Publicada

Ana Milán es una de las actrices más queridas y reconocibles de la escena española, con una carrera consolidada tanto en televisión como en teatro. Entre sus papeles en la televisión hay dos series que han marcado un antes y un después en su carrera: Física y Química y Yo soy Bea.

Pero más allá de la pantalla, Milán ha sabido conectar con el público gracias a su carácter arrollador, su peculiar humor y esa autenticidad que la caracteriza y que también la han convertido en un fenómeno de las redes sociales y en el podcast que copresenta, La vida y tal. Ese carisma tampoco lo esconde en entrevistas, donde habla sin filtros y con una franqueza poco habitual.

Una de sus confesiones más recientes ha llegado en A solas con, el espacio de Vicky Martín Berrocal, donde Milán se ha mostrado más íntima que nunca. En esta charla, ha reflexionado sobre las contradicciones que arrastra con los años y su forma de ver la vida a los 50: "Me considero una mujer fuerte, pero también muy permeable a lo emocional y a todo lo que deja huella", afirma.

Entre los temas que abordó sin tapujos, destacó uno que afecta a millones de mujeres: la menopausia. "Creo que uno de los problemas de la menopausia es que te pillan normalmente con un marido con el que llevas 30 años, que no te gusta nada. Pero cuando esto no es así, creo que el cuerpo es muy sabio y se activa cuando tal", explicó con total naturalidad.

Describe esta etapa como una "desconexión", especialmente por la pérdida de deseo sexual que suele acompañar a los cambios hormonales. "Creo que hemos vivido años muy sexualizados y quizás habría que llegar en esta polarización donde nuestras abuelas se casaban y llegaban vírgenes al matrimonio a una hipersexualización, creo que está muy bien llegar a un punto intermedio donde no importe tanto", sostiene.

La actriz también compartió una etapa personal que, lejos de parecer un drama, vivió con serenidad: "Yo llegué a estar en un momento de mi vida dos años y medio sin tener ningún tipo de sexo, ni de besos con nadie. Qué etapa más tranquila, la de libros que me dio tiempo a leer, lo bien que dormía, ni un Lexatín. Tampoco pasa nada".

Además, habló abiertamente sobre cómo vive el deseo desde su orientación sexual. "A mí particularmente el sexo por el sexo me cuesta mucho, el intercambio de fluidos me da pereza, no me gusta. Yo soy bastante demisexual, tengo que estar vinculada emocionalmente a alguien para que me apetezca. Osea el deseo yo lo tengo vinculado al amor y yo en la próxima vida no quiero ser demisexual. Me da asco solo de conocer a alguien y en la misma noche tener sexo. A mí cómo sea de carácter, si es o no buena persona, todas esas cosas me influyen", confesó.

Lejos de los tópicos, Ana Milán habla del deseo y del amor desde un lugar maduro, sincero y también lleno de matices: "Me parece que hay un tiempo para todo y particularmente cuando alguien te gusta me parece bastante milagro, entonces tampoco me quiero perder nada, como los nervios de la primera cita, que sea cortés y te dé dos besos, sentir el deseo de un primer beso, estar en el ascensor y desear que te mande un mensaje", cuenta.

Milán asegura que el deseo necesita contexto, cuidado y conexión emocional en su vida. "A mí los hombres me gustan muy caballeros y muy corteses, yo no voy a quedar con un señor que no conozco y de repente estar desnuda en la cama, no. A mí me gusta un hombre que se cuide y que me resulte atractivo, pero a mi un hombre no me puede resultar atractivo solo por ser guapo", concluye.