Conocí a Laura Urquizu en etapa prepandemia, en el programa para consejeras Women to Watch, de PwC. Me fascinó, como al resto de compañeras, que liderara una empresa que luchaba contra la falsedad digital.

[Así ha levantado casi 34 millones esta startup española que lucha contra la piratería]

Hoy, su compañía, Red Points de la que es CEO y Presidenta, puede presumir de acercarse a la valoración de "unicornio" y sobre todo de haber sido distinguida con el premio Future Unicorn Award, que otorga la asociación Digital Europe; será el próximo gigante tecno europeo.

Aquella mujer navarra, que vivía en Barcelona y que nos acompañaba una vez al mes en las interesantes sesiones del curso tenía un cierto misterio en la mirada y franqueza en sus palabras, lo que también demuestra en esta conversación, en la que nada más empezar deja clara la función de esta empresa Red Points: la protección contra el fraude online.

Laura Urquijo durante la entrevista. Esteban Palazuelos

"A lo largo de nuestra andadura hemos sido capaces de desarrollar una plataforma que se dedica a la integración online contra el fraude. Eso significa proteger contra falsificaciones, ya sean productos, perfiles falsos en redes sociales, webs y anuncios falsos y por todo el mundo".

Una especie de escuderos de la verdad o la justicia.

Ahora que se habla tanto de fake news, nosotros estamos posicionados como aquellos que pueden discernir lo real de lo falso.

Entrevista a Laura Urquizu Esteban Palazuelos





Definido el producto, definamos a su Presidenta.

Soy una mujer muy apasionada en todo lo que hago y, cuando echo la vista atrás, veo cómo he tenido varias etapas distintas de mi vida. Me he reinventado unas cuantas veces.

Te diría que soy una ciudadana del mundo, madre de dos hijos maravillosos de 24 y 20 años. Me considero una persona muy trabajadora, muy constante, muy innovadora y sobre todo, valiente. Porque sí es verdad que si hay una constante en mi vida es la de empezar cosas.

Laura Urquijo junto a Charo Izquierdo durante la entrevista. Esteban Palazuelos

Cuando era más jovencita tuve la suerte de empezar en proyectos que en aquel momento se llamaban automatización de procesos, que ahora es lo que todos conocemos como transformación digital. Me asomé a la tecnología muy pronto.

Y, a pesar de que no soy ingeniera -estudié Económicas en Bilbao-, llegué a dirigir todo el equipo de tecnología y de producto y la banca electrónica en Caja Navarra, que era una entidad muy innovadora.

Pero enseguida emprendiste.

Tuve la suerte de estar entre los pioneros que invertíamos en startups tecnológicas en España, cuando muy poquita gente, prácticamente nadie, lo estaba haciendo. Eso marcaría mi vida. Me cautivó de tal manera el ecosistema emprendedor, que dejé el mundo corporativo para emprender yo misma.



Y además te cautivó ese momento estartapero, ¿no?

Mucho. Era una etapa, entre 2007 y 2011, en la que en España ya existían ejemplos muy interesantes, como Idealista o eDreams, por ejemplo. Pero había una carencia inversora. Nosotros llegamos para invertir. La verdad es que se desplegaron hasta 60 millones de euros en formato capital y en formato préstamo participativo. Fue muy grande y se ayudó a construir el ecosistema startup en España.

Yo me siento muy orgullosa. Y claro, cuando estás en este mundo tan incipiente, con personas con tanta ilusión, con emprendedores tan brillantes, lo que llamo yo en el borde de la innovación, accediendo a lo más nuevo que está sucediendo en el mundo, te cautiva y ya no te quieres ir a hacer otras cosas. Así que yo me quedé en este ecosistema.



¿Para siempre?

Ha sido un viaje impresionante, desde la construcción de una empresa casi en su etapa inicial. Porque cuando yo llegué era muy pequeñita. Éramos diez, no había prácticamente facturación.

Se necesitaba levantar financiación urgentemente porque tampoco teníamos dinero en el banco. Hoy es una empresa global multinacional con 300 trabajadores, oficinas en Barcelona, Nueva York, Beijing. Ha sido un recorrido de casi diez años muy intenso.



Hemos hecho una definición muy somera de Red Points. ¿Hacia dónde va, hacia dónde quieres llevarlo?

