Camisa blanca, minicinturón marrón, pantalones de lino color beige y zapatos de estilo barefoot. Todo ello coronado, por supuesto, con el chaleco rojo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Así aterrizó la reina Letizia el pasado lunes, 24 de marzo, en el Aeropuerto Internacional Nelson Mandela de Praia, capital de Cabo Verde. Y lo hizo con un único objetivo: visibilizar el trabajo de cooperación que España realiza allí, y en todo el mundo.
Acompañada por la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Eva Granados, Letizia ha conocido durante tres días los proyectos que acometen los cooperantes españoles, destinados principalmente a apoyar la igualdad de género, la reducción de las desigualdades y la economía azul en este archipiélago del Atlántico.
La reina Letizia, a su llegada a Cabo Verde, el pasado lunes.
La Reina es un pilar fundamental para la AECID, y el compromiso de darla a conocer en cada país en el que se encuentra es un legado que recibió de la emérita Sofía -que emprendió este tipo de tours en 1997- cuando Felipe VI ascendió al trono con ella a su lado como consorte. Desde su primer viaje de cooperación hasta este último, el décimo, Su Majestad la reina Letizia ha evolucionado y mejorado en todos los sentidos.
El primero de estos destinos fue Honduras y El Salvador en 2015. En 2017 visitó Senegal, en 2018 viajó a República Dominicana y Haití, en 2019 se desplazó a Mozambique, en 2020 visitó de nuevo Honduras en viaje de ayuda humanitaria; en 2021, Paraguay; en 2022, Mauritana; en 2023 viajó a Colombia y en 2024, Guatemala. El jueves pasado concluyó el último.
A la izquierda, la reina Letizia en su viaje de cooperación en 2015, y a la derecha, en 2022, en Mauritania.
Una vez más, la Reina deja una lección y un mensaje a descifrar a través de sus gestos y también de su atuendo. Si en 2015, en Honduras, llegó a lucir vestidos de costura y pendientes de diamantes -en actos de noche, como la ocasión requería-, en los últimos años, su uniforme se ha ceñido al que se describe en la primera línea de este artículo. Pero, ¿qué quiere transmitir la Reina con su look de cooperante? ¿Por qué ha decidido dejar en su vestidor algunas de sus prendas más especiales?
Para dar respuesta a estas y otras cuestiones, Magas ha contactado con Marina Fernández, directora de Comunicación y Relaciones Internacionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo, y Jesús Reyes, periodista especializado en moda y autor del libro Leonor: Estilo de una Borbón y Ortiz.
La reina Letizia durante su visita al 'Programa piloto de localización de los ODS en Cabo Verde', este martes durante su visita a Cabo Verde.
"Es evidente que en el armario de doña Letizia se ha producido un cambio desde que terminó su etapa como princesa de Asturias y comenzó su etapa como reina consorte", declara Fernández.
Y prosigue: "Su Majestad entiende la moda, sobre todo la etiqueta protocolaria, como una herramienta para comunicar mensajes. Es una parte fundamental de su trabajo. Ella ha entendido y aceptado que todo lo que se pone va a despertar interés, y parece que, lejos de molestarle, al haber comprendido este poder que tiene, lo está utilizando a su favor para resaltar los mensajes que en ese momento cree que deben transmitirse".
Por su parte, Jesús Reyes también observa y valora positivamente este viraje estilístico de Su Majestad la Reina, ya convertido en una tradición. "Doña Letizia entendió hace tiempo que la empatía en sus viajes de cooperación no se logra coronando el ranking de belleza y elegancia. Así, la Reina ha experimentado una evolución notable en sus estilismos durante los últimos tiempos, especialmente en sus viajes de cooperación internacional. Esta transformación refleja aún más su compromiso con las causas humanitarias y su papel como representante de la diplomacia española", señala.
Agenda y looks
La reina Letizia en la Isla de Santiago, Cabo Verde, el pasado martes 25 de marzo.
"El caso de la agenda de los viajes de cooperación, que la lleva a visitar algunos de los puntos más complicados y sensibles del planeta, es un caso digno de estudio y de cómo doña Letizia entiende que la ropa debe adaptarse al trabajo que tiene que realizar. No es lo mismo que tu trabajo te lleve a la coronación del rey Carlos III en la abadía de Westminster, en Londres, donde lució prendas a medida de Carolina Herrera y los pendientes de chatones del joyero de pasar, a que tu trabajo te lleve a Cabo Verde. En ese caso, los tacones y las joyas se quedan en su armario de Zarzuela. No es lo que toca en esta ocasión", añade Fernández.
Y continúa: "No solo ha adaptado perfectamente su ropa al trabajo que le toca realizar en los viajes de cooperación, sino que ha incorporado su famosísimo chaleco rojo de la agencia, que a estas alturas ya no sorprende a nadie. Es lo esperado. Se ha convertido en la etiqueta de Su Majestad para esta parte de su vida profesional: los viajes de cooperación".
"A través de ese chaleco rojo", concluye Marina Fernández, "doña Letizia nos está hablando, sobre todo, de la admiración que siente por las personas que forman parte de la AECID y el apoyo que quiere brindar a la primera institución del Estado en su labor. También nos está contando que es una jugadora de equipo, y que no tiene ningún tipo de problema en ponerse el mismo chaleco que las otras personas llevan en este viaje".
La reina Letizia a su llegada a una reunión sobre cooperación española en el país celebrada este martes en la embajada española en Praia, Cabo Verde.
"En viajes de cooperación, como los realizados a países de África o América Latina, o este último a Cabo Verde, donde las condiciones sociales y económicas son más vulnerables, la Reina opta por looks sencillos y adaptados a la naturaleza de estas giras. Destaca el uso de prendas casuales pero cuidadas, como pantalones de corte recto, blusas y camisas de tonos neutros o incluso camisas de mezclilla, siempre con prendas cómodas que no opacan su imagen real, pero que sí muestran un enfoque humanitario", indica el experto en moda, Jesús Reyes.
El estilista sitúa, además, el cambio de imagen de la Reina en estos viajes desde 2020, cuando fue a Honduras: "Desde ese momento, doña Letizia se ha decantado por un uniforme que simboliza la cercanía y la empatía con las comunidades con las que trabaja la AECID. Desde la perspectiva de la imagen y la comunicación no verbal, este atuendo es mucho más sencillo y práctico que el de los primeros años, y tiene un impacto fuerte y positivo desde el punto de vista simbólico. El uso del chaleco rojo no solo tiene una función práctica —protegerse del frío o del sol—, sino que también transmite un mensaje claro: se coloca al lado de aquellos que más lo necesitan".
"Desde mi perspectiva", remata, "la evolución de Su Majestad en sus estilismos durante los viajes de cooperación es un ejemplo de cómo la realeza puede evolucionar y adaptarse a cada contexto sin perder su elegancia ni su autoridad. La Reina ha logrado algo que pocas figuras públicas consiguen: equilibrar la imagen con la funcionalidad, transmitiendo su rol como figura de poder, pero también como reina, mujer y líder humanitaria".