Rubén Fernández-Costa Esteban Palazuelos

“Al principio, todo es silencio. Después, escuchas atentamente el idioma original… y entras en acción”, describe Patricia. Blanca asiente, con una sonrisa perenne y un carácter envidiablemente positivo. Ambas conocen bien el oficio de “dar voz”. Patricia Rada y Blanca Rada -apellido artístico- son madrileñas, madre e hija y se dedican al doblaje.

“En realidad, somos tres generaciones porque mi tía abuela Conchita Núñez, la hermana de mi abuela, era actriz y fue la que primero entró en nuestra familia el mundo del doblaje”., explica con un aire juvenil Patricia. Tres generaciones de mujeres que lo mismo son monstruos digitales o Pokemons, que antes fueron las emocionales voces de Pedro en Heidi o Linda Evans en Dinastía.

“Mi madre trabajaba en esto y, cuando tenía posibilidad, yo la acompañaba”, continúa Patricia. “En una ocasión, ella fue a dirigir una serie en la que querían personajes que fueran niños y había pruebas, así que le dije: ‘¿Por qué no me dejas probar a mí?’. Ella decía que no quería que trabajase en esto. Uno de producción y yo la convencimos de todos modos para probar mi voz, haciendo de la amiga de la protagonista, y al escucharlo el cliente dijo que me querían para la protagonista, era justo la voz que le gustaba [sonríe]”.

Patricia y Blanca Rada. Esteban Palazuelos

Patricia completa el relato de su llegada a la voz audiovisual: “Así que, después de pensarlo mucho, mi madre [Blanca] me dijo ‘qué mejor profesora que yo’ y me puse con unos dibujos animados, Juan y Tolola, mi primer trabajo con once años”.

Esta veinteañera, que ha hecho cientos de series y películas tan masivas como Encantada o Mujeres Desesperadas, es ahora la voz, sólo apta para fans, del perrito verde de La Patrulla Canina. Pero comencemos con la historia de su madre, y de su tía abuela, que hicieron historia primero.

La historia de Blanca (y Conchita)

Como explica Blanca Rada, “todos en la familia nos dedicamos a algo de esto [sonríe y enumera que, aparte de las tres mujeres, tienen un bailarín, un ayudante de dirección y algún otro más]. 'Rada que no vuela, actúa', decimos incluso, porque el resto trabajan en líneas aéreas”.

“Yo, desde pequeña”, continúa su relato Blanca, “en el colegio de monjas tocaba el laúd y me encantaba el teatro”. La hermana de su madre, “mi tía carnal, fue mi primer referente, que ya era actriz en Radio Sevilla, hizo un montón de películas y de obras de teatro. Recuerdo estar emocionada, viéndola entre bambalinas,  y cada vez que tenía vacaciones me iba con ella”.

“A mí”, confiesa, “lo que de verdad me hubiera encantado ser es cantante [sonríe]. Me marché a Londres a vivir, sobre todo para aprender inglés, y a la vuelta el que era mi novio [el padre de Patricia Rada] me propuso traducir películas. Me dieron una y la traduje, pero pagaban poco y era un trabajo que no me gustaba. Alguien me dijo ‘por qué no te dedicas al doblaje’, y respondí ‘mi voz no vale’ porque entonces todas eran grandes voces, voces históricas. Pero me fui a la escuela de Salvador Arias y al poco entendí que sí podría hacer un buen papel, y pronto conseguí trabajo”.

La actriz de doblaje, Blanca Rada. Esteban Palazuelos

Un día, mientras estaban doblando Dinastía, Blanca explica cómo “entré en la sala y mi tía pensaba que yo había ido a verla. Y entonces me pusieron a hacer las voces de las secretarias, las que decían ‘buenos días, Señor Carrington’. ‘¡Pero si no me has dicho nada!’, vino a decirme emocionada. Y le respondí, ‘es que si consigo un trabajo quiero que sea por mí misma, no por ser tu sobrina. Cuando mi tía falleció en 2009 estaba muy orgullosa de mí, y de que mucha mucha gente en el mundillo no sabía que yo era su sobrina”.

Como confirma Blanca, el mundo del doblaje ha cambiado, y ahora es menos discriminatorio, incluso en términos cuantitativos. “Antes, en una película, por cada tres o cuatro hombres aparecía una mujer. Cuando empecé a doblar, no salían tantos niños tampoco, y en doblaje había pocos papeles femeninos interesantes”.

¿Hoy en día? “Yo creo que hay casi la mitad de papeles, y las mujeres tenemos más campo de interpretación, ahora hay mujeres buenas, malas, tontas y listas… incluso puede que, para los hombres, los papeles en los formatos más vistos sean más planos. Excepto en series del tipo de Modern Family donde, a pesar de todo, el peso lo llevan las mujeres”.

“Recuerdo mis primeros dibujos animados”, añade Blanca, “con La Pequeña Memole, yo hacía de un niño y, una de las veces, me dijeron que hiciera también la ardilla que sale por ahí, que solo hacía sonidos, no decía nada. A mí me daba vergüenza el ‘uhm, ehm, uhm…’. Yo esto a todos los que empiezan y a los niños de la escuela en la que doy clases les digo ‘no tengáis vergüenza porque cuanto más hagamos el tonto probando, más bonito nos va a quedar al final’. Soy la reina de la broma, soy muy bromista”.

Madre e hija charlando. Esteban Palazuelos

Antes, las grabaciones eran más en grupos: ahora, y tras la pandemia, suelen grabar solas, lo cual aumenta la dificultad. “No hay un take que sea fácil, nos ponen el guión delante y está cortado, cinco líneas, ocho, tienes que entrar en la situación y resolverlo bien”.