Al principio, estaba muy relacionado con un contenido digital, con la piratería de contenido y, de hecho, los primeros clientes estaban fundamentalmente relacionados con la protección de contenido, con la protección de revistas, periódicos...

Pero pronto vimos que esto realmente podía evolucionar hacia la protección de la propiedad intelectual, de la marca, no solo de la piratería, sino de las falsificaciones en general.

¿Vuestro principal objetivo?

Queríamos proteger a las marcas, a las empresas y a los consumidores contra el fraude online. Con tecnología siempre pionera. Así que empezamos a construir nuestra plataforma tecnológica. En los inicios era muy básica.

Pero, ahora, es sólida, robusta y basada en inteligencia artificial. Ahora todo el mundo habla de inteligencia artificial pero nosotros empezamos a hablar hace muchísimos años y cuando nadie lo hacía, de inteligencia artificial generativa, la que ha llegado ahora más recientemente y la que está acercando la inteligencia artificial a todo el mundo.

Estamos encantados con que haya llegado la inteligencia artificial generativa, porque ahora todo el mundo ve la potencia, la ventaja, la eficiencia, la rapidez que te da la inteligencia artificial.

El fraude está a la vuelta de la esquina.

Todas las empresas, las grandes y las pequeñas pueden tener problema de falsificación. En cuanto alguien tiene éxito, hay un riesgo de falsificación online. Tenemos unos 1.300 clientes a nivel internacional.

Algunas de las empresas más grandes del mundo, ya sea de electrónica, ya sea de entretenimiento, de medios. Estados Unidos representa el 65% de nuestra facturación. El futuro va por ahí, pero hacerlo todavía más grande.

Ahora que la inteligencia artificial generativa ha traído tantas dudas y tanta incertidumbre con respecto a lo que es auténtico y lo que es falso, nosotros estamos magníficamente posicionados para ayudar a las empresas a discernir lo auténtico de lo falso y a encontrar el fraude allí donde esté.



¿Hay que temer a la inteligencia artificial?

No creo que hay que tenerle miedo. La inteligencia artificial nos trae muchísimas ventajas que podemos aprovechar. Tenemos que ser terriblemente inteligentes aprovechando todas sus ventajas, pero al mismo tiempo, combatir lo que no es tan bueno, que es el uso fraudulento.

La inteligencia artificial se utilizará para cosas tremendamente positivas, pero también traerá retos que tendremos que combatir. Yo en cualquier caso, lo veo de manera muy positiva. Nos va a ayudar terriblemente en temas tan importantes como la salud, de hecho nos está ayudando ya por ejemplo en la detección precoz de ciertas enfermedades.

Sois o estáis a punto de ser empresa unicornio. ¿Qué significa eso, desde el punto de vista económico, pero también desde el punto de vista del crecimiento y de vuestra aportación a la tecnología?

La palabra unicornio no me gusta especialmente. Unicornio significa que es una empresa valorada en mil millones de dólares, y no dice mucho más. A ese estatus puedes tardar más o menos en llegar, dependiendo de cómo se hacen las valoraciones de mercado.

Y la realidad es que hace dos años hubo un boom de empresas unicornio porque las valoraciones estaban altísimas. Y con la bajada muchos unicornios se han desinflado porque han reducido su valoración a la mitad.

Eso no implica que esas empresas sean mejores o peores. Lo que tenemos en común es que la mayoría hemos crecido mucho, que seguimos creciendo, que somos sólidas, con una propuesta de valor relevante y aceptada por el mercado.

Y muchas de las que pertenecen a ese estatus son globales, como es nuestro caso. Me gusta más el premio que recibimos el año pasado, el Next Unicorn Award que te distingue como el próximo gigante europeo de tecnología.



¿Qué valores aporta Red Points?

Yo creo que aporta el valor de la justicia. Porque cuando una empresa sufre de falsificaciones le están robando directamente.

Están robando su propiedad intelectual, los ingresos que le corresponden legítimamente porque otros están comercializando su producto de manera fraudulenta. Nosotros somos capaces de detectar y eliminar. Eso es lo interesante, porque no solo detectamos y se lo comunicamos a la empresa, sino que lo eliminamos, por eso combatimos el fraude y generamos mucha confianza en la red de distribuidores legítimos y, por supuesto, a los consumidores de la marca.

