Álvaro Fernández-Espina
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Madrid volvió a vestirse de solidaridad esta semana con la novena edición de Solidarity Xmas Tree, la iniciativa que reúne a algunas de las firmas más influyentes del lujo internacional para demostrar que la creatividad puede convertirse en una herramienta real de transformación social.

Lo que empezó como un proyecto que arrancó en Barcelona gracias a Bettina Ferreras, exconsejera delegada de Bassat Ogilvy y que dio el salto a Madrid cuando se asoció con Anabel Zamora, en cuyo currículum figura la dirección de moda y belleza de la revista Elle España, o la de marketing de Loewe, hoy es un evento de reconocimiento y alabanza general.

Por quinto año consecutivo, el proyecto celebró en la capital una edición marcada por el diseño, el compromiso y la educación como ejes centrales: cada marca creó un árbol de Navidad único que fue subastado el martes 25 en el Teatro Real por Christie’s en beneficio de causas educativas. Las cifras hablan por sí solas de este éxito. Este año se alcanzaron 751.000 euros.

Este año, han centrado su misión en la Fundación Tacumi, especializada en la integración de niños con discapacidad intelectual en aulas ordinarias; la Fundación Dádoris, que impulsa a jóvenes brillantes sin recursos a acceder a estudios universitarios; y la Fundación Alas, centrada en la formación e inserción laboral de personas con discapacidad intelectual.

Desde el pasado 18 de noviembre y durante una semana, las boutiques del Barrio de Salamanca y Galería Canalejas presentaron sus interpretaciones del árbol navideño. Firmas como Cartier, Chaumet, Chopard, Hermès, LOEWE, Giorgio Armani, TOD’S o Zimmermann mostraron piezas que no sólo reflejaban su creatividad, sino también su compromiso con la causa.

El proyecto culminó con la esperada gala benéfica en el Teatro Real de Madrid conducida por Nieves Álvarez. Con una participación extraordinaria y un ambiente cargado de emoción, la subasta reafirmó el éxito de una iniciativa que, en sus primeras ocho ediciones, ha superado los 1.7 millones de euros recaudados para diversas causas sociales.

Pero Solidarity Xmas Tree no es solo un evento: es el reflejo de la visión y la persistencia de sus dos fundadoras.

Por un lado, Bettina Ferreras, creadora del proyecto, profesional del sector del lujo con una larga trayectoria internacional, ha sabido convertir su conocimiento del mercado y su sensibilidad en una plataforma capaz de movilizar a algunas de las firmas más prestigiosas del mundo. Su mirada combina estrategia, estética y propósito.

A su lado, Anabel Zamora, consultora especialista en comunicación y marketing, aporta una visión humana y estructurada que ha permitido que Solidarity Xmas Tree crezca, se profesionalice y se convierta en una cita anual imprescindible.

Retrato de Anabel Zamora y Bettina Ferreras. Cedida

Su compromiso con las causas sociales y su capacidad de conexión con marcas, instituciones y fundaciones han sido claves en la consolidación del proyecto.

Tras la emocionante subasta y una edición que ha puesto el foco en la educación como motor de igualdad, ellas mismas dan a conocer cómo ha evolucionado Solidarity Xmas Tree, qué hay detrás de la organización de una acción solidaria de esta magnitud y qué sueños y desafíos se plantean para el futuro.

¿Cómo nació la idea de Solidarity Xmas Tree y cuál fue la chispa que impulsó su creación?

B: Todo empezó en Barcelona con una idea sencilla: unir a las marcas del lujo para hacer algo solidario y a la vez creativo. Siempre me ha fascinado la Navidad y la magia que puede generar. Pensé que sería maravilloso pedir a cada firma que creara un árbol que reflejara su ADN, casi como una obra de arte.

A: Nos conocíamos desde hacía tiempo por nuestra trayectoria en el sector y decidimos asociarnos para impulsar el proyecto en la capital. Desde entonces, lo hemos tratado como una iniciativa profesional con misión, estrategia y un objetivo claro: maximizar la recaudación para las fundaciones gracias al apoyo de las empresas.

Desde su primera edición hasta ahora, ¿cómo ha sido la evolución del proyecto?

A: Enorme: más participación, más impacto y una comunidad cada vez más comprometida. Pasamos de un formato local a una iniciativa que mueve a clientes, marcas, artistas y equipos de marketing de toda España… y de fuera. Las cifras de recaudación se han multiplicado y el alcance social también. El concepto se ha profesionalizado sin perder su esencia.

B: Es emocionante ver cómo hemos logrado que el lujo se una para un propósito común.

¿Por qué decidisteis vincular este sector al arte y la solidaridad?

A: Porque el lujo es uno de los grandes guardianes de la artesanía en el mundo. Tiene la capacidad creativa y la visibilidad para impulsar una acción solidaria a gran escala. En España hay muchísimo voluntariado, pero poca ayuda pública. Era necesario un nuevo modelo: profesional, sostenible y capaz de generar retorno para las fundaciones.

B: Las marcas son capaces de crear piezas artísticas únicas que, además, puedan convivir en un hogar tras la subasta. Un artista puede crear un árbol maravilloso, pero una firma lo hace alineando con su universo creativo y con una funcionalidad concreta.

Este año habéis centrado la ayuda en la educación y la inclusión formativa. ¿Por qué?

B: Porque transforman sociedades. El año pasado recaudamos tanto que decidimos ampliar la ayuda de dos a tres fundaciones. Siempre buscamos causas tangibles y urgentes en nuestro país. La formación es el eje que más cambia las vidas de los niños, los jóvenes y los adultos con discapacidad intelectual.

¿Cómo elegís a las fundaciones beneficiarias?

B: Elegimos causas donde el impacto es directo: integración escolar, acceso universitario, inserción laboral. Y todas ellas trabajan en España, lo que hace que su impacto sea más tangible.

¿El público del lujo está cada vez más comprometido?

B: Sí, sin duda. Pero se comprometen cuando hay rigor, claridad y credibilidad. Y eso es lo que perciben en SXT.

La tienda de Chopard ambientada para las festividades decembrinas. Cedida

¿Qué papel tiene la estética y el diseño en el proyecto?

A: Son fundamentales. El árbol es un símbolo cultural que, reinterpretado por marcas del lujo, se convierte en un vehículo emocional muy potente. La belleza inspira empatía y abre la puerta a la acción.

El proyecto está liderado por mujeres. ¿Creéis que existe una sensibilidad femenina especial hacia la filantropía?

A: Nuestra experiencia es que las mujeres movilizan los corazones y los hombres suelen tomar la decisión económica. No es una regla universal, pero sí muy frecuente. Las mujeres, históricamente, tenemos una empatía natural hacia lo social.

B: Creo que tenemos valores muy ligados a la protección, a la familia, a la comunidad. Eso no significa que los hombres no sean solidarios, pero quizá la sensibilidad femenina está más conectada con estas causas.

¿Qué mensaje daríais a las profesionales que quieren liderar proyectos con propósito?

A: Que crean en su visión, que construyan una red sólida y que no tengan miedo de profesionalizar sus ideas. El propósito sólo funciona cuando se gestiona con excelencia.

¿Qué desafíos enfrentáis cada año para mantener viva la magia de SXT?

B: Mantener el nivel de excelencia, cuidar a las marcas, innovar y garantizar que todo siga siendo impecable. Es un trabajo enorme pero nos impulsa la misión.

¿Qué os motiva a seguir edición tras edición?

A: Ver el impacto real en la vida de las personas.

B: Y comprobar que cada año algo que parecía imposible vuelve a suceder.

Nieves Álvarez presentó la gala benéfica en el Teatro Real de Madrid. Cedida

¿Qué soñáis que sea Solidarity Xmas Tree dentro de 10 años?

B: Me encantaría que fuese una semilla internacional. Imagino Solidarity Xmas Tree celebrándose en Miami, en Londres, en otras grandes ciudades, liderado con el mismo espíritu.

Si tuvierais que resumir el espíritu del proyecto en una frase…

B: Generosidad e implicación.

A: Una comunidad movilizada para transformar vidas.