A Blanca le encanta “trabajar con mi hija, a mí me gusta verla progresar por sí misma. A ella la han bautizado como Patricia Rada… yo hice pruebas a muchos niños y pensé, ‘¿por qué le voy a cortar la posibilidad de un futuro en el que se puede ganar la vida?’… ¡Para enseñar a otro, enseño a la mía y paso tiempo con ella! Porque había días que no la veía y nos dejábamos notitas!”.

Q&A con Patricia Rada

¿Cómo se cuida la voz?

Sobre todo, estando callada [sonríe]. No forzando mucho, y luego, yo lo hago con tés, miel y limón... remedios de abuela. Tengo una amiga que siempre nos recuerda que carraspear no es bueno, es mejor toser antes que carraspear, las cuerdas así sufren menos.

¿Está el éxito en sus voces ya de manera genética?

[sonríe] Pienso que no todo es una voz, que puede ser bonita o fea, lo cual es algo subjetivo o que tiene que ver más con el personaje que estás interpretando, siempre y cuando trabajes en la interpretación o la sintonía. Hay que aprender y practicar mucho.

Una de sus voces es icónica para una nueva generación, ¿quién es usted en La Patrulla Canina?

Somos los perritos, yo soy Rocky, el que va de verde y que recicla, y mi madre es el bulldog que va de amarillo [ríe con mucha simpatía].

¿Qué es lo más difícil a lo que ha dado su voz?

Recuerdo una película que hice que era una especie de drama y yo aún era pequeña, y mi personaje se pasaba todo el rato llorando. Para una niña, tener que dar esa interpretación en un momento era lo más difícil, con la edad he ido aprendiendo. Para dar matices tienes que ser instantánea, porque yo no me preparo el papel meses antes como el actor original, en un segundo tengo que gritar, llorar, enfadarme… y hay que estar preparado para ser el personaje.

La actriz de doblaje Patricia Rada. Esteban Palazuelos

Un ejemplo aterrador…

En las películas de miedo, que yo no las veo pero las doblo, de repente aparece el monstruo o hay muchos efectos, o ¡quizá yo soy la muñeca malvada!

¿Cuántos trabajos habrá realizado ya?

En la página doblaje.com aparecen muchas cosas, incluso he hecho otras que no están puestas, cientos de trabajos.

¿Ha escuchado mucho a las otras mujeres de su familia?

Mi tía murió en 2009 y yo empecé en 2004, ella ha sido, y mi madre es, un referente absoluto para mí. Mi tía era Pedro en Heidi o Linda Evans en Dinastía, yo he crecido con las series y películas de mi madre, que era Pokemon, Campeones

¿Han llegado a coincidir las tres en un proyecto como tal?

Las tres, no en el mismo capítulo, pero hemos estado en las mismas series, en Mujeres Desesperadas y en Entre Fantasmas, por ejemplo….

¿Se identifican sus voces unas de otras fácilmente?

A veces tengo la tele puesta y, de repente, escucho a mi madre. A ella la tengo más oída. Otras veces me escucho a mí misma, por ejemplo, hace poco estaba con mi novio en un restaurante y estaban poniendo una película alemana, de fin de semana. En un momento les dije: ‘yo he hecho películas de estas’, y me dijo mi novio: ‘oye, pero si eres tú’, no me tengo tan oída y por temporadas a veces no tenemos ni idea de lo que hacemos.

¿Cómo ven las películas, en versión original o doblada? ¿Reconoce al resto del doblaje?

Dobladas. Ten en cuenta que hay muchos estudios, casi siempre se dobla más en Barcelona y Madrid, pero no sólo, y yo tengo más escuchados a los de Madrid pero sí que nos vamos conociendo todos…

Esteban Palazuelos

¿Nota mucho los fallos de voz como oyente?

Bueno, cuando hay un fallo te chirría, pero tampoco me saca de disfrutar de la peli si es buena.

¿Qué voz le gusta de actrices o actores?

Es que todos son ‘mis tíos y tías’, y de verdad creo que cada uno le damos un toque diferente, escucharles me ayuda a mí a aprender…

¿Las voces famosas se doblan?

Hay veces que sí y otras que no. A Antonio Banderas, por ejemplo, en Madrid le dobla una persona en concreto. Puedes ser un gran actor y decidir no doblarte, según el idioma también.

¿El mayor error que se puede cometer como dobladora?

Faltar al respeto a quien dirige el doblaje, aunque sea un amigo, o sea mi madre la que está haciendo de directora, en ese momento es tu jefa o jefe. Mi madre siempre dice eso, ‘de puertas para adentro soy la que manda’, hay que ser profesional.

¿Algún personaje al que le haga ilusión poner voz?

Desde hace poco soy fan de Marvel, me encantaría ser alguna súper heroína, también me encanta trabajar con Disney: según como sea el proyecto, lleva muchas pruebas y pasos, pero luego si lo consigues es genial.

¿Algún consejo para alguien que quiera dedicarse a esto?

No todo es una voz bonita que, si la tienes, te va a ayudar muchísimo desde luego, pero si no tienes una base de interpretación te va a costar. En la formación yo diría que es mejor elegir escuela a ser posible en la que los profesores sobre todo sean actores en activo, porque te van a enseñar cosas a la orden del día.

Termina Blanca afirmando sobre su hija Patricia: “Anda que no estaría orgullosa mi tía de ella, no lo sabes tú bien, bueno la estará viendo desde arriba, ¡Conchita!”, dice, con una voz que suena cinematográfica, y del todo parece posible escuchar un take de la tercera de las Rada, confirmando que así es.

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