Porque si compras un producto que es falso, puedes suponer una decepción, pero por ejemplo, en el caso de los cosméticos, si recibes una crema falsa te puede hacer muchísimo daño en la piel, provocar alergias, quemaduras…



Aunque no sea tu término favorito, si el hecho de ser empresa unicornio es importante, ser una empresa unicornio presidida por una mujer es casi excepcional.

Sin el casi. Lamentablemente, es un caso extraordinario. En España no hay más y en Europa, muy pocas. Hace poco, en un foro de empresas tecnológicas europeas de 27 personas yo era la única mujer.

¿Eso cómo lo llevas y a qué te lleva?

Es algo que he ido viendo a lo largo de mi vida. Lamentablemente, en el mundo del emprendimiento tecnológico hay pocas mujeres, aunque en empresas más pequeñas haya un número mayor. En otro tipo de emprendimientos hay más mujeres, pero en el tecnológico somos pocas.



¿Por qué?

En las carreras de ingeniería, informática y de telecomunicaciones hay menos mujeres que hombres. Eso ya condiciona, porque muchas personas de las que se dedican al emprendimiento tecnológico están relacionadas o tienen un background educativo relacionado con ingeniería.

Nosotros en el equipo de ingeniería tenemos un 15% de mujeres. Puede parecer poco porque lo ideal sería un 50/50, pero comparado con la media, que es un 8%, estamos por encima. Y esto me me llena de orgullo.



¿Qué puedes hacer para animar a las jóvenes?

Actividades divulgativas por ejemplo. Ser referente y buscar referencias sobre las que se puedan apoyar. Y que entiendan la tecnología como un camino más que les puede dar mucho éxito.

Lamentablemente en el proceso educativo las niñas y las chicas más jóvenes no consideran la tecnología como un camino atractivo a seguir, prefieren otros. Sí es verdad que hay mucha gente intentando cambiar esto y realizando actividades tanto en lo público como lo privado. Pero estamos todavía muy lejos.



Has hablado varias veces de tu carrera como un viaje. Cuando hablamos de un viaje siempre lo dividimos en etapas. ¿Cuáles han sido las más importantes de este?

La etapa inicial, sin duda, porque es muy bonita. Serían los tres primeros años. Los recuerdo de mucha ilusión. Cada día deseaba que llegara el siguiente, de lo bien que me lo estaba pasando, del equipo tan bonito que teníamos, con un ambiente precioso, muy de empujar todos a la vez, creando y experimentando cosas nuevas todo el tiempo.

En los primeros momentos te pasa todo por primera vez: tu primer cliente en Estados Unidos, tu primer cliente de falsificación… Es tan ilusionante. También es cuando haces las primeras rondas de financiación con los primeros inversores. Y también es muy bonito.

Luego viene una etapa en el medio, que yo diría que es la más exigente e intensa, porque ya tienes la confianza de numerosos inversores, algunos muy potentes a nivel mundial, como fue nuestro caso, y es el momento de demostrar la estrategia, la visión que tienes y que eres capaz de ejecutar.

Es probablemente la más dura. Y ahora estoy viviendo otra muy bonita, que es cuando ya tienes un tamaño en el que te puedes permitir traer gente top mundial, que ha tenido mucho éxito en empresas tecnológicas que ahora son mucho más grandes y vienen a la nuestra para volver a repetir lo mismo. Ahora estamos atrayendo un talento increíble de nivel internacional. Y es una etapa en la que tenemos sueños más grandes si cabe.

Cuando volvemos de un viaje, a veces decimos bueno, este sitio igual no merece la pena, no volvería… ¿A qué lugar de tu viaje no volverías?

¡Qué bueno, Charo! Pues yo creo que hay uno muy concreto que tiene que ver con la financiación, ese momento en el que todavía la empresa no tiene la solidez, el tamaño necesario para gestionar bien, en el que puede llegarle mucho dinero. Este fue nuestro caso que también sé que les ha pasado a otras compañías.

Levantas una ronda de financiación de muchos millones, tienes esa inversión, tienes que hacer despliegue para crecer lo más rápido posible, pero todavía no estás bien preparado, ni tienes el talento que necesitas. Vas prueba error, y te equivocas muchísimo. Gastas demasiado dinero, más del realmente necesario… En nuestro caso fue en el año 2019.

Siguiendo con este símil, ¿a qué lugar volverías una y otra vez?

Hay un momento muy bonito. Te voy a decir dos. El primero por motivos obvios, el de los inicios. Porque aunque es muy difícil y teníamos muy, muy, poco dinero, había mucha ilusión y además yo sabía cómo conseguirlo…, hicimos en tiempo récord una ronda, en ocho días levantamos financiación de business angels.

