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La ansiedad se ha convertido en un gran reto para el sistema educativo, no solo para el alumnado, sino también para los docentes. Según el último informe del Defensor del Profesor de ANPE, el 71% de los profesores atendidos durante el curso 2024-2025 ha padecido este trastorno en el último curso.

Algunos de los factores que más han favorecido estas cifras son la sobrecarga de trabajo —burocracia, tareas, aulas masificadas—, la presión constante, la falta de apoyo institucional y de recursos y, en especial, el mal comportamiento del alumnado: según los informes, entre el 5% y el 7% de los niños tienen problemas de conducta significativos.

Estas conductas, más allá de perjudicar en el aula e incluso en casa, afecta directamente a los docentes. Una de ellas es Laura, una profesora de matemáticas que ha utilizado su altavoz en las redes sociales para explicar cómo la situación se está volviendo insostenible.

El oficio de la docencia en España

De acuerdo con los datos recogidos por la OCDE, el 19 % de los docentes de Secundaria en España planea abandonar la profesión en los próximos cinco años, un porcentaje inferior al del resto de países de la OCDE (27 %) y de la UE (24 %).

El estudio concluyó que el estrés es el detonante del abandono de la docencia. En España, el 16,4 % del profesorado de Secundaria y el 15,9 % del de Primaria manifiestan altos niveles de estrés, unas cifras inferiores al promedio de la OCDE (19,3 % en Secundaria) y prácticamente idénticas a la media de la UE (16 % en Secundaria).

Este fenómeno, lejos de ser algo momentáneo, no para de aumentar. Cada vez son más los profesores que denuncian la situación y una de las últimas en hacerlo ha sido Laura, profesora de matemáticas en un instituto de la localidad murciana de Mula.

De acuerdo con su vídeo, publicado en su cuenta de TikTok, donde además acumula más de 1,5 millones de seguidores, la situación se está volviendo "imposible": "los alumnos no escuchan, les da igual todo, incluso cierran la libreta en medio de la clase porque ya no les apetece atender", confiesa.

"20 minutos de reloj he necesitado hoy para empezar mi clase. Cada 5 minutos tengo que estar pidiendo silencio, me cuesta hacer una explicación en la pizarra de más de 2 minutos seguidos", denuncia la docente.

Esto no es solo perjudicial para ella, quien ha demostrado en más de una ocasión amar la profesión, sino que también perjudica a los alumnos que sí quieren entender las clases.

"Los niños que están prestando atención no lo entienden, porque no hay manera de hacer una explicación sin interrupciones. ¡Es imposible que se enteren de lo que estoy diciendo!".

A su juicio, hoy en día existe una falta de disciplina "brutal", algo que ya han destacado diferentes expertos con anterioridad. Aproximadamente el 29 % de los profesores de Secundaria y el 24 % de los de Primaria perciben un ambiente "ruidoso y desordenado" en clase, recoge la OCDE.

Esto acaba siendo un motor de estrés para más de la mitad de los profesionales, sobre todo, porque son los propios alumnos los que te confiesan que no van a atender, explica Laura.

"Te dicen en tu cara que no van a hacer nada durante la clase. No tienen ganas de hacer nada, son unos gandules, falta educación", dice la profesora. Un detalle que, además, corroboran los estudios, como el realizado por el Equipo de Alteraciones del Comportamiento de Balears (EAC).

Según los datos recogidos, alrededor del 20% de los alumnos presenta alteraciones del comportamiento tales como falta de atención, hiperactividad, impulsividad o agresividad. Una tendencia que, además, está en alza.

Estas características en la personalidad no solo perjudican a los alumnos que las tienen, sino que provocan lo que se denominaría como efecto dominó: el mal comportamiento de unos acaba afectando al resto.

Como consecuencia, la profesora confiesa que pierde prácticamente toda la clase en llamar la atención. "Entre los 20 minutos que me cuesta empezar, que cada dos minutos tengo que llamar la atención y que 10 minutos antes de terminar la clase se ponen a recoger sin permiso, dime qué calidad de clase puedo hacer", denuncia.

La profesora, además, comenta que le consuela saber que "no está sola", pero a la vez, le causa tristeza saber que hay tantos docentes en España luchando por ejercer su profesión. "Los colegios al final se van a quedar sin profesores, nos están quitando las ganas".