Arranca un nuevo episodio de Arréglate que nos vamos, el pódcast de Magas conducido por Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL y editora de Magas y ENCLAVE ODS; y Charo Izquierdo, editora de ENCLAVE ODS. La protagonista es alguien que conoce de sobra el poder de una historia, como actriz, productora y autora de novela negra.
Las mujeres cada vez consumen más este género de la misma forma en que lideran el consumo del true crime en televisión. ¿A qué se debe? Cristina Higueras supone que, tal vez, a que "refleja de alguna manera lo que a uno le gustaría hacer en un momento dado, aunque no se atreva en la vida real. A veces resulta casi terapéutico".
El mundo la conoce tanto por su trayectoria de más de tres décadas en la interpretación, como por su faceta de novelista. Ya no se dedica a lo primero y asegura que no siente nostalgia de los escenarios, aunque no se ha despedido de ellos: "Estoy abierta a seguir trabajando, pero me he vuelto mucho más selectiva. Ya no voy a hacer cualquier cosa".
Su debut en este género llegó con El extraño del ayer (La Esfera de los Libros, 2015), después de que su editora la animara a desarrollar una historia que había surgido de una propuesta previa de humor. "Me propuso empezar esta aventura porque había leído mi trabajo con Consuelito de la Ascensión", explica en el programa.
A partir de ahí surgió la obra, que "tuvo muy buena acogida entre la crítica y el público. Eso me animó a seguir escribiendo, y hasta ahora”, reconoce. Desde entonces, ha publicado cuatro novelas negras y ya prepara la próxima. Su último título, Un asunto ambiguo (Alrevés, 2024), tiene como protagonista a la astuta inspectora Mónica Rojo.
La escritora se sienta a los micros de 'Arréglate que nos vamos'.
En el pódcast, Higueras desvela diversos detalles de su proceso creativo, como, por ejemplo, el hecho de que cada vez que termina una publicación siente "cierto duelo, porque hay algo de ti que se muere con cada historia". Por eso, asegura que le gusta "dejar los finales abiertos, para que las lectoras se queden pensando en qué será de los personajes".
Su trabajo es tan riguroso como intuitivo. "No doy por terminado un capítulo hasta que lo leo en voz alta. Lo interpreto, y si me suena bien y verosímil, entonces lo hago. Me obsesiona la verosimilitud. Puedes contar la historia más increíble, pero siempre tiene que sonar creíble".
Por eso se documenta de manera exhaustiva: "En Soy tu mirada, cuya protagonista es una jueza, estuve con una magistrada de Plaza de Castilla, asistí a juicios y bajé a los calabozos. Necesitaba respirar el ambiente en el que se desarrollan estos profesionales, porque, evidentemente, para mí era algo desconocido".
Su formación como actriz le da herramientas para contar historias con ritmo y oído. Disciplinada y metódica, dedica seis horas diarias a la tarea. "Trabajo tres de ellas por la mañana y las restantes por la tarde", dice. También tiene sus manías: "Leo y releo los capítulos 500 veces. Escribo muy despacio porque soy muy perfeccionista".
Sus referencias literarias están claras: Patricia Highsmith, James M. Cain, Raymond Chandler. "Yo veía esas películas del cine negro de los años 40 y pensaba: estas historias tan buenas, ¿quién las ha escrito? Así descubrí a esos autores a los que, además, hay que admirar muchísimo, porque lo hacían todo sin ordenador".
Cruz Sánchez de Lara y Charo Izquierdo junto a la invitada de este episodio.
En su carrera, Higueras ha abordado cuestiones poco tratadas, como la intersexualidad: "Es algo tabú. En El extraño del ayer indagué mucho sobre el tema porque una de las cosas que más me gustan como creadora es tener la sensación de que le haces la trampa al destino, porque vives más vidas que el resto", reflexiona sobre las posibilidades de explorar otras realidades que ofrece la literatura.
Cuando le preguntan por su giro de timón —de actriz a novelista—, responde con lucidez: "Nos venden una mentira muy grande cuando nos dicen que si quieres, puedes. Hay muchos factores que no dependen de uno. El esfuerzo puede ser un 30 o 40%, pero el resto no. No hay que obsesionarse con los objetivos ni frustrarse si no los consigues plenamente".
Esa filosofía la ha llevado a mirar su trayectoria con serenidad. "El éxito es mirarte al espejo y estar contenta con cómo es tu vida. Decir: sí, soy lo que quería ser dentro de mis circunstancias. Mirarte a los ojos y no avergonzarte", dice en el programa.
A pesar de su seguridad, admite haber sentido el síndrome de la impostora: "Claro que sí. Las mujeres tendemos más a tenerlo que los hombres, quizá por educación. Pero como yo he sido productora y no me ha quedado más remedio que imponerme, tal vez eso me haya ayudado a construir una imagen de seguridad".
Cuando le preguntan qué papel le habría gustado interpretar, no duda: Madame Bovary. "Me fascina; está llena de fisuras y debilidades humanas. Aunque se escribió hace tantísimos años, sigue siendo profundamente actual. Muy pocos personajes trascienden así", afirma.
En el programa también deja una reflexión: "Lo bonito de la vida es no saber qué te va a pasar. Hace 15 años nunca habría imaginado estar aquí hablando de mis novelas. Lo bonito de vivir es eso; tienes que estar abierta a diferentes aventuras".