Y el otro lo viví hace muy poquito, cuando la compañía alcanzó flujo de caja positivo, cuando ya generas por primera vez caja. Es que si ves las cuentas anuales de Red Points de hace dos o tres años dan vértigo, porque todo lo que nos llegaba lo invertíamos para un crecimiento futuro.

Así es como hay que hacerlo. Porque si lo has hecho bien, la inversión te va a generar un crecimiento. Así que cuando llega ese momento en el que generas caja es como decir “ya lo hemos hecho”, ahora somos una empresa de verdad. Ya no somos un experimento, porque a mí me gusta decir que las startups no son más que un experimento, ponderadas por una serie de inversores que creen en una idea. Y algunas salen bien y otras, no. Por eso se habla de capital riesgo.



Para este viaje, ¿qué hay que meter en la maleta?

Dosis enormes, enormes, de resiliencia, de valentía, de seguridad, de creer en ti. Porque hay momentos durísimos en el emprendimiento. Es como una montaña rusa, con momentos de inmensa felicidad y otros en los que te quieres morir porque dices “¿ahora cómo salgo yo de esta?”…, y a veces ambos en el mismo día.

Emprender es muy difícil y hay que decirlo porque ahora veo en redes sociales como una moda de emprendimiento… pero emprender no es para todo el mundo… Otra cosa que tengo muy clara es que tienes que trabajar muchísimo.

Cuando emprendes, no hay conciliación posible, tienes que integrar tu vida personal con la profesional y es una y única, y muchas veces tienes que sacrificar momentos personales para que la empresa salga adelante. Y esta es una realidad que también se debe saber.



A nivel personal cuál es la cuenta de pérdidas y ganancias.

En mi caso, en la parte positiva, hay una satisfacción enorme por haber aprendido mucho. Y todo lo que se aprende a nivel profesional y a nivel personal es brutal, único. Y si la empresa sale bien, también hay un retorno económico. La parte negativa es todos los momentos que les robas a tus seres queridos.

Eso sí, nunca he faltado cuando tenía que estar. También he sido inteligente llevándome a mi hija y a mi hijo de viaje, por ejemplo. A nivel personal, te dejas salud por el camino, porque esos momentos tan intensos, esa montaña rusa, provoca muchísimo estrés, a veces falta de sueño. También, como beneficios, la pasión, la ilusión… Muchas endorfinas, serotonina y dopamina.



Algún éxito y algún fracaso.

El éxito más importante es reciente. Ahora estamos con un grupo textil muy grande a nivel mundial y solamente en un mes hemos eliminado unas 1.500 webs falsas. También tenemos como clientes a equipos deportivos muy importantes en todo el mundo, y concretamente con uno llegamos a eliminar 200.000 links en un año con producto falso.

En cuanto a fracaso, también con una empresa del deporte muy grande a nivel mundial, porque no estábamos preparados para asumir lo que ellos realmente querían que hiciéramos; nos pilló muy jóvenes.



¿Alguna recomendación para emprender?

La pasión, sin ella es imposible emprender, y creer mucho en ti y en tu proyecto. Te llegan tantos inputs negativos a lo largo de las distintas etapas que solamente a base de una fe ciega en el proyecto y en ti te permite hacerles frente.

No sabes la cantidad de veces que me han dicho no y que al cabo de un año o dos años, hemos traspasado esas fronteras. Todo depende de lo que estás dispuesto a invertir para que eso suceda. Hay cosas que ahora tenemos que hace cinco años nunca imaginé que serían posibles.

Y para terminar, una llamada a la acción para que las mujeres emprendan y emprendan en tecnología.

Yo creo que el mundo se pierde muchísimo sin emprendedoras en tecnología, porque tienen una brillantez extraordinaria. La forma de pensar de las mujeres le viene de maravilla a la tecnología; somos totalmente necesarias.

En este momento, el 99,5% de la tecnología en inteligencia artificial que se desarrolla está hecha por hombres y esto no es nada bueno para las mujeres, porque hay temas en los que ellos piensan de una manera y nosotras de otra. Hay un sesgo de género inevitable. Yo hago una llamada a mujeres jóvenes que se quieran dedicar a la tecnología y a crear sus propias empresas porque es muy necesario.