La actividad física es clave para la prevención de enfermedades, pero no todos los ejercicios aportan los mismos beneficios a nuestro organismo. Si bien activar el cuerpo y movilizarnos generará endorfinas, mejorando de manera instantánea nuestro estado de ánimo, si lo que quieres es acelerar tu metabolismo, prevenir lesiones y mejorar la densidad ósea, Boticaria García recomienda coger unas pesas y comenzar a entrenar.
Músculos fuertes
Un cuerpo fuerte es un cuerpo sano. Los músculos son las estructuras que nos permiten generar movimiento a través de su contracción y relajación. El tejido que los forma cuenta con células especializadas llamadas miocitos, cuya propiedad es aumentar y disminuir de longitud al ser sometidas a impulsos eléctricos que provienen del sistema nervioso.
Existen tres tipos de tejido muscular: cardiaco, presente en el corazón; liso, localizado en los órganos viscerales huecos, como el hígado, el páncreas y los intestinos; y esquelético o estriado. Este último se une a los huesos mediante tendones y hace posibles los movimientos corporales voluntarios. Es el que podemos entrenar y lo que conocemos, comúnmente, como músculos.
El tejido muscular estriado se adhiere al esqueleto mediante tendones, haciendo posible el movimiento voluntario
Del correcto funcionamiento de toda esta estructura de células, tejido estriado y tendones, dependerá cuan ágiles seamos a la hora de desempeñar actividades diarias y deportivas. Mantenerla a punto, garantizando una masa muscular óptima, aumentará nuestra protección frente a padecer osteoporosis, diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
Además, unos músculos fuertes harán que, de vernos en la posición de ser sometidas a una cirugía, disminuyan las posibles complicaciones durante la intervención y favorecerán la recuperación postoperatoria.
Entrena tu fuerza
Ganar masa muscular o mantener el tono en una proporción saludable requiere entrenar el cuerpo con la ayuda de peso o lastres que opongan resistencia al movimiento. De esta manera, nuestros músculos se verán en una posición incómoda y de sobreesfuerzo provocando hipertrofia en las fibras que los forman.
Es vital integrar el entrenamiento de fuerza en nuestro estilo de vida porque de él dependerá nuestra salud articular, ósea y cardiovascular.
Para llevarlo a cabo de manera efectiva podemos contar con mancuernas, pesas, o máquinas de musculación; e identificar nuestro objetivo. No pautaremos las mismas series, repeticiones y peso si queremos aumentar la masa muscular que si solo deseamos ganar fuerza sin ganar volumen.
En el primer caso, la metodología de entrenamiento implicará cargas más pesadas y menos series, mientras que en el segundo caso, será suficiente un peso menor y mayor número de repeticiones. Sea cual sea el escenario, se recomienda de tres a cuatro sesiones semanales de este tipo de actividad física.