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En 2025, despunta una tendencia que ha conquistado tanto a las grandes casas de moda como a las redes sociales: el balletcore. Después del auge de estéticas como el coquette, esta tendencia emerge como una de las principales corrientes del año, reivindicando una feminidad delicada y sofisticada inspirada en el ballet clásico.

Este estilo, que recuerda a la gracia y la fluidez de las bailarinas, ha encontrado su espacio en el día a día, adaptándose al street style con toques modernos pero manteniendo la esencia de los trajes típicos de las disciplinas. Prendas como faldas de tul, cuerpos de nilón, lazos, medias opacas y zapatos de ballet son algunos de los elementos clave que definen este estilo.

Esta tendencia se ha nutrido de influencias históricas, pero también ha sido modernizada y reinterpretada por algunas de las firmas más relevantes del momento, quienes han vuelto a poner en el centro de la pasarela elementos clásicos de la danza, como los tutús y las bailarinas.

El balletcore es mucho más que una simple tendencia de moda; es una declaración de delicadeza inspirada en la danza clásica, pero reinterpretada para el contexto moderno. Si bien sus bases provienen de los trajes tradicionales de las bailarinas, el estilo se ha adaptado a la vida cotidiana, lo que lo hace accesible y versátil para las personas fuera de los escenarios.

"Comenzó a coger impulso en 2021, motivado por una estética etérea en la que las faldas de tul y las zapatillas de ballet, así como los tonos suaves, eran indispensables. Ahora, este ha sufrido un renacimiento propiciado por la acogida de otras estéticas igual de femeninas que coinciden en la repetición de elementos como lazos. Así lo confirmaban desfiles como el de Ferragamo en las pasadas Semanas de la Moda, confirmando que se trataría de una de las bases para las tendencias de la próxima primavera-verano 2025", detallan los expertos de Mustang.

Los datos corroboran su éxito: según recoge la plataforma Klarna, entre enero y febrero de 2024, las ventas de bailarinas crecieron un 57%, las de tops de tirantes un 47%, las de ciclistas un 47% y las de monos deportivos un 38%. 

¿Cómo llevarlo?

Una de las características más destacadas del balletcore es su paleta de colores suaves y etéreos. Los tonos pastel, como el rosa empolvado, el blanco y el gris claro, se combinan con el negro y el beige para lograr un equilibrio. Estos tonos recuerdan a la feminidad de la danza y proporcionan una sensación de frescura y calma, ideal para quienes buscan un estilo elegante pero sencillo.

Esta tendencia destaca por su simplicidad y fluidez, utilizando prendas que se mueven con el cuerpo y aportan comodidad sin sacrificar la estética. Las faldas de tul, los bodies de nilón, los cárdigan cruzados y los boleros de punto se combinan para crear un look que recuerda tanto a los ensayos como a las actuaciones en el escenario. La clave es la capacidad de transformar el vestuario clásico en algo contemporáneo y adaptable al día a día.