Ser autónomo en España nunca ha sido fácil. Pero cuando además eres madre, el reto se multiplica.
Así lo cuenta esta trabajadora por cuenta propia desde hace siete años, que ha decidido alzar la voz en su cuenta de TikTok para denunciar la falta de apoyo y derechos que sufren muchas mujeres autónomas al intentar conciliar trabajo y familia.
"Soy madre autónoma y no tengo derecho a nada", comienza diciendo en un vídeo que rápidamente se ha vuelto viral.
La joven detalla que ya antes de quedarse embarazada era consciente de las desigualdades respecto a los trabajadores asalariados, sin embargo, nunca pensaría que la conciliación sería tan complicada como lo está siendo.
"Sabía que no podría pedir una reducción de jornada, ni disfrutar del permiso de lactancia, ni alargar mi baja de maternidad con vacaciones, porque todo eso tendría que pagármelo yo misma", relata con resignación.
Y es que durante su baja maternal, desconectar del trabajo ha sido prácticamente imposible. Además, la joven denuncia que no tiene lógica que mientras tanto, su marido, que es asalariado, sí pudiese acogerse a derechos que ella ni siquiera puede solicitar.
"Me parece increíble que yo ya esté trabajando desde el 4 de septiembre y mi marido siga de baja hasta el 26 porque en su empresa le han dado el permiso de lactancia… y a mí la mutua no", denuncia indignada.
"Llevo siete años cotizando y ni siquiera tengo derecho a cobrar el paro. Entiendo que las vacaciones o la jornada dependen de mí, pero no comprendo que no pueda darme de baja unos meses y recibir una ayuda. Y todavía entiendo menos que mi marido tenga derecho a la lactancia y yo, siendo la madre, no", protesta.
Y aunque su caso no es una excepción, si es el reflejo de un problema, que en realidad es mucho mayor.
"De verdad, lo de este país es de risa. Solo quien es autónomo sabe las penurias que pasamos día a día, y cada vez más", afirma con frustración. "Nos hemos acostumbrado a quejarnos en redes sociales, pero no a salir a la calle y exigir nuestros derechos".
Mientras tanto, ella va a seguir adelante, intentando equilibrar dos mundos que parecen no estar hechos para convivir. Un malabarismo diario que muchas mujeres en España conocen por desgracia demasiado bien.
