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A las personas se les conquista por el estómago, o eso dice una de las expresiones populares más extendidas. Sin embargo, Marta García Bou siempre ha tenido claro que lo primero que debía alimentar era su hambre de ser feliz y de sentirse en paz consigo misma.

Esta valenciana de 26 años estudió Ingeniería Industrial en su ciudad natal, pero una oferta de trabajo en Deloitte la trajo hasta la capital. Hasta que hace un año decidió romper con todo y tirarse de cabeza a por su sueño.

Empezó cocinando platos como hobby, para su familia y amigos, pero actualmente ya lo ha hecho para completos desconocidos e incluso para celebridades como Pablo Alborán, Quevedo o Cali y El Dandee.

A día de hoy, con medio millón de seguidores en Instagram y otro medio en TikTok, puede decir que se mantiene gracias a los ingresos como chef privado y a las redes sociales.

Antes de estar entre fogones y subir contenido a las redes, trabajaste más de dos años en Deloitte, una de las cuatro consultoras más importantes a nivel mundial, ¿Por qué lo dejaste?

Estaba triste todos los días… y así no podía vivir. El resto de aspectos en mi vida iban bien e incluso en el trabajo tenía unos compañeros maravillosos, pero no era lo que quería y necesitaba cambiarlo.

También te digo, fui capaz porque ya contaba con el respaldo de las redes sociales, de hecho, ganaba más dinero con ellas que lo que me ingresaban en nómina todos los meses.

De todas las posibilidades, ¿por qué decidiste apostar por la cocina?

Llevo cocinando toda mi vida, me gusta muchísimo. Cuando tenía 10 años, a mi madre le regalaron la Thermomix y yo me volví loca, cociné todos los platos del libro de recetas que incluía el robot de cocina.

A mi familia nos gusta mucho comer y cocinar, sobre todo a mi padre y a mi abuela. Con ella he pasado horas y horas en la cocina...y en gran parte, es la culpable de que yo esté donde estoy.

Ella se encargaba de preparar el menú en Navidad, hasta que hace tres años dejó de hacerlo porque era bastante mayor y fue ahí cuando cogí el testigo.

Les dije a mi familia: "Nadie va a hacer nada, lo voy a hacer yo todo". Total, que se me ocurrió grabarme haciendo la cena de Nochebuena y fue mi primer vídeo viral.

Aunque para viral, el que subiste comiendo en el Domino's Pizza…

Eso fue para conseguir un trabajo…(se ríe). Hace un año yo estaba tranquilamente en mi casa cuando vi un vídeo de TikTok que ofertaba ser catadora de la pizzería y cuando me fui a inscribir, me di cuenta de que había un apartado opcional para poner el link de algún vídeo subido a las redes.

Como yo no tenía ninguno, le dije a mis amigos que ese día comíamos Domino’s Pizza para poder grabarme. Lo subí a TikTok, se me hizo viral y encima, me dieron el trabajo, que aunque fueron solo dos días, comí pizza hasta hartarme y cobrando.

¿Cuál es tu plato favorito para comer y cuál para cocinar?

Me encanta hacer pasta casera porque el proceso es muy divertido y a la gente que viene le fascina, es muy vistoso. Pero lo que realmente amo comer es una tosta que he creado yo, tiene base de gofre, crema de queso ricota con nata, un poquito de trufa y una anchoa por encima.

¿Tu talón de Aquiles?

El sushi, me flipa, pero no sé hacer más que nigiris, los típicos makis se me resisten. Es que es imposible hacer el roll sin que se salga todo… (se ríe).

Marta García Bou, recibió en 2025 el premio revelación de TikTok en la categoría de gastronomía. Esteban Palazuelos

Si puedes elegir, ¿prefieres cocinar con gente o sola?

A mí me gusta mucho estar sola porque yo, al tener tres hermanos, siempre he apreciado esa soledad que me dejaban cuando cocinaba, estar con mi música o una serie… es mi momento zen.

Aunque, ahora que me he independizado, sí que es verdad que también me siento muy a gusto cuando viene alguien a mi casa y me da conversación.

¿Cuánto cuesta que Marta sea tu chef?

A ver, todo depende del menú, pero yo diría entre 50 y 100 euros por persona, a no ser que sea muy famoso y le intentaría cobrar más porque tiene mucho dinero… (se ríe).

