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De La Cierva y Nicolás
En esta ocasión, la firma encargada de abrir la pasarela ha sido De La Cierva y Nicolás con su colección Ímpetu, el broche final de una trilogía que previamente había desembocado en Lachryma y Éter.
Este libro cosido página a página arrancó con un capítulo que representaba la emoción contenida. Más tarde, la segunda entrega fue sinónimo de la suspensión en el tiempo, del equilibrio. Ahora, el cierre es el culmen de un proceso que muere y renace acto seguido como gesto de transformación. El ave fénix.
De fondo, una de las grandes fuentes de inspiración de la moda y del arte: la naturaleza. Tormentas, volcanes e incluso movimientos tectónicos se han registrado hoy en los aledaños de IFEMA cuando las modelos de De La Cierva y Nicolás han tomado el protagonismo.
En cuanto a la paleta cromática, los tonos lava y neutros como el negro y el blanco han dominado la escena. Respecto a los tejidos, las lanas técnicas, las organzas rotas, los tules estructurados y las gasas desgarradas han sido los que han dado forma a la propuesta.
Las líneas dinámicas y asimetrías, así como los volúmenes de los diseños, no son más que un guiño a la fuerza inherente de lo natural. Lo que siempre permanece.
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Isabel Sanchís
Si hubiera que escoger una palabra para definir esta apuesta, seguro que sería la de maestría. Sin embargo, teniendo un léxico tan rico en castellano, ¿por qué quedarse solo ahí?
Con una pagoda japonesa de fondo y un puente que cruzaba de un lado al otro de la pasarela, así se ha presentado el atelier esta misma mañana en IFEMA. La antesala de lo que sucedería a continuación: alta moda española con referencias inconfundibles.
Del New Look de Christian Dior a los volúmenes de Balenciaga, pasando por el estilo grandilocuente de Schiaparelli o la delicadeza de la artesanía de Issey Miyake. Y lo mejor, todo bajo el sello de Isabel Sanchís, capaz de mirar a los grandes couturiers a los ojos sin perder su rumbo.
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Hannibal Laguna
Un clásico ha hecho su presentación hoy en la Mercedes-Benz Fashion Week. La casa, fundada en 1987, ha teñido el pabellón de color, apostando por tonos más vibrantes que la mayoría de firmas que han desfilado en estas jornadas.
Como es habitual en el taller, sus diseños han destacado tanto por siluetas vaporosas, así como volúmenes que, en parte, se logran gracias al empleo de tejidos con cuerpo.
Un imprescindible de estos días.
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Custo Barcelona
Si hay un diseñador que rompe temporada tras temporada siendo fiel a su esencia, ese es Custo Barcelona. Al contemplar colecciones como esta, es fácil saber qué razones se encontraron detrás de su conquista de la prestigiosa Semana de la Moda de Nueva York, por ejemplo.
La firma, una vez más, le es fiel a su ADN, que ahora ha fundido con una estética boho-chic mucho más marcada que se presenta de lo más apetecible para la próxima primavera-verano.
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Baro Lucas
El joven creador ha conquistado IFEMA con una fuerza que emana de la discreción, el minimalismo y la sofisticación de sus diseños. Su propuesta no necesita de artificios para brillar y Tempus Fugit lo ha dejado claro a su paso por esta edición de la MBFW.
Una paleta de colores con tándems infalibles, como el del azul marino y el blanco aderezado con un naranja con un punto ácido, ha copado las miradas del público con la ayuda de la buena costura y las líneas limpias y depuradas, a la par que volúmenes en los que todo encaja gracias al buen hacer del atelier.
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Lola Casademunt by Maite
La firma catalana ha sido la encargada de cerrar la jornada del viernes en IFEMA. El auditorio, expectante ante una colección que se vaticinaba como explosiva, ha podido admirar la idea inicial de la casa: es posible florecer incluso en las adversidades.
Blooming Desert mezcla la explosión vegetal con los paisajes desérticos, dando lugar a looks coloridos en los que los tonos cálidos y rosados combinan a la perfección con unos neutros y el dorado, un mix que hace soñar con un verano.
Una vez más, la diseñadora se ha mantenido fiel a su estilo sabiendo a qué público se dirige y a quién puede conquistar, pero también lanzando un guiño que puede llegar incluso a las más jóvenes.
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El viernes 19 de septiembre ha amanecido en Madrid con sabor a moda. A pesar de que ya han transcurrido dos días de los cinco marcados en rojo en el calendario de la Mercedes-Benz Fashion Week, las ganas de presenciar los desfiles del programa han continuado intactas.
Hoy, en la agenda, se encontraban los nombres de De La Cierva y Nicolás, Isabel Sanchís, Hannibal Laguna, Custo Barcelona, Baro Lucas y Lola Casademunt By Maite, que han interpretado el universo fashion bajo su mirada ante la de cientos de invitados.
[La moda a debate como palanca de desarrollo de negocio, en la MBFW]
Palabras como fuerza, sofisticación, buen hacer, artesanía, monumentalidad, clásico o líneas limpias son algunas de las que brotan de este teclado al pensar en lo que ha acontecido hoy tras los muros de IFEMA.
En cuanto a los colores que han predominado en la cita, sin duda, los tonos pastel seguirán en el foco la próxima primavera-verano, cuando el público continuará viendo ese amarillo mantequilla que ya parece obligatorio en cada colección. No obstante, también hay que contar con algunos nuevos neutros como el azul marino y el marrón.
Para la próxima temporada, los volúmenes permanecen, pero de forma mucho más cuidada y no tan aleatoria como en años previos. La riqueza de los tejidos suple al exceso maximalista y, sin duda, el nuevo lujo es la artesanía y el buen hacer, lugar de encuentro entre la tecnología y la experiencia profesional.
