del colesterol. Estas hormonas ayudan a mantener niveles saludables de colesterol HDL (conocido como "colesterol bueno") que protege las arterias, mientras que también ayudan a mantener bajo el colesterol LDL (el "colesterol malo"), que tiende a acumularse en las paredes arteriales, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Los estrógenos influyen en el metabolismo lipídico a través de varios mecanismos, incluyendo la mejora de la sensibilidad a la insulina y el aumento de la actividad de ciertas enzimas hepáticas responsables de descomponer el colesterol LDL. Por lo tanto, cuando los niveles de estrógenos disminuyen drásticamente durante la menopausia, se rompe este equilibrio delicado, lo que conduce a alteraciones significativas.

En los primeros cinco años de la posmenopausia, muchas mujeres experimentan un aumento notable del colesterol, incluso si mantienen una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Sin embargo, al comprender la función reguladora de los estrógenos, esta paradoja se aclara: el cambio hormonal es muchas veces el desencadenante, no los hábitos alimenticios ni la actividad física.

La importancia de los hábitos desde la juventud

A pesar de ello, el experto explica que no todas las mujeres posmenopáusicas experimentan un aumento en el colesterol. Esto sugiere que existen otros factores en juego, posiblemente relacionados con predisposiciones genéticas o con el estilo de vida previo a la menopausia.