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En las relaciones siempre hay cosas que los integrantes de la pareja se aportan mutuamente. Quizá más si esas dos personas comparten también un camino profesional que implica una unión completa 24 horas y 365 días al año. Lo saben bien Pedro J. Ramírez y Cruz Sánchez de Lara que trazan juntos el camino de EL ESPAÑOL desde sus respectivos cargos: presidente y director del periódico y vicepresidenta ejecutiva respectivamente.

La transfusión de talento y aptitudes han fluido relajadamente entre ellos. Para ella, su marido es su mayor maestro en el mundo del periodismo, sobre todo teniendo en cuenta que es abogada aunque siempre ha llevado en su interior a una comunicadora nata.

Por su parte, el prestigioso periodista, con una carrera de casi 50 años, valora la importante aportación que ha hecho Cruz desde su llegada a que es el diario digital más leído de España y la considera, sin atisbo de duda, su natural sucesora.

La pareja brinda por los 10 años de EL ESPAÑOL. David Morales

Los que los conocen bien coinciden en que la editora de Magas, ENCLAVE ODS, Cocinillas y Mascotario ha desarrollado un increíble olfato periodístico. De Pedro J. aseguran que ha cambiado en los últimos años y está menos gruñón. Y ellos lo reconocen abiertamente en su entrevista más íntima concedida al segundo Bookazine de la revista femenina de EL ESPAÑOL.

"Yo, de lo que me alegro, es de estar contribuyendo a que más gente sea consciente de los valores, del talento, del idealismo y de la creatividad que hay en Cruz. Ella me ha dado mucho más de lo que le he dado yo a ella", confiesa Ramírez.

Sánchez de Lara, con su habitual sentido del humor, responde: "Todo el mundo me dice ahora que eres simpático. Pero hay que entenderlo: con 28 años le meten en la redacción de un periódico, primero en La Actualidad Española, luego en ABC, Diario 16, El MundoHay que ponerse en su piel".

Y entonces vuelve a insistir en el papel que ha jugado en su trayectoria: "Pedro me ha aportado mucho. Llevo nueve años respirando periodismo, duchándome con periodismo, sufriendo con periodismo... Lo digo con toda la humildad: no soy periodista, pero creo que tengo al mejor maestro de este país".

Cada uno ejerce su liderazgo de una manera personal y confiesan los calificativos que les definen. "Creo que soy un jefe antipático y exigente. Y me sorprende que, pasado el tiempo, la mayoría de las personas que han trabajado conmigo tienen un recuerdo positivo", confiesa el director de EL ESPAÑOL.

"Quizá porque si soy exigente con los demás, primero lo soy conmigo mismo. Y nuestra manera de entender el periodismo solo tiene un rumbo, que es la calidad y la búsqueda de la excelencia", explica.

Cruz le da la razón, pero con matices: "Es cierto que la persona con la que es más exigente es consigo mismo. La segunda soy yo, y después con todos los demás. Pero me llamó mucho la atención al llegar a este mundo cómo los más entregados al periódico siempre quieren que Pedro les aprecie".

Reconoce que a algunos de ellos les dice: “Tú no lo sabes, pero Pedro te quiere'. No lo comenta porque el halago debilita. Y en eso somos parecidos. Ya damos por hecho que el resto nos tiene a todos contentos, por eso siempre animo a que se pongan pegas. Este ejercicio nos hace estar en el vuelco de la excelencia".

Confesiones hechas a dúo que reflejan el lado más íntimo de ambos.