Toda la historia reciente de China ha pasado por sus ojos. Ei-ling, Ching-ling y May-ling son las tres hermanas más relevantes del gigante asiático. Entre las tres abarcan tres siglos y la revolución más importante de China, la cual dio por terminado el Imperio chino y desembocó en una República Popular.

Aún a día de hoy se habla de ellas en el país oriental. Se suele afirmar que una amaba el dinero, la otra se decantaba por el poder y la tercera amaba a su país. No obstante, la escritora Jung Chang, autora de best-sellers como Cisnes Salvajes Cixí, la emperatriz: La concubina que creó la China moderna, indaga ahora en las vidas de las tres hermanas en su última publicación: Las hermanas Soong (Taurus).

Provenían de una familia de clase alta china, aunque pronto serían enviadas a Estados Unidos. Su madre era miembro del clan cristiano más ilustre de China y su padre era el primer chino al que los metodistas convirtieron en el Sur de EEUU.

Las hermanas Soong visitando a mujeres soldado nacionalistas.

"Las hermanas habían visto mundo; eran mujeres inteligentes, de mentalidad independiente y seguras de sí mismas", escribe Jung Chang. No obstante, lo que más caracterizó a estas tres mujeres fueron sus "extraordinarios matrimonios".

Ei-ling

Era la mayor de todas. Había nacido en el año 1888 y vio por primera vez su país ya en el siglo XX, a los 21 años. Su pertenencia a la clase alta le permitió codearse con la élite del país de la seda. Conoció a Chiang Kai-shek, militar y estadista que se transformaría en el líder de la República de China.

"Ei-ling ayudaría a que el gobernante de China, Chiang Kai-shek, se convirtiera al cristianismo", narra la escritora. Este hecho, declara, tuvo "consecuencias importantes en la historia de China". Finalmente, pese al acercamiento al gobernante chino, terminó contrayendo matrimonio con H.H. Kung. 

Tal era el poder de la mayor de las hermanas que consiguió que su marido ascendiera a ministro de Finanzas del Partido Nacionalista Chino y logró que fuera el hombre más rico de todo el país. En 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial y un año más tarde el matrimonio se marchó a los Estados Unidos nuevamente. Falleció a los 83 años de edad en la ciudad de Nueva York.

Ching-ling

La hermana mediana se presenta como la más trascendental de todas. Moderada y reservada, celebró entusiasmada la llegada de la República a China. Se casó con Sun Yat-sen, considerado padre fundador de China, hecho al que se opusieron firmemente sus padres.

El leninismo le fascinó y despertó su lado violento y duro

Los valores cristianos de la familia rechazaron que Sun Yat-sen, 26 años mayor que Ching-ling, pudiera mantener una relación con su hija. Renegando de sus padres y junto con su marido, se acercó a los postulados comunistas, y mantuvo reuniones con dirigentes soviéticos que buscaban izar la bandera roja en la ciudad de Pekín. El inglés de la joven, quien había estudiado en Estados Unidos, sirvió como lenguaje común entre los rusos y los chinos.

Soong Ching-ling en 1941.

A diferencia de su esposo, que realmente pretendía utilizar a los soviéticos para sus propios fines, a Ching-ling le atrajo la ideología comunista desde el primer momento. "El leninismo le fascinó y despertó su lado violento y duro. Se convirtió en una leninista comprometida y creyente", narra Jung Chang. A partir de entonces sería apodada como La Hermana Roja.

Tras la muerte de su marido en 1925, abrazó aún más el comunismo y la victoria de la revolución de Mao Zedong en 1949 le dotó de un gran poder dentro del nuevo régimen. Se alejó por completo de sus hermanas, quienes habían sido exiliadas, y se convirtió en la mano derecha del líder comunista.

Cuando Mao proclamó la República Popular, ella entró detrás de él por la Puerta de Tiananmén. A los 56 años, La Hermana Roja se convirtió en vicepresidenta del Gobierno de Mao. Poseía una villa de estilo europeo confiscada a un importante banquero, además de pisos por Pekín y hasta una mansión palaciega. 

Mao Zedong al lado de Ching-ling.

La vicepresidenta era consciente de los privilegios que tenía tras su matrimonio con el antiguo líder de un sistema que había cambiado y aseguró que no merecía aquel "trato real".

Tras varias décadas en la que China sufrió hambrunas, purgas, y todo tipo de altibajos, Ching-ling falleció a los 88 años de edad el 29 de mayo de 1981. Tan solo dos semanas antes se le había concedido el título de Presidenta Honoraria de la República Popular China.

May-ling

Si la hermana mayor había llegado a coquetear con Chiang Kai-shek, conocido como el Generalísimo, la pequeña fue quien se casó con él. Ocupó, durante 22 años, el cargo de Primera Dama de la China precomunista.

Su posición como Primera Dama no le impidió ejercer activamente en la política y fue miembro del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang. Además, hizo todo lo posible por apoyar a la resistencia china en contra de la invasión japonesa en la Segunda Guerra Mundial.

May-ling, la hermana menor.

Su rostro era reconocido en todo el mundo y llegó a aparecer en la portada de la revista Time junto a su marido. No obstante, tras la guerra, la República se encontraba debilitada. "Había llegado el momento del enfrentamiento con Mao para dilucidar quién gobernaba China", escribe Jung Chang.

El triunfo comunista le obligó a abandonar el país por el que se había sacrificado. Ahora era su hermana mayor quien participaba, al lado de Mao Zedong, en la política de China. Las tres hermanas representan actualmente un símbolo de poder y liderazgo en el país asiático. Ya fuera en nombre de la República o en nombre del comunismo, marcaron la historia y política de China en el siglo XX desde un segundo plano.