Ahora en serio, no me puedo volver loca porque para mí es un hobby, no tengo estudios más que un curso de cocina japonesa caliente, todo ha sido de manera autodidacta, viendo vídeos en YouTube, así que cobro en función del material y el tiempo que empleo.

Modestia aparte, pero has llegado a cocinar para famosos como Quevedo, Pablo Alborán o Cali & el Dandee, ¿cómo surgen estas colaboraciones?

Pues la verdad es que suelen ser ellos los que me hablan. Por ejemplo, Quevedo me siguió en Instagram y a las semanas tenía un mensaje directo suyo diciendo que le apetecía probar alguno de mis platos y yo le dije que se viniera un día a mi casa, pero vamos que fue muy natural.

Otras ocasiones, como pasó con Pablo Alborán, son nuestras agencias de representación las que se ponen de acuerdo para cerrar una colaboración, en su caso fue porque iba a lanzar una nueva canción.

¿Te sientes identificada con la nueva moda del minimalismo y la innovación en la cocina?

Me parece bien en su justa medida. A veces he probado cosas muy finas que estaban riquísimas, pero también me he llevado una decepción con muchas otras… dan tanta vuelta, rizan tanto el rizo, que parece que va a estar exquisito, pero luego sabe normal y corriente.

Subiste un vídeo explicando que te habías comprado una casa, tal y como está el mercado inmobiliario hoy en día ¿cómo te sientes al ser propietaria tan joven?

La verdad es que ha sido por la insistencia de mi padre, siempre nos ha machacado mucho a mis hermanos y a mí con que nos compráramos una casa en cuanto tuviéramos nuestros primeros ahorros, así que yo llevo guardándome todo desde que trabajé de becaria en una empresa de Valencia.

De hecho, cuando me vine a Madrid para trabajar en Deloitte me mudé a casa de mi tía, para no tener que gastar en alquiler. Y al final, buscando, encontré en Valencia un piso que me cuadraba con lo que quería y pagué la entrada. En un primer momento, no me llegaba lo que tenía ahorrado y me dieron algo de dinero mis padres, pero a día de hoy ya se lo he devuelto todo.

Y en cuanto al vídeo… tuve que borrarlo porque se formó un revuelo increíble en Twitter… me criticaban diciendo que especulaba con la vivienda, pero vamos que yo no me siento mal.

Hablando de críticas, también te hacen comentarios bastante duros en los que te llaman bulímica o cuestionan que puedas comer tanto por tu delgadez…

Sí, me han dicho de todo, auténticas burradas, pero rara vez me lo llevo para dentro. Es que son personas que no me conocen y realmente lo que hacen es descargar sus inseguridades en mí.

Yo jamás me he planteado comentarle cosas malas a alguien sobre su contenido en internet, es tan fácil como darle a que no te interesa o bloquear al usuario. Realmente, me da pena lo que les esté pasando por su vida para hacer eso.

Marta García: "Madrid me encanta, pero sé que cuando quiera formar una familia voy a volver a Valencia". Esteban Palazuelos

¿Cuál es tu idea de futuro, tu meta a corto plazo?

Mira, yo ahora mismo me despierto feliz, ayer estuve cocinando hasta las dos de la mañana y te juro que estoy encantada. Me flipa estar entre fogones, las redes y subir contenido.

Es verdad que me gustaría ir evolucionando en otro tipo de cosas… la gente me pregunta si quiero montar un restaurante y la respuesta es sí. Aunque quizás empezaría con algo más pequeño como una drop que fuera más abarcable al ser pocos productos.

Lo de la tienda de cookies es una idea que me persigue desde los inicios ya que mi nombre de redes sociales viene de hace muchísimos años, cuando mi pasión era hacer galletas y junté mi segundo apellido “Bou” con el final de la palabra “cookie”.

Como ves, no lo tengo muy definido todavía, no sé exactamente qué es lo que quiero…(se ríe).

¿No te han presentado todavía ninguna propuesta de este estilo?

A principios de este año me ofrecieron hacer la carta de un restaurante, entrar de socia y elegir los platos, pero me lo pintaron tan bonito que no me llegó a convencer. Es que me pareció muy raro, aunque ser la cara visible de un negocio es un concepto que me gusta y que me replanteo para un futuro.