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La diferencia entre generaciones es evidente. En los años 2000 bastaba con tener trabajo para que un banco aprobara una hipoteca, sin embargo, ahora se exige estabilidad, ahorro y una entrada considerable de dinero.

Pero, en realidad, no es tanto como muchos piensan que es. Los bancos empiezan a abrir de nuevo el grifo del crédito, y eso está dando nuevas oportunidades a quienes quieren dejar de pagar alquiler.

Así lo explica a EL ESPAÑOL Antonio Costa, experto inmobiliario con más de 9 años de experiencia, quien comenta que la realidad es "que ha disminuido mucho el porcentaje de gente joven que puede comprar vivienda, debido a varios factores, pero uno de los principales es la financiación".

Costa, recuerda cómo era el panorama hace dos décadas: "Nuestros padres o la generación anterior, la de los años 2000 a 2005, pudieron comprar en una época en la que los bancos concedían crédito a prácticamente cualquier persona".

"Daba igual si tenías contrato fijo o temporal, si ganabas 1.000 o 2.000 euros; te financiaban el 100% del valor de la vivienda, más los gastos, el coche, la reforma… prácticamente todo", confiesa.

Esa facilidad tuvo consecuencias y "todo se vino abajo. Estalló la burbuja inmobiliaria, el mercado colapsó y mucha gente tuvo que devolver sus viviendas al banco", señala.

Tras la crisis, las entidades se volvieron más prudentes y empezaron a exigir más garantías.

Aun así, Costa afirma que hoy la situación es más flexible. "Desde alrededor de 2023, los bancos han empezado de nuevo a flexibilizar sus condiciones. Actualmente, muchas entidades financian hasta el 90% o incluso el 95% del valor de la vivienda", confiesa.

Esto permite a las parejas actuales acceder a una hipoteca sin tener los famosos "60.000 euros ahorrados" que muchos llevan escuchando años y que saben que a día de hoy les será imposible lograr.

Y es que ahora, tal y como explica Antonio, "con una entrada razonable y algo de ahorro, hoy en día el banco puede concederte un préstamo hipotecario".

Se pone a sí mismo como ejemplo. Y es que con solo 21 años compró su primera vivienda, tras haber empezado a trabajar a los 17 y ahorrar 20.000 euros para la entrada. Hoy, con 26 años, ya cuenta con cuatro propiedades a sus espaldas.

Además, recuerda que fuera de las grandes capitales, donde es imposible encontrar una vivienda digna a un precio asequible, hay opciones más que interesantes para quienes empiezan su vida juntos.

Es por ello por lo que "la gran mayoría vivimos en poblaciones donde sí es posible encontrar viviendas por 180.000, 200.000 o 220.000 euros, con tres o cuatro dormitorios y plaza de garaje", explica, desechando la idea de que, si cabe la posibilidad, no se viva en las grandes capitales.

"Quizás no sea la casa de tus sueños, pero puedes comprarla y eso es lo importante", concluye, recordando que ya habrá tiempo para reformarla o venderla para comprar una mejor, donde quieras, cuando hayas conseguido ahorrar de manera razonable, sin "tirar" tu dinero pagando un alquiler.