Publicada

"Las personas no cambian". Esta es una de las frases más repetidas cuando te hacen daño en una relación y te planteas dar una segunda oportunidad.

Para las personas que se encuentran en esta situación, Samuel Durán tiene unos criterios que pueden ayudar a tomar una decisión.

El asesor y terapeuta confirma que una persona puede cambiar "con los estudios en la mano". Pero hay varios indicios cuando sucede el caso contrario.

El primero es creer que la relación es fruto del destino: "Cuando una persona tiene creencias rígidas sobre que está con su pareja porque estaban predestinados, hay menos crecimiento y menos cambio dentro de la relación".

El segundo indicio de que no va a cambiar es la falta de motivación interna. Esto se demuestra "cuando cambia porque se lo exiges" o por "miedo a que salgas de la relación", sostiene Durán.

"Mucha inestabilidad emocional y poca empatía o flexibilidad", estos son, para el psicólogo, los rasgos que indican que no habrá cambios dentro de la pareja.

También es muy significativo cuando la persona no reconoce su parte del problema: "Eres tú quien se está engañando porque te está diciendo que no va a hacerlo".

Si el error que ha cometido esa persona no ha sido solo uno y se repite continuamente, "tenemos indicativos para sospechar que la cosa no va a ir demasiado bien", sostiene Durán.

En este sentido, Samuel tiene claro cuál es el mayor predictor de que no habrá cambios: "Si hay desprecio, humillaciones y sarcasmos dentro de la pareja, esto es una muy mala señal".

No obstante, el terapeuta no cierra la puerta a un cambio a pesar de estos indicios. Son unas señales que pueden identificar la conducta de las personas, pero no son definitivos.