Valentina Yane
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Desde Women in a Legal World y Magas hemos inaugurado un ciclo de entrevistas con embajadoras acreditadas en España, un espacio para explorar la diplomacia desde nuevas perspectivas y con un enfoque más humano. A esta serie la hemos titulado Diplomacia con Voz Propia: Mujeres que Transforman el Mundo. 

El proyecto está liderado por Marlen Estévez (presidenta de Women in a Legal World), Valentina Yane (presidenta young de la organización) y Marta Polvorosa (socia young).

Diplomacia con Voz Propia: Mujeres que Transforman el Mundo da comienzo con una entrevista muy especial a la embajadora de Serbia, Irena Sarac, que nos recibió en la Embajada de su país, situada en un elegante apartamento de la Calle Velázquez, en pleno corazón de Madrid.

Sarac tiene una impresionante trayectoria de más de veinte años en la carrera diplomática. Antes de ocupar su actual cargo en España, trabajó en Grecia, China y fue viceministra de Asuntos Bilaterales en el Ministerio de Exteriores de Serbia, además de jefa del departamento para Asia, Australia y el Pacífico.

Irena Sarak, retratada por Magas. Esteban Palazuelos

Hablando un excelente español y dominando también el chino, la embajadora nos explicó que su vocación comenzó queriendo ser periodista. Según sus palabras, “la diplomacia me eligió a mí”, porque vio en ella una combinación natural entre la comunicación y el servicio público internacional.

Reflexionó también sobre el reto de conciliar la vida personal con una carrera diplomática exigente. Aseguró que no siempre es fácil, especialmente para las mujeres, ya que la profesión tiene una dimensión desafiante adicional cuando se trata de mantener vínculos personales en contextos de tanto movimiento.

Durante la conversación, también abordamos la presencia creciente de embajadoras en España, donde actualmente hay cerca de cuarenta mujeres liderando representaciones diplomáticas. Para Irena Sarac, esto demuestra el compromiso de este país con el liderazgo femenino a nivel global.

Explicó con claridad en qué consiste el día a día de un oficio como el suyo, destacando que hay tareas visibles y otras invisibles, pero todas esenciales. “Ser embajadora en un país tan bello y tan amigo como España es un orgullo enorme”, nos dijo, con emoción y determinación en la voz.

Las relaciones bilaterales entre Serbia y España atraviesan ahora su mejor momento histórico. En 2026 se celebrarán 110 años de relaciones diplomáticas y en 2027, cincuenta años desde la apertura de sus embajadas. Estos aniversarios, según nos contó, serán una oportunidad para seguir profundizando los lazos.

De izquierda a derecha, la embajadora de Serbia junto a Marlen Estévez, presidenta de Women in a Legal World. Esteban Palazuelos

Además, recordó con entusiasmo la celebración en diciembre de 2024 de los 20 años del Instituto Cervantes en Belgrado, el único centro de esta institución en toda la región. Para Serbia, esto simboliza una conexión cultural profunda y duradera con nuestro país.

Sobre las prioridades actuales, mencionó dos con firmeza: fortalecer el diálogo político y potenciar la cooperación económica. Explicó que hay muchas empresas españolas interesadas en su región y que la Expo 2027 en Belgrado será un gran escaparate para promover sinergias.

Serbia tiene una economía basada en la agricultura, pero con un crecimiento notable en sectores como la inteligencia artificial. Según la embajadora, España y el país tienen economías complementarias y eso abre muchas posibilidades de colaboración en ciencia, tecnología y desarrollo.

La embajadora de Serbia en España.

Casi al final de nuestra visita, le pedimos que nos recomendara un libro. Nos habló del Nobel Ivo Andrić, quien fue también diplomático y vivió en Madrid. Recomendó especialmente sus obras El puente sobre el Drina y El patio maldito, por su mirada profunda sobre la historia y la humanidad.

Finalmente, nos regaló un mensaje que resonó con fuerza: “Es fundamental creer en tus sueños. Nunca renunciar a tus valores ni cambiar para complacer a otros. Solo debes transformarte por ti misma, por lo que tú crees”. Y con esa frase, cerramos esta conversación llena de